Resumen
El autor desarrolla un criterio para identificar tipos de cambios reales que sirvan de
base para la negociación y armonización de tipos de cambios nacionales, a la vez que
permitan valuaciones más ajustadas para las comparaciones macroeconómicas que sirven de
referencia.
A tal fin se apoya en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA) en su versión
absoluta, una vez planteados los límites que ofrece a este efecto la teoría de la PPA
relativa. Al efecto recurre a las evidencias empíricas que ofrecen la información y los
estudios realizados sobre el poder adquisitivo de los PBI comparados.
A consecuencia de los resultados obtenidos, debido a ciertas inconsistencias, plantea
también la necesidad de una revisión de las estimaciones de algunos PBI según la
teoría de la PPA, pero que no invalidan sus estimaciones sostenidas por comportamientos
promedios de grandes números que neutralizan algunos errores de estimaciones en la
información de base utilizada como cierta.
Al respecto sugiere complementar la información con indicadores alternativos acerca del
nivel de vida que no estén comprometidos con los resultados del PBI(PPA), como por
ejemplo el IDH (incluye PBIppa, esperanza de vida e índice de escolaridad). Lo cual no
significa descalificarlos en la evaluación de los niveles de vida porque, aún con sus
errores, siguen siendo expresión manifiesta de la aplicación de recursos que se
disponen, con la capacidad de generar la base material de los países y el poder
adquisitivo de sus salarios, y consiguientes dimensiones de sus mercados internos.
En este último sentido, apela a la información disponible sobre salarios mínimos y
promedios para presentar los grados de correspondencia entre éstos y el PBI, valuados a
tipos de cambio de mercado, como índice de la potencialidad del poder adquisitivo de los
salarios acordes con la producción.
La particularidad del tema abordado en este trabajo se realiza en el marco de un
encuadramiento que destaca la necesidad de definir a un conjunto de relaciones económicas
que den señales de alerta que impidan sostener situaciones de corto plazo que comprometen
el crecimiento y el desarrollo en el mediano y largo plazo. También se formula en la
convicción que los economistas sólo pueden validar las restricciones que deben
administrar cuando son conducentes con el desarrollo, en el entendimiento que los éxitos
de una política económica debe comprender la aceptación y compromiso de una sociedad
con el ámbito en que desenvuelve su vida y proyecta su futuro.
Encuadramiento
La construcción de una economía solidaria, basada en la justicia, la libertad y la paz,
requiere, al menos, de las siguientes condiciones de base:
El
fortalecimiento de la acción del Estado en sus respectivos Poderes, gobiernos y
administraciones. |
|
La capacidad y profesionalidad en la gestión pública y privada, con activa
participación de la sociedad civil a través de sus instituciones intermedias. |
|
Un ordenamiento normativo simplificado y transparente que permita discernir sin
dudas entre lo que se acepta o lo que se rechaza, y lo susceptible de castigo para todas
aquellas acciones que contradicen intereses generales para alimentar ilegítimamente intereses
personales. |
La
construcción de esta economía excede a la del economista formado exclusivamente en los
aspectos científicos de la economía, exigiéndole una formación más amplia que le
permita integrar equipos multidisciplinarios con capacidad de ser interlocutor en el
abordaje de temas complejos. Es así por la naturaleza y las consecuencias sociales y
políticas de los temas que se deben abordar, en el entendimiento que los éxitos de una política económica debe comprender la
aceptación y compromiso de una sociedad con el ámbito en que desenvuelve su vida y se
proyecta su futuro.
Como es habitual, a los economistas les cabe la antipática función de plantear los
requerimientos de toda sociedad atendiendo a las necesidades y restricciones que impone la
economía. Por ello, sus propuestas sólo se validan cuando
plantean estas cuestiones en el marco de propuestas conducentes con el crecimiento y el
desarrollo, más aún cuando estas restricciones se ven amplificadas por
las tres brechas deficitarias prevalecientes en la Argentina actual: social, fiscal y
externa.
No atender a estas exigencias, significa debilitar las bases de sustentación creativa,
dando lugar a un perverso funcionamiento social, en que el espíritu de supervivencia
finaliza desplazando al de la cooperación que debe manifestarse en la genuina
participación en la definición de los intereses comunes.
En el marco de este encuadramiento, uno de los temas que debe plantearse desde la
economía es el de la necesidad de atender a un conjunto de
relaciones económicas que hacen a la sustentabilidad del crecimiento y el desarrollo.
En otras palabras, señales de alerta que impidan mantener
situaciones que se sostienen en el corto plazo, pero comprometen el crecimiento y el
desarrollo en el largo plazo. Al respecto, cabe recordar a J. H. G.
Olivera en su conferencia sobre Desarrollo y progreso económico, quien nos
advierte, en otras palabras, sobre la necesidad de adoptar el paradigma del desarrollo,
para contraponer al paradigma Keynesiano a ultranza, y al paradigma de la estabilidad del
valor externo del dinero a ultranza..
A fin de circunscribir este complejo problema, se decidió trabajar, a los efectos de este
IV Encuentro, con una de las tantas variables que hacen al ordenamiento macroeconómico,
no sólo a escala nacional, sino también regional y mundial: los tipos de cambios reales.
Los tipos de cambios reales no sólo definen términos de intercambio nacionales e
internacionales presentes, sino también los futuros, alimentando expectativas que hacen a
decisiones de inversión. Por consiguiente requieren de pautas que permitan evaluar sus
niveles y definir políticas que apunten a corregir ciertos desvíos que no sean
sustentables en el mediano y largo plazo, y en consecuencia sus valores presentes estén
emitiendo señales que no tienen correspondencia con las apreciaciones que se hagan a
partir de ellos.
Un ejemplo válido al respecto es el siguiente. Cuando el diario El Cronista,
en base a un estudio realizado por una consultora, titula Empleo argentino, el más
caro de la región, y publica los salarios mínimos en u$s por hora que resultan de
la encuesta: Argentina 1,25; Chile 0,94; Perú 0,74; Colombia 0,70; Brasil 0,37. Así se
refuerza la idea de que tenemos un problema de competitividad por los altos salarios en
dólares. Cuando el elevado salario en dólares puede obedecer a tipos de cambio de
mercado ocasionalmente bajos respecto a los que indican criterios teóricos y prácticos,
con precios de bienes y servicios que también son elevados cuando se los valúa en
dólares.
Evidencias empíricas que no constituyen el objetivo de este trabajo, señalan que existe
una cierta relación standard entre el PBI per cápita valuado en dólares y los salarios
que corresponden a las calificaciones del trabajo básico en empresas organizadas, a la
vez que los salarios mínimos en muchos países tienden a ser una alícuota de los
salarios que corresponden a este trabajo básico así definido, dependiendo de
particularidades que prevalecen en la oferta de la fuerza de trabajo y las calificaciones
requeridas.
Estas relaciones invalidan una afirmación simplificada como la enunciada con referencia a
la falta de competitividad atribuida a elevados salarios en dólares. Primero, porque los
niveles de salarios tienden a quedar definidos por los poderes adquisitivos de los
mercados internos según sus PBI per cápita; segundo, porque no contempla que los niveles
de los tipos de cambios reales tienden a sobrevaluarse a menores niveles de ingreso per
cápita (PPA: teoría de la paridad del poder adquisitivo para los tipos de cambio);
tercero, porque pese a la teoría de la PPA existen desvíos en los tipos de cambio de
mercado con respecto a los que indicaría esta teoría.
El análisis de estos desvíos respecto a los indicados por
la teoría de la PPA va a ser el objeto central de este trabajo, en el
entendimiento que deben existir pautas macroeconómicas consistentes para evaluar las
políticas nacionales y disponer de elementos de juicios que faciliten los acuerdos en las
negociaciones. Criterios que deben desarrollarse a partir de las técnicas que disponen
las ciencias.
Tipos
de cambios reales según paridad relativa
Es un índice general que se utiliza para evaluar el nivel de los tipos de cambios
nominales. Se obtiene de ajustar a éstos por la inflación general de los países de
referencia (EEUU) deflactado por la inflación interna. Como se utilizan índices
generales de precios, éstos no tienen necesarimente que ver con el poder adquisitivo para
importaciones o competitivo para las exportaciones, pero señalan un punto de referencia
general a partir del cual evaluar las particularidades.
Durante la década de 80, los países de AL, deuda externa mediante y limitaciones
de acceso al crédito internacional, se vieron obligados a ajustar las importaciones a su
capacidad exportadora y necesidades de caja de divisas. Esta restricción se manifestó a
través de tipos de cambios reales altos (TCR), agudizándose esta tendencia durante el
segundo quinquenio con respecto al primero. Estos altos niveles de TCR tienen en algunos
casos cierta correspondencia con los observados puntualmente durante 1965, 1970 y 1975
(Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y Venezuela) y en otros casos son
significativamente mayores a los de aquellos entonces (Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador y
Méjico).
A partir de la década de '90, una vez modificadas las condiciones prevaleciente durante
'80, se verificaron tres tipos de comportamientos en esta materia:
Países
que tienden a disminuir sus TCR respecto a '80, incluso con respecto a las observaciones
puntuales prevalecientes durante 1965, 1970 y 1975 (Argentina, Brasil y Perú). |
|
Países que también tienden a disminuir sus TCR respecto a '80, pero tendiendo
a las observaciones puntuales prevalecientes durante 1965, 1970 y 1975 (Chile, Colombia,
Méjico y Uruguay). |
|
Países que mantienen sus TCR de la década de '80 (Bolivia, Ecuador, Paraguay
y Venezuela). |
La
disparidad de los comportamientos observados y la pretensión de su descripción
simplificada, hablan a las claras de las dificultades que ofrecería aplicar un criterio
de paridad relativa (comparación de TCR) para juzgar la razonabilidad de los TCR
históricos o necesarios, lo cual no significa negar su validez para evaluar las gestiones
que en esta materia se realizaron, mercados cambiarios mediante, atendiendo a
intencionalidades de competitividad que se pretendieron a través de estas acciones
(cuadro Nº 1).
Tipos
de cambios reales según teoría de la PPA
Esta teoría de los tipos de cambio demuestra que los tipos de cambio de mercado (TCm)
tienden a subvaluarse a medida que es menor el nivel de ingreso per cápita de los
países.
La secuencia lógica de esta evidencia empírica es la siguiente:
El progreso técnico reduce costos, y su transferencia a través de menores
precios involucra un cambio en los precios relativos internos, encareciendo relativamente los
bienes que no redujeron costos. |
Cuadro
Nº 1. Tipos de cambios reales a precios de 1995 según paridad relativa (m/n por u$s
EEUU).
|
Mercosur |
1965/75 |
1980/84 |
1985/89 |
1990/94 |
1995/99 |
2000 |
|
Argentina |
1,68 |
1,17 |
1,60 |
1,05 |
1,05 |
1,12 |
|
|
|
|
|
|
|
Brasil |
1,23 |
1,22 |
1,38 |
1,22 |
1,00 |
1,32 |
|
|
|
|
|
|
|
Paraguay |
2.022,26 |
1.381,08 |
2.128,92 |
2.304,22 |
2.125,26 |
2.666,79 |
|
|
|
|
|
|
|
Uruguay |
7,37 |
8,13 |
10,64 |
8,13 |
6,60 |
7,41 |
|
|
|
|
|
|
|
Asociados |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Bolivia |
4,80 |
2,77 |
4,01 |
4,83 |
4,70 |
5,02 |
|
|
|
|
|
|
|
Chile |
365,50 |
328,62 |
524,79 |
474,25 |
430,44 |
499,28 |
|
|
|
|
|
|
|
P. Andino |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Colombia |
973,12 |
869,05 |
1.268,38 |
1.391,87 |
944,20 |
1.185,94 |
|
|
|
|
|
|
|
Ecuador |
2.109,06 |
1.615,00 |
2.560,62 |
3.007,62 |
2.749,23 |
3.702,39 |
|
|
|
|
|
|
|
Perú |
3,31 |
3,26 |
3,16 |
2,58 |
2,40 |
2,79 |
|
|
|
|
|
|
|
Venezuela |
143,88 |
103,92 |
160,52 |
214,10 |
169,08 |
127,63 |
|
|
|
|
|
|
|
México |
5,16 |
5,04 |
7,10 |
4,92 |
5,62 |
4,56 |
|
|
Fuente:
con datos de Estadísticas Financieras Internacionales del FMI. |
La
reducción de costos y precios en los bienes que incorporaron progreso técnico hace que
éstos sean más competitivos en los mercados externos. Este progreso técnico se incorpora
por lo general en los bienes transables, y como los tipos de cambio tienden a fijarse de
acuerdo con estos bienes, su reducción de costos y precios obligaría a revaluar la moneda en
los países de mayor progreso técnico y por consiguiente mayor ingreso per cápita. |
|
Si la moneda del país que reduce costos y precios es unidad de cuenta en las
transacciones internacionales, la opción para el resto del mundo es devaluar de hecho su
moneda en la medida que no incorpore progreso técnico y por consiguiente no crezca en la
misma medida su ingreso per cápita. |
|
En consecuencia, los países subdesarrollados tienen un TCm subvaluado, y por
consiguiente su PBI medido en u$s al TCm es inferior a aquel que indicaría el tipo de cambio
que igualaría los precios de todos los bienes con respecto a los precios prevaleciente en los
países desarrollados. Este PBI medido en u$s al TCppa se obtiene valuando el PBI de cada
país a los precios que prevalecen para sus similares en los países desarrollados (se toma
como referencia los precios de EEUU cuando se hacen las valuaciones en u$s). |
El estudio
más reciente sobre estas diferencia de precios y TCm y TCppa corresponde al documento
producido por Sultan Ahmad Regression estimates of per capita GDP based on
purchasing power parities, Banco Mundial, agosto de 1992. Sus mediciones más
globales son susceptibles de síntesis a través del siguiente cuadro de doble entrada:
Indices de niveles de precios valuados en u$s al TCm.
|
|
Transables-Mercaderías
Excl. construcción |
No transables
Construcción y Servicios |
Total |
|
Países más ricos |
1,19
|
0,97 |
1,08 |
|
|
|
|
Países más pobres |
0,60 |
0,25 |
0,41 |
|
|
permitiendo
las siguientes observaciones para los países más pobres:
Los
precios de los bienes no transables tienden a un cuarto de aquellos que se registran en los
EEUU. |
|
Los precios relativos de los bienes transables, con respecto a los no
transables, tienden a ser algo más que el doble de aquellos que se registran en los EEUU. |
|
Los niveles de precios tienden a ser menores, tanto en los transables como en
los no transables, promediando una relación de dos veces y medio a uno. |
En
consecuencia, si el volumen físico de la producción de bienes y servicios de los países
subdesarrollados se la valúa a los precios internos de los EEUU, el PBI de los países
subdesarrollados es mayor que aquel que se deriva de medirlo con el TCm, señalando que
existe un TCppa (aquel que iguala precios internos entre EEUU y países subdesarrollados)
que es inferior a aquel que indica el TCm.
No obstante, cabe observar que, contrariamente a lo que indica la teoría, según la
evidencia empírica aportada por S.Ahmad, tampoco se igualan los precios internos de los
bienes transables al TCm que se determina por este tipo de bienes. Este hecho tiene que
ver con el componente no transable de los bienes aparentemente transables que, en
definitiva, fijan sus precios internos en función del menor poder adquisitivo de sus
mercados internos (ingreso per cápita).
A este último respecto debe computarse que el conjunto de bienes y servicios que
satisfacen perfiles de demanda (alimentación, vestimenta, vivienda y servicios en
general) no tienen necesaria correspondencia con las calidades y necesidades definidas por
los gustos que prevalecen en los países desarrollados. En consecuencia, resulta posible
afirmar que está sobrevaluado el mayor ingreso per cápita de un país cuando se valúa
su PBI por TCppa.
En un esquema simplificado de interpretación, la
subvaluación del nivel de PBI(TCm) per cápita respecto al PBI(TCppa) o la relación
TCppa/TCm puede expresarse de la siguiente manera:
|
|
Yp/c
bajo |
Yp/c
medio bajo |
Yp/c
medio alto |
Yp/c
alto |
|
PBI (TCm) / PBI (TCppa) |
0,25 |
0,50 |
0,75 |
1,00 |
|
|
Evidencias empíricas de la mediciones del PBI(TCppa)
Las mediciones de S. Ahmad se remiten a
información del año 1985 obtenidos de la base de datos del Banco Mundial. Compara las
estimaciones del PBI(TCm) per cápita con las estimaciones del PBI(TCppa) que resultan de
los estudios del Programa de Comparaciones Internacionales de las Naciones Unidas (PCI).
Las estimaciones del PBI(TCppa) la sintetiza en la siguiente
regresión:
|
ln
PBI(TCppa) = |
0,5726
ln PBI(TCm) + |
0,3466
ln ENROL + |
0,3865 |
|
|
(0,0319) |
(0,0540) |
|
|
|
|
|
N = 76 |
R2 =
0,9523 |
RMSE =
0,2240 |
|
|
|
En
la cual ENROL es la tasa de enrolamiento escolar secundaria como expresión de condiciones
de productividad.
A partir de estos resultados establece la relación entre PBI(TCm)/PBI(TCppa) que en
definitiva es la relación TCppa/TCm y su correspondencia con los niveles de PBI(TCm) per
cápita, cuyos resultados numéricos sintetiza en su tabla 1.
Los resultados numéricos obtenidos por S. Ahmad son utilizados a los fines de la
aproximación propuesta en este trabajo. Para ello se adopta una regresión lineal que
establece la correspondencia entre PBI(TCm)/PBI(TCppa) = TCppa/TCm = a.PBI(TCm) per
cápita + b. La eliminación de la tasa de enrolamiento escolar responde a la idea de una
simplificación de las estimaciones, en el entendimiento que las diferencias entre los
PBI(TCm) per cápita recogen las diferencias de productividad que de hecho responden a
múltiples factores.
Cabe advertir que los excelentes resultados obtenidos por S. Ahmad tienen por objetivo
determinar PBI(TCppa) para los países de los que no se dispone este dato, a partir del
cual luego se puede determinar la relación TCppa/TCm. Pero en
el presente trabajo el PBI(TCppa) se lo recibe como un dato cierto, y lo que
se busca es un criterio de referencia para evaluar desvíos del TCm con respecto al
comportamiento promedio, atendiendo al nivel de ingreso per cápita tal cual lo indica la
teoría de la PPA.
La idea que se propone con esta versión simplificada no es la de obtener las
mejores estimaciones del PBI(TCppa), sino que las diferencias que existen entre TCppa y
TCm responden a una compleja realidad de las políticas económicas nacionales, y que la
validez de los argumentos lógicos de la teoría de la PPA obligan a considerar que existe
un valor promedio de referencia y múltiples dispersiones susceptibles de ser evaluadas
como desvíos a las grandes tendencias indicadas por los valores promedios.
En consecuencia, los errores standard en los estimadores de estos ajustes lineales deben
interpretarse como una manifestación de estas dispersiones a ser evaluadas.
TCppa
promedios para países de América del Sur y Méjico.
Para comprobar la razonabilidad de utilizar una regresión explicativa del comportamiento
promedio de la relación PBI(TCm)/PBI(TCppa) se recurrió a varias estimaciones, agrupando
países según niveles de ingresos per cápita, utilizando las que computan las
observaciones verificadas durante los años 1995, 1997 y 1999.
Para América del Sur y Méjico se utilizó la siguiente
regresión:
PBI (TCm) / PBI (TCppa) =
0,0564 PBI (TCm) per cápita + 0,3174 R2 = 0,61 |
La
cual presenta cierta correspondencia con la regresión obtenida para el conjunto de todos
los países de PBI(TCm) per cápita de nivel medio, cuyos extremos oscilan entre u$s 1.000
y u$s 8.500:
PBI (TCm) / PBI (TCppa) =
0,0522 PBI (TCm) per cápita + 0,3238 R2 = 0,45 |
Esta correspondencia entre las dos estimaciones permite sostener
que, pese a los errores que puedan existir en las estimaciones de ciertos PBI(TCppa), los
comportamientos promedios serían aceptables como expresión síntesis de una tendencia
amparada en la ley de los grandes números, y por el contrario, cuando una
estimación de sobrevaluación o subvaluación de las monedas nacionales ofrezca sospechas
acerca de su validez, permitirìa volver sobre estas estimaciones a los efectos de evaluar
su consistencia. De hecho, como se verá, estos errores acontecieron con algunas
mediciones realizadas para países de América del Sur.
Los resultados deben interpretarse siguiendo la siguiente línea de razonamiento:
|
Observado |
PBI(TCm)/PBI(TCppa) |
|
|
|
|
Donde estimados y
observados de PBI(TCppa) son iguales |
|
Estimado |
PBI(TCm*)/
PBI(TCppa) |
|
|
|
En
consecuencia se reducen a la relación del PBI en moneda nacional entre su valor observado
según TCm y su valor estimado según TCm*
|
Observado |
PBI(m/n)/
TCm |
|
|
|
|
Que es igual a la
relación TCm* / TCm = c y TCm* = c.TCm |
|
Estimado |
PBI(m/n)/
TCm* |
|
|
|
Cuando
el factor de corrección c es mayor que uno indica subvaluación de la moneda
nacional (TCm < TCm*) y cuando es menor que uno indica sobrevaluación de la moneda
nacional (TCm > TCm*), ambos valores con respecto a los que les correspondería según
la aplicación de la teoría de la PPA sobre la base de su comportamiento promedio
expresado en la regresión de ajuste (ver cuadro Nº 2).
Cuadro Nº 2. Factores de corrección c para TCm y
determinar el TCm*
|
|
2000 |
1999 |
1998 |
1997 |
|
|
c |
TCm |
c |
TCm |
c |
TCm |
c |
TCm |
|
Argentina |
0,8350 |
0,9995 |
0,8996 |
0,9995 |
1,0681 |
0,9996 |
1,0756 |
0,9996 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Brasil |
0,9402 |
1,6018 |
1,2347 |
1,3511 |
1,2899 |
1,0812 |
1,2961 |
1,0003 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Paraguay |
0,8144 |
3.110,7 |
0,9270 |
2.674,5 |
1,1573 |
2.320,4 |
1,2057 |
2.065,9 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Uruguay |
1,0377 |
11,304 |
1,0960 |
10,418 |
0,9789 |
9,2952 |
1,0832 |
7,9209 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Bolivia |
0,8754 |
5,8353 |
0,9685 |
5,5256 |
0,6339 |
5,2797 |
0,6920 |
5,0431 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Chile |
1,1240 |
501,51 |
1,2302 |
462,79 |
0,9487 |
430,62 |
0,9487 |
409,45 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Colombia |
0,8124 |
1.756,7 |
0,8870 |
1.441,1 |
0,7471 |
1.201,2 |
0,7607 |
1.030,2 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Ecuador |
1,0745 |
14.074 |
1,2852 |
7.077,2 |
0,8186 |
4.211,5 |
0,8104 |
3.250,8 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Perú |
1,0208 |
3,2678 |
1,2048 |
2,9925 |
S/i |
2,6825 |
1,2285 |
2,4569 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Venezuela |
1,3374 |
611,08 |
1,3285 |
547,30 |
0,8301 |
484,51 |
0,7900 |
360,94 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
México |
0,9548 |
9,3840 |
1,0079 |
8,8716 |
0,8955 |
8,2180 |
0,8633 |
7,3124 |
|
|
El TCm corresponde al promedio simple de tres años computando los dos
años anteriores de cada año considerado para que sea compatible con la metodología del
B. Mundial al estimar el PBI en u$s corrientes.
Fuente: con datos del B, Mundial y del FMI.
El comentario que corresponde realizar es que el Banco Mundial revisó sus estimaciones
del PBI(TCppa) a partir del año 1999/2000 respecto a 1997/1998, permitiendo afirmar que
esta revisión ofrece una mayor consistencia con los valores generales que sugiere la
teoría de la ppa y los niveles de PBI(TCm) per cápita de cada uno de ellos. En efecto la
relación PBI(u$s)/PBI(ppa) cambia particularmente para los casos de Chile( de 0,38 a
0,53), Argentina (de 0,87 a 0,64), Ecuador (de 0,33 a 0,45), Paraguay (de 0,50 a 0,35) y
Venezuela (de 0,42 a 072). Estas revisiones no invalidan el principio de que los
comportamientos promedios serían aceptables como expresión síntesis de una tendencia
amparada en la ley de los grandes números.
Algunas
conclusiones
Tomando como referencia los factores de corrección indicados para el período
considerado, podemos verificar desde una subvaluación de la moneda 1,33 (implica devaluar
el TCm un 33 %) hasta una sobrevaluación 0,63 (implica apreciar el TCm un 37 %).
Esta amplitud en los desvíos de los valores que
corresponderían, indica la necesidad de crear los fundamentos para las cotizaciones de
las monedas de los países de América Latina, si se trata de adoptar criterios que sirvan
de base para la negociación y armonización de tipos de cambio.
Esta necesidad se fortalece cuando se compara los resultados obtenidos con aquellos que
resultan de los estudios de la CEPAL (aunque en menor magnitud), al momento de estimar
tipos de cambios reales a fin de corregir las distorsiones que se producen al utilizar
tipos de cambio de mercado. Al respecto cabe advertir que los estudios de la CEPAL están
sustentados en el criterio de la paridad relativa, ajustados, en los años que toma de
base, según desvíos verificados en las tendencias prevalecientes. Los límites que
ofrece la utilización del criterio de la paridad relativa ya fue comentado en la primera
parte de este trabajo.
A efectos de facilitar esta comparación, se han insertado, en el cuadro ya presentado,
las columnas que identifican los factores de corrección necesarios según estimaciones de
la CEPAL.
Cuadro Nº 3. Sobrevalor o subvalor de las monedas
nacionales durante el año 2000 según estimaciones de la CEPAL (base 1995) y del Banco
Mundial.
|
|
Sobre<1 y sub>1 valor TCm*/TCm |
Referencias TCm nomina |
|
|
B.Mundial |
CEPAL |
1998/2000 |
2000 |
28.02.02 |
|
Argentina |
0,8350 |
0,965 |
0,9995 |
1,00 |
2,20 |
|
|
|
|
|
|
Brasil |
0,9402 |
0,736 |
1,6018 |
1,83 |
2,36 |
|
|
|
|
|
|
Paraguay |
0,8144 |
0,794 |
3.110,7 |
3.486,40 |
4.949,70 |
|
|
|
|
|
|
Uruguay |
1,0377 |
0,931 |
11,304 |
12,10 |
14,71 |
|
|
|
|
|
|
Bolivia |
0,8754 |
0,963 |
5,8353 |
6,18 |
6,98 |
|
|
|
|
|
|
Chile |
1,1240 |
0,823 |
501,51 |
535,47 |
672,15 |
|
|
|
|
|
|
Colombia |
0,8124 |
0,803 |
1.756,7 |
2.087,90 |
2.304,25 |
|
|
|
|
|
|
Ecuador |
1,0745 |
0,729 |
14.074 |
24.988,40 |
s/c |
|
|
|
|
|
|
Perú |
1,0208 |
0,827 |
3,2678 |
3,49 |
3,47 |
|
|
|
|
|
|
Venezuela |
1,3374 |
1,511 |
611,08 |
679,96 |
1.015,50 |
|
|
|
|
|
|
México |
0,9548 |
1,110 |
9,3840 |
9,46 |
9,13 |
|
|
Fuente:
con datos del FMI, Banco Mundial y Anuario Estadístico de la CEPAL año 1999.
Algunas
aplicaciones
Los TCm* así
obtenidos, además de servir como base de referencia para evaluar políticas
cambiarias nacionales, permiten introducir
correcciones a diversas estimaciones de la información que corresponde a cada uno de los
países, cuando se las valúan en dólares a los fines de comparaciones internacionales.
Al respecto, la información más frecuente a comparar corresponde a la de los PBI y los
niveles de salarios, como uno de los tantos elementos de juicio susceptibles de ser
utilizados al momento de evaluar niveles de vida.
Cuando se comparan relaciones existentes entre estos dos conceptos no existen problemas en
su valoración. Pero cuando por una lado se presentan las estimaciones de los PBI a
comparar, y por otro lado los niveles de salarios, aparece la deformación de la
información por el sobre o subvalor de las monedas nacionales que se pueden atribuir a
los TCm. Por ejemplo, al año 2000 disponemos de las siguientes estimaciones del PBI
sintetizadas en el cuadro Nº 4, en que la atribuida al TCppa según Banco Mundial
pretende ser la que corresponde a la real disposición de bienes y servicios en las
producciones nacionales (ver sobre estimación comentada oportunamente):
Cuadro Nº 4: PBI según TCm y Tcppa
|
|
TCm |
TCppa |
TCm* |
|
|
FMI |
BM |
BM |
BM |
|
Argentina |
7.695 |
7.440 |
12.090 |
8.910 |
|
|
|
|
|
Brasil |
3.561 |
3.570 |
7.320 |
3.797 |
|
|
|
|
|
Paraguay |
1.362 |
1.450 |
4.460 |
1.780 |
|
|
|
|
|
Uruguay |
6.022 |
6.090 |
8.880 |
5.869 |
|
|
|
|
|
Bolivia |
996 |
1.000 |
2.380 |
890 |
|
|
|
|
|
Chile |
4.638 |
4.600 |
9.110 |
5,255 |
|
|
|
|
|
Colombia |
1.920 |
2.080 |
5.890 |
2.560 |
|
|
|
|
|
Ecuador |
1.076 |
1.210 |
2.920 |
1.126 |
|
|
|
|
|
Perú |
2.085 |
2.100 |
4.720 |
2.057 |
|
|
|
|
|
Venezuela |
4.985 |
4.310 |
5.750 |
3.223 |
|
|
|
|
|
México |
5.898 |
5.080 |
8.810 |
5.320 |
|
|
El PBI (TCm*) se obtiene a partir de los tipos de cambio implícitos
derivados del ajuste que lo estima como valor promedio.
A consecuencia de los resultados mostrados en el cuadro Nº 4 se abren nuevos
interrogantes acerca de las estimaciones del PBI según teoría de la PPA que realiza el
Banco Mundial. Si bien viene realizado revisiones al
respecto, dejan mucho que desear la ausencia de explicaciones acerca de esta
modificaciones. Aceptando como válidos los TCm* estimados según
comportamientos promedios amparados en la ley de los grandes números ya comentado, en el
cuadro Nº 4 se reestiman los PBI de acuerdo con las estimaciones de los TCm*.
La conclusión necesaria es la necesidad de recurrir a indicadores alternativos
acerca del nivel de vida de los países que, de origen, no estén comprometidos con los
resultados de estas valuaciones. Lo cual no significa descalificarla en los procesos de
evaluación de los niveles de vida porque, aún con sus errores, siguen siendo expresión
manifiesta de la aplicación de recursos con capacidad de generar la base material de los
países, y el poder adquisitivo de sus salarios.
A este último respecto, basta enunciar las relaciones entre PBI a TCm y salarios brutos
mínimos anuales que registra la encuesta de la UBS en su edición del año 2000, y la
relación con los salarios promedios de la misma fuente, haciendo la salvedad de que
corresponden a los de las grandes ciudades para salarios pagados en empresas con fuerte
organización productiva ya que, en general, en todos los países existen salarios
mínimos de un submercado de trabajo que son inferiores a éstos mínimos (ver cuadro Nº
5).
A consecuencia de la información presentada, surge la necesidad de una revisión de la
estimación del PBI de Colombia, el cual no está de acuerdo con los niveles de salarios
mínimos, promedios y el mínimo relevado por la encuesta, señalando la existencia de un
importante volumen de producción no registrada.
Cuadro Nº 5: Salarios mínimos y promedios y PBI.
|
|
PBI |
Salarios anuales % PBN |
Nº veces |
Salarios mín. en u$s/hora |
|
|
cápita |
Mínimos |
Promedio |
Prom/mín |
UBS |
Encuesta |
|
Argentina (1) |
7.754 |
66,7 |
165,5 |
2,5 |
2,58 |
1,25 |
|
|
|
|
|
|
|
Brasil (1) |
3.604 |
61,8 |
190,2 |
3,1 |
1,15 |
0,37 |
|
|
|
|
|
|
|
Chile (1) |
4.768 |
67,9 |
174,1 |
2,6 |
1,44 |
0,94 |
|
|
|
|
|
|
|
Colombia (1) |
1.965 |
106,8 |
277,6 |
2,6 |
0,96 |
0,70 |
|
|
|
|
|
|
|
Venezuela (1) |
5.016 |
71,2 |
113,1 |
1,6 |
1,83 |
S/i |
|
|
|
|
|
|
|
México (1) |
5.817 |
27,5 |
77,6 |
2,8 |
0,74 |
S/i |
|
Referencias |
|
|
|
|
|
|
|
Corea (2) |
9.845 |
95,6 |
183,2 |
1,9 |
4,54 |
1,45 |
|
|
|
|
|
|
|
España (2) |
14.187 |
52,3 |
91,1 |
1,7 |
4,33 |
1,64 |
|
|
|
|
|
|
|
Italia (1) |
18.608 |
57,7 |
86,5 |
1,6 |
6,20 |
5,71 |
|
|
|
|
|
|
|
Canadá (2) |
21.403 |
77,1 |
122,8 |
1,6 |
9,66 |
S/i |
|
|
|
|
|
|
|
Francia (2) |
22.051 |
50,6 |
82,0 |
1,6 |
7,03 |
6,03 |
|
|
|
|
|
|
|
Alemania (2) |
22.895 |
68,7 |
102,8 |
1,6 |
9,37 |
S/i |
|
|
|
|
|
|
|
EEUU (2) |
33.889 |
64,7 |
104,0 |
1,5 |
11,54 |
5,15 |
|
|
|
|
|
|
|
Japón (3) |
37.923 |
75,4 |
107,2 |
1,4 |
15,76 |
5,05 |
|
|
PBN per cápita corresponden a los del FMI valuados a TCm utilizados por
la UBS en la edición 2000 de su estudio. Los salarios mínimos pertenecen a (1) obrero de
la construcción, (2) operaria en la industria textil y (3) vendedora de ropa de mujer en
una gran tienda, todos solteros y próximos a 25 años de edad, sin calificaciones
mayores.
En los países tomados como referencia, los salarios mínimos como % del PBN representaron
los siguientes promedios simples: 2000 (67,8); 1997 (66,6); 1994 (76,5); 1991 (68,5); 1988
(69,2). Los promedios 2000/1997/1994: Argentina (62,8); Brasil (63,8); Méjico (29,6);
Venezuela (51,5); Colombia (94,2).
Fuente: con datos de Precios y salarios en el mundo de la UBS en su edición
2000 y resultados de encuesta de consultora publicados por el Cronista Comercial del
26.11.01, página 35.
En cambio, en el caso de Méjico se puede verificar que el valor del salario mínimo se
encuentra en el entorno del 30 %, tanto en 1994, antes del tequila, como en 1997, a la vez
que su relación con los salarios promedio guarda la proporción propia de los datos
conocidos para la región. Lamentablemente, de la encuesta realizada por la consultora no
se publicó su salario mínimo del submercado de trabajo de insuficientes calificaciones,
pudiendo presuponerse que quizás no sean tan distantes del mínimo publicado por la UBS.
Estos índices de salarios con respecto al PBI, constituyen otra de las tantas relaciones
económicas a tener en cuenta al plantearse la sustentabilidad del crecimiento y
desarrollo, ya que en definitiva definen la magnitud del posible poder adquisitivo de los
mercados internos. |