La relación entre el
mundo de la cultura y de las ciencias económicas ha entrado en las ultimas décadas a
ocupar un destacado papel en el quehacer político, social, empresario y profesional. Esto
ha dado lugar al desarrollo de la economía de la cultura, comprendiendo todas las
disciplinas que integran la economía en sentido amplio, movilizado por cinco factores de
efecto contundente: 1. La innovación tecnológica.
2. El notable desarrollo de las comunicaciones e Internet.
3. El crecimiento económico.
4. El crecimiento mundial del turismo.
5. La globalización.
Las principales economías del mundo
vienen desde la década del 80, y cada vez en mayor medida, integrando la producción
cultural a las políticas y estrategias económicas, públicas y privadas, por su
contribución al PBI, al ingreso de divisas, inversiones y empleo, entre otros resultados
destacados.
La globalización que en un momento apareció como una amenaza capaz de anular las
identidades culturales paradójicamente dio lugar a un fortalecimiento de las identidades
nacionales que se apoyaron en políticas gubernamentales activas, estrategias de
marketing, acciones de promoción y publicidad que están dando lugar a un notable
desarrollo de la multiplicad cultural.
Nuestro país para nada es ajeno a esa caracterización y al efecto de dichos cinco
factores, jugando el turismo un papel fundamental.
La motivación por la oferta cultural de nuestro país, especialmente de la Ciudad de
Buenos Aires, para los turistas extranjeros es la predominante de acuerdo a las encuestas
y tal como se desprende de la promoción como destino turístico que se hace por medio de
las agencias, publicaciones especializadas, Secretaría de Turismo de la Nación y otros.
Arquitectura, teatros, museos, galerías de arte, espectáculos, gastronomía, moda y
diseño, diversidad de paisajes y costumbres, conferencias, convenciones, exposiciones,
artesanos sofisticados, salones de bailes, academias y talleres, cines, grandes
librerías, centros culturales, deportes, esparcimiento rural y multiplicidad de
alternativas, que se conjugan con otras características atractivas del país, constituyen
una dinámica y significativa oferta cultural para satisfacer esa demanda turística
internacional y local.
La mera observación de la magnitud de estas actividades nos indica su importancia en la
economía y en el empleo, sin embargo, y como ocurrió en el pasado en otros países que
hoy están a la vanguardia, es necesario que este sector se encuadre en la formalidad, se
organice y actué como empresa moderna, sean emprendimientos personales, societarios o
colectivos, cuente con instituciones publicas y privadas adecuadas, políticas activas
para un crecimiento sustentable, y estrategias de posicionamiento en el mercado local o
internacional.
Francia, España, Estados Unidos, Alemania, Canadá, China, Brasil son países que debemos
tomar como referencia en este camino profesional que se nos habré con esta espectacular
oferta de la creatividad nacional.
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