1. Para
analizar el problema, haremos una caracterización sucinta de la situación energética de
nuestro país que sirva, a la vez, de introducción al repaso de las energías
alternativas, que es otra de las preocupaciones centrales existentes en la sociedad
argentina actual.
El criterio de análisis será presentar un balance energético mostrando, a nivel de un
sencillo esquema, un balance energético de la República Argentina empleando datos de
difusión oficial al año 2004, el más actualizado disponible en estos momentos.
En primer lugar haremos la presentación de la oferta energética abriendo ésta en dos
categorías: primaria y secundaria.
2. La Secretaría de Energía de la Nación define como
energía primaria aquélla surgida directamente de la naturaleza, como la hidráulica,
eólica o solar, o mediante un proceso extractivo como es en el caso del petróleo, gas,
carbón mineral o los combustibles nucleares.
La energía secundaria está constituida por productos energéticos elaborados a partir de
las anteriores o de otras secundarias en establecimientos designados como centros de
transformación; presentándose de muy variadas formas: electricidad, gas por redes, gas
licuado o motonaftas.
El proceso transformador de primaria en secundaria exige cierta cuantía de consumo, a la
vez que se producen mermas por rendimiento o pérdidas de aprovechamiento, que explican la
no coincidencia numérica al realizarse balances de unas u otras.
Además, diversos bienes intermedios y/o finales son elaborados con productos derivados de
estas dos fuentes reforzando el problema señalado recién. (2)
3. Con las aclaraciones anteriores es posible ingresar en un
esquema analítico de los tradicionales de oferta y demanda.
La oferta está subclasificada en total e interna: la primera agrega la producción,
importaciones y variaciones de stocks.
Por su parte, la oferta interna es aquélla disponible para ser transformada o consumida
en el propio sector o por usuarios finales, resulta de deducir a la oferta total las
exportaciones, búnker y otros conceptos menores.
4. La demanda energética suele desagregarse por sus diversas
modalidades de absorción o por sector de origen de la misma.
Según la forma de absorción, ésta puede ser de naturaleza propia, en el mismo sector
que la genera (para su funcionamiento); o como consumo final, uso energético o no
energético: (3) aquélla formada por productos energéticos transados en
algún mercado.
5. La otra forma de desagregación es más conocida
vulgarmente, se presenta por sectores y generalmente se refiere a la energía secundaria;
integrar un balance de este tipo requiere incluir los siguientes: Residencial, Comercial y
Público, Transporte, Agropecuario e Industrial.
Obviamente, la denominación de cada sector despeja bastante la tipología de usuarios que
lo integran: demanda residencial es la correspondiente a hogares urbanos y rurales; el
sector comercial y público corresponde a instituciones y empresas de esa actividad y del
sector gubernamental a todo nivel; demanda originada en el sector transporte es la
requerida por los medios terrestres, fluviales, marítimos y aéreos (el internacional
está computado como búnker); el agropecuario e industrial no ameritan aclaración
significativa, salvo que las demandas de la construcción, son imputadas a la industria.
6. Esquemáticamente todo el flujo energético puede verse en
al gráfico de más abajo (4):
7.
El diagrama muestra el discurrir de
la energía primaria que pasa a convertirse en secundaria en centros de transformación
(centrales eléctricas, refinerías, plantas de bombeo de gas natural, etc.) antes de ser
absorbida por el consumo final, aunque parte de ella va directamente al consumo final:
leña, bagazo, etc.
8. Ahora bien, como los recursos energéticos son de muy
diversa forma de presentación en la naturaleza según fue visto, se hace necesario
proceder a una conversión que los homogenice de manera de poder realizar una comparación
agregada.
La modalidad más difundida es la de transformarlos a todos ellos en toneladas
equivalentes de petróleo (tep), igualando el poder energético de cada
uno al ofrecido por el fluido.
9. Realizadas estas conversiones al común denominador, se
llega a sendos totales de Oferta interna primaria y secundaria que se exhiben a
continuación, recordando que son datos relativos al año 2004:
|
EN MILES DE (TEP) |
|
PRIMARIA |
SECUNDRIA |
|
71415 |
63444 |
|
|
10. La
diferencia entre ambos volúmenes de oferta puede considerarse como el insumo energético
necesario para la producción de la secundaria.
Elaborar más de 63 millones de toneladas equivalentes de petróleo de energía
secundaria, demandan un consumo energético de casi 8 mil millones de tep.
11. Ahora bien, tomando lo consumido y facturado por los
diversos sectores de demanda se arriba a un total de casi 48 millones de tep, según puede
verse en el cuadro que sigue (5) que, comparado con el volumen de la oferta interna vista
antes, da cuenta de que absorbe más del 75% de ésta.
Es decir, habría un excedente de oferta de casi 16 millones de tep, lo que en términos
globales, no constituiría una situación preocupante.
|
DEMANDA ENERGÉTICA AÑO 2004
(EN MILES DE TEP) |
|
Consumo total |
47745 |
|
|
No energético |
3696 |
|
|
Residencial |
9890 |
|
|
Comercial y Público |
3390 |
|
|
Transporte |
12730 |
|
|
Agropecuario |
4662 |
|
|
Industria |
11376 |
|
|
12. Sin
embargo, debido a diversas razones derivadas de la distribución de los recursos
energéticos y al dinamismo las demandas sectoriales, en algunos casos la situación se
acerca a la criticidad al reducir los márgenes de sobreoferta.
13. Las razones pueden empezar a conocerse si se tiene en
cuenta que la oferta interna de energía ha tenido un crecimiento muy moderado en las
últimas décadas; es decir el problema no es reciente o coyuntural sino estructural.
Según datos de la Secretaría de Energía, en el periodo que va desde 1970 a 2004 la
oferta total se ha más que duplicado, resultando una moderada tasa anual acumulativa del
2.1%, siendo ello consecuencia del pobrísimo desempeño de la economía en su conjunto
durante ese lapso, derivado, a su vez, del proceso de apertura de la economía y
desindustrialización que tuvo lugar.
Pero, al mismo tiempo, la oferta de energía eléctrica lo hizo a un ritmo mucho más
dinámico, ya que el volumen ofertado en 2004 fue cuatro y media veces mayor que el de
1970 (4.13% anual acumulativo), dinamismo debido a la evolución del consumo eléctrico
residencial antes que industrial también derivado de la aplicación del modelo citado.
14. Es decir que, lo dinámico en materia energética en
Argentina es aquello que en un sentido más economicista menos reproductivo es; esta
afirmación es aceptable dado que cualquier formulación respecto de la dependencia
funcional del producto bruto interno PBI- la asocia a ésta con la disponibilidad de
cuatro recursos principales: naturales, humanos, tecnológicos y de capital (6) y,
la formación de éstos últimos, a la disponibilidad del insumo energía.
El patético desempeño de nuestra economía y política económica de las últimas
décadas se evidencia en los índices de desempleo y subempleo altos; de deforestación y
desertificación también altos; en el deterioro de nuestro sistema educativo y en las
bajas tasas de inversión respecto al producto.
Puede verse así un problema de causación circular acumulativa, donde la baja tasa de
inversión genera un bajo aumento del PBI mientras que el bajo aumento del PBI desalienta
la inversión reproductiva; de manera semejante, la disponibilidad energética alienta la
inversión pero la baja performance de ésta repercute en la irracionalidad en el uso de
los recursos energéticos no renovables y revierte en insuficiencia en el desarrollo y/o
explotación de fuentes alternativas.
15. Así, en materia de petróleo y gas natural, es donde más
notable es la afirmación anterior y su criticidad en el balance; el horizonte gasífero,
relación entre reservas y producción, ha caído fuertemente en las dos últimas
décadas: en 1985 era de casi 38 años; en 1995, bajó a algo más de 20 años mientras
que hacia 2003 a 12 años (7); actualmente según algunos especialistas está por debajo
de los 10 años.
Cada diez años cae a la mitad; lo que los expertos califican como pasaje de país
gasífero a país con gas o sea, dependiente de abastecimiento externo.
En petróleo, la merma fue menos pronunciada pero también importante: se pasa de un
horizonte de reservas de casi quince años a uno de diez.
16. En materia de electricidad, los grandes números del
balance son también preocupantes, el potencial actualmente generable es de alrededor de
103200 GWh; la generación efectiva en todo 2005 fue de 92176 GWh cubriendo una demanda de
87778: obviamente, el punto de cruce entre las series de oferta y demanda eléctrica
estaría muy cerca en el tiempo.
Para ver más material sobre el presente tema, haga click aquí. (zip, 466Kb)
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(1) Resumen de exposición del autor en CPCECABA, el 06-11-06;
apoyada en vistas que pueden seguirse desde el archivo adjunto del mismo título.
(2) Bunker es combustible abastecido a naves en el país pero consumido off
shore; es una exportación.
(3) Uso no energético de energéticos se da en el caso de producción de
pinturas, solventes, etc.
(4) También puede consultarse en la diapositiva 4, del archivo adjunto.
(5) Que también queda consignado en la vista # 6 del citado archivo.
(6) Las expresiones toman la siguiente forma: Y = f (RN; RH; T; K)
(7) Datos tomados de la exposición del Ing. Jorge A. Olmedo, del Instituto
Argentino de la Energía, General Enrique Mosconi IAE-, setiembre 2004, en el CPCECABA;
al momento de nuestra exposición, no tuvimos de cifras más actualizadas. La diapositiva # 9
presenta graficada la serie relevada. |
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