-

 
Tipos de cambios reales: criterios de negociación, armonización y valuaciones
Autor: Dr. LE Ernesto Vaihinger
Miembro de la Comisión de Actuación Profesional de Licenciados en Economía

Resumen

El autor desarrolla un criterio para identificar tipos de cambios reales que sirvan de base para la negociación y armonización de tipos de cambios nacionales, a la vez que permitan valuaciones más ajustadas para las comparaciones macroeconómicas que sirven de referencia.

A tal fin se apoya en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA) en su versión absoluta, una vez planteados los límites que ofrece a este efecto la teoría de la PPA relativa. Al efecto recurre a las evidencias empíricas que ofrecen la información y los estudios realizados sobre el poder adquisitivo de los PBI comparados.

A consecuencia de los resultados obtenidos, debido a ciertas inconsistencias, plantea también la necesidad de una revisión de las estimaciones de algunos PBI según la teoría de la PPA, pero que no invalidan sus estimaciones sostenidas por comportamientos promedios de grandes números que neutralizan algunos errores de estimaciones en la información de base utilizada como “cierta”.

Al respecto sugiere complementar la información con indicadores alternativos acerca del nivel de vida que no estén comprometidos con los resultados del PBI(PPA), como por ejemplo el IDH (incluye PBIppa, esperanza de vida e índice de escolaridad). Lo cual no significa descalificarlos en la evaluación de los niveles de vida porque, aún con sus errores, siguen siendo expresión manifiesta de la aplicación de recursos que se disponen, con la capacidad de generar la base material de los países y el poder adquisitivo de sus salarios, y consiguientes dimensiones de sus mercados internos.

En este último sentido, apela a la información disponible sobre salarios mínimos y promedios para presentar los grados de correspondencia entre éstos y el PBI, valuados a tipos de cambio de mercado, como índice de la potencialidad del poder adquisitivo de los salarios acordes con la producción.

La particularidad del tema abordado en este trabajo se realiza en el marco de un encuadramiento que destaca la necesidad de definir a un conjunto de relaciones económicas que den señales de alerta que impidan sostener situaciones de corto plazo que comprometen el crecimiento y el desarrollo en el mediano y largo plazo. También se formula en la convicción que los economistas sólo pueden validar las restricciones que deben administrar cuando son conducentes con el desarrollo, en el entendimiento que los éxitos de una política económica debe comprender la aceptación y compromiso de una sociedad con el ámbito en que desenvuelve su vida y proyecta su futuro.

Encuadramiento

La construcción de una economía solidaria, basada en la justicia, la libertad y la paz, requiere, al menos, de las siguientes condiciones de base:

El fortalecimiento de la acción del Estado en sus respectivos Poderes, gobiernos y administraciones.
La capacidad y profesionalidad en la gestión pública y privada, con activa participación de la sociedad civil a través de sus instituciones intermedias.
Un ordenamiento normativo simplificado y transparente que permita discernir sin dudas entre lo que se acepta o lo que se rechaza, y lo susceptible de castigo para todas aquellas acciones que contradicen intereses generales para alimentar ilegítimamente intereses personales.

La construcción de esta economía excede a la del economista formado exclusivamente en los aspectos científicos de la economía, exigiéndole una formación más amplia que le permita integrar equipos multidisciplinarios con capacidad de ser interlocutor en el abordaje de temas complejos. Es así por la naturaleza y las consecuencias sociales y políticas de los temas que se deben abordar, en el entendimiento que los éxitos de una política económica debe comprender la aceptación y compromiso de una sociedad con el ámbito en que desenvuelve su vida y se proyecta su futuro.

Como es habitual, a los economistas les cabe la antipática función de plantear los requerimientos de toda sociedad atendiendo a las necesidades y restricciones que impone la economía. Por ello, sus propuestas sólo se validan cuando plantean estas cuestiones en el marco de propuestas conducentes con el crecimiento y el desarrollo, más aún cuando estas restricciones se ven amplificadas por las tres brechas deficitarias prevalecientes en la Argentina actual: social, fiscal y externa.

No atender a estas exigencias, significa debilitar las bases de sustentación creativa, dando lugar a un perverso funcionamiento social, en que el espíritu de supervivencia finaliza desplazando al de la cooperación que debe manifestarse en la genuina participación en la definición de los intereses comunes.

En el marco de este encuadramiento, uno de los temas que debe plantearse desde la economía es el de la necesidad de atender a un conjunto de relaciones económicas que hacen a la sustentabilidad del crecimiento y el desarrollo. En otras palabras, señales de alerta que impidan mantener situaciones que se sostienen en el corto plazo, pero comprometen el crecimiento y el desarrollo en el largo plazo. Al respecto, cabe recordar a J. H. G. Olivera en su conferencia sobre “Desarrollo y progreso económico”, quien nos advierte, en otras palabras, sobre la necesidad de adoptar el paradigma del desarrollo, para contraponer al paradigma Keynesiano a ultranza, y al paradigma de la estabilidad del valor externo del dinero a ultranza..

A fin de circunscribir este complejo problema, se decidió trabajar, a los efectos de este IV Encuentro, con una de las tantas variables que hacen al ordenamiento macroeconómico, no sólo a escala nacional, sino también regional y mundial: los tipos de cambios reales.

Los tipos de cambios reales no sólo definen términos de intercambio nacionales e internacionales presentes, sino también los futuros, alimentando expectativas que hacen a decisiones de inversión. Por consiguiente requieren de pautas que permitan evaluar sus niveles y definir políticas que apunten a corregir ciertos desvíos que no sean sustentables en el mediano y largo plazo, y en consecuencia sus valores presentes estén emitiendo señales que no tienen correspondencia con las apreciaciones que se hagan a partir de ellos.

Un ejemplo válido al respecto es el siguiente. Cuando el diario “El Cronista”, en base a un estudio realizado por una consultora, titula “Empleo argentino, el más caro de la región”, y publica los salarios mínimos en u$s por hora que resultan de la encuesta: Argentina 1,25; Chile 0,94; Perú 0,74; Colombia 0,70; Brasil 0,37. Así se refuerza la idea de que tenemos un problema de competitividad por los altos salarios en dólares. Cuando el elevado salario en dólares puede obedecer a tipos de cambio de mercado ocasionalmente bajos respecto a los que indican criterios teóricos y prácticos, con precios de bienes y servicios que también son elevados cuando se los valúa en dólares.

Evidencias empíricas que no constituyen el objetivo de este trabajo, señalan que existe una cierta relación standard entre el PBI per cápita valuado en dólares y los salarios que corresponden a las calificaciones del trabajo básico en empresas organizadas, a la vez que los salarios mínimos en muchos países tienden a ser una alícuota de los salarios que corresponden a este trabajo básico así definido, dependiendo de particularidades que prevalecen en la oferta de la fuerza de trabajo y las calificaciones requeridas.

Estas relaciones invalidan una afirmación simplificada como la enunciada con referencia a la falta de competitividad atribuida a elevados salarios en dólares. Primero, porque los niveles de salarios tienden a quedar definidos por los poderes adquisitivos de los mercados internos según sus PBI per cápita; segundo, porque no contempla que los niveles de los tipos de cambios reales tienden a sobrevaluarse a menores niveles de ingreso per cápita (PPA: teoría de la paridad del poder adquisitivo para los tipos de cambio); tercero, porque pese a la teoría de la PPA existen desvíos en los tipos de cambio de mercado con respecto a los que indicaría esta teoría.

El análisis de estos desvíos respecto a los indicados por la teoría de la PPA va a ser el objeto central de este trabajo, en el entendimiento que deben existir pautas macroeconómicas consistentes para evaluar las políticas nacionales y disponer de elementos de juicios que faciliten los acuerdos en las negociaciones. Criterios que deben desarrollarse a partir de las técnicas que disponen las ciencias.

Tipos de cambios reales según paridad relativa

Es un índice general que se utiliza para evaluar el nivel de los tipos de cambios nominales. Se obtiene de ajustar a éstos por la inflación general de los países de referencia (EEUU) deflactado por la inflación interna. Como se utilizan índices generales de precios, éstos no tienen necesarimente que ver con el poder adquisitivo para importaciones o competitivo para las exportaciones, pero señalan un punto de referencia general a partir del cual evaluar las particularidades.

Durante la década de 80’, los países de AL, deuda externa mediante y limitaciones de acceso al crédito internacional, se vieron obligados a ajustar las importaciones a su capacidad exportadora y necesidades de caja de divisas. Esta restricción se manifestó a través de tipos de cambios reales altos (TCR), agudizándose esta tendencia durante el segundo quinquenio con respecto al primero. Estos altos niveles de TCR tienen en algunos casos cierta correspondencia con los observados puntualmente durante 1965, 1970 y 1975 (Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y Venezuela) y en otros casos son significativamente mayores a los de aquellos entonces (Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador y Méjico).

A partir de la década de '90, una vez modificadas las condiciones prevaleciente durante '80, se verificaron tres tipos de comportamientos en esta materia:

Países que tienden a disminuir sus TCR respecto a '80, incluso con respecto a las observaciones puntuales prevalecientes durante 1965, 1970 y 1975 (Argentina, Brasil y Perú).
Países que también tienden a disminuir sus TCR respecto a '80, pero tendiendo a las observaciones puntuales prevalecientes durante 1965, 1970 y 1975 (Chile, Colombia, Méjico y Uruguay).
Países que mantienen sus TCR de la década de '80 (Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela).

La disparidad de los comportamientos observados y la pretensión de su descripción simplificada, hablan a las claras de las dificultades que ofrecería aplicar un criterio de paridad relativa (comparación de TCR) para juzgar la razonabilidad de los TCR históricos o necesarios, lo cual no significa negar su validez para evaluar las gestiones que en esta materia se realizaron, mercados cambiarios mediante, atendiendo a intencionalidades de competitividad que se pretendieron a través de estas acciones (cuadro Nº 1).

Tipos de cambios reales según teoría de la PPA

Esta teoría de los tipos de cambio demuestra que los tipos de cambio de mercado (TCm) tienden a subvaluarse a medida que es menor el nivel de ingreso per cápita de los países.
La secuencia lógica de esta evidencia empírica es la siguiente:

El progreso técnico reduce costos, y su transferencia a través de menores precios involucra un cambio en los precios relativos internos, encareciendo relativamente los bienes que no redujeron costos.

Cuadro Nº 1. Tipos de cambios reales a precios de 1995 según paridad relativa (m/n por u$s EEUU).

Mercosur 1965/75 1980/84 1985/89 1990/94 1995/99 2000
Argentina 1,68 1,17 1,60 1,05 1,05 1,12
Brasil 1,23 1,22 1,38 1,22 1,00 1,32
Paraguay 2.022,26 1.381,08 2.128,92 2.304,22 2.125,26 2.666,79
Uruguay 7,37 8,13 10,64 8,13 6,60 7,41
Asociados
Bolivia 4,80 2,77 4,01 4,83 4,70 5,02
Chile 365,50 328,62 524,79 474,25 430,44 499,28
P. Andino
Colombia 973,12 869,05 1.268,38 1.391,87 944,20 1.185,94
Ecuador 2.109,06 1.615,00 2.560,62 3.007,62 2.749,23 3.702,39
Perú 3,31 3,26 3,16 2,58 2,40 2,79
Venezuela 143,88 103,92 160,52 214,10 169,08 127,63
México 5,16 5,04 7,10 4,92 5,62 4,56
Fuente: con datos de Estadísticas Financieras Internacionales del FMI.
La reducción de costos y precios en los bienes que incorporaron progreso técnico hace que éstos sean más competitivos en los mercados externos. Este progreso técnico se incorpora por lo general en los bienes transables, y como los tipos de cambio tienden a fijarse de acuerdo con estos bienes, su reducción de costos y precios obligaría a revaluar la moneda en los países de mayor progreso técnico y por consiguiente mayor ingreso per cápita.
Si la moneda del país que reduce costos y precios es unidad de cuenta en las transacciones internacionales, la opción para el resto del mundo es devaluar de hecho su moneda en la medida que no incorpore progreso técnico y por consiguiente no crezca en la misma medida su ingreso per cápita.
En consecuencia, los países subdesarrollados tienen un TCm subvaluado, y por consiguiente su PBI medido en u$s al TCm es inferior a aquel que indicaría el tipo de cambio que igualaría los precios de todos los bienes con respecto a los precios prevaleciente en los países desarrollados. Este PBI medido en u$s al TCppa se obtiene valuando el PBI de cada país a los precios que prevalecen para sus similares en los países desarrollados (se toma como referencia los precios de EEUU cuando se hacen las valuaciones en u$s).

El estudio más reciente sobre estas diferencia de precios y TCm y TCppa corresponde al documento producido por Sultan Ahmad “Regression estimates of per capita GDP based on purchasing power parities”, Banco Mundial, agosto de 1992. Sus mediciones más globales son susceptibles de síntesis a través del siguiente cuadro de doble entrada:

Indices de niveles de precios valuados en u$s al TCm.

Transables-Mercaderías
Excl. construcción
No transables
Construcción y Servicios
Total
Países más ricos 1,19    0,97 1,08
Países más pobres 0,60 0,25 0,41

permitiendo las siguientes observaciones para los países más pobres:

Los precios de los bienes no transables tienden a un cuarto de aquellos que se registran en los EEUU.
Los precios relativos de los bienes transables, con respecto a los no transables, tienden a ser algo más que el doble de aquellos que se registran en los EEUU.
Los niveles de precios tienden a ser menores, tanto en los transables como en los no transables, promediando una relación de dos veces y medio a uno.

En consecuencia, si el volumen físico de la producción de bienes y servicios de los países subdesarrollados se la valúa a los precios internos de los EEUU, el PBI de los países subdesarrollados es mayor que aquel que se deriva de medirlo con el TCm, señalando que existe un TCppa (aquel que iguala precios internos entre EEUU y países subdesarrollados) que es inferior a aquel que indica el TCm.

No obstante, cabe observar que, contrariamente a lo que indica la teoría, según la evidencia empírica aportada por S.Ahmad, tampoco se igualan los precios internos de los bienes transables al TCm que se determina por este tipo de bienes. Este hecho tiene que ver con el componente no transable de los bienes aparentemente transables que, en definitiva, fijan sus precios internos en función del menor poder adquisitivo de sus mercados internos (ingreso per cápita).

A este último respecto debe computarse que el conjunto de bienes y servicios que satisfacen perfiles de demanda (alimentación, vestimenta, vivienda y servicios en general) no tienen necesaria correspondencia con las calidades y necesidades definidas por los gustos que prevalecen en los países desarrollados. En consecuencia, resulta posible afirmar que está sobrevaluado el mayor ingreso per cápita de un país cuando se valúa su PBI por TCppa.

En un esquema simplificado de interpretación, la subvaluación del nivel de PBI(TCm) per cápita respecto al PBI(TCppa) o la relación TCppa/TCm puede expresarse de la siguiente manera:

Yp/c bajo Yp/c medio bajo Yp/c medio alto Yp/c alto
PBI (TCm) / PBI (TCppa) 0,25 0,50 0,75 1,00

Evidencias empíricas de la mediciones del PBI(TCppa)

Las mediciones de S. Ahmad se remiten a información del año 1985 obtenidos de la base de datos del Banco Mundial. Compara las estimaciones del PBI(TCm) per cápita con las estimaciones del PBI(TCppa) que resultan de los estudios del Programa de Comparaciones Internacionales de las Naciones Unidas (PCI).

Las estimaciones del PBI(TCppa) la sintetiza en la siguiente regresión:

ln PBI(TCppa) = 0,5726 ln PBI(TCm) + 0,3466 ln ENROL + 0,3865
(0,0319) (0,0540)
N = 76 R2 = 0,9523 RMSE = 0,2240

En la cual ENROL es la tasa de enrolamiento escolar secundaria como expresión de condiciones de productividad.

A partir de estos resultados establece la relación entre PBI(TCm)/PBI(TCppa) que en definitiva es la relación TCppa/TCm y su correspondencia con los niveles de PBI(TCm) per cápita, cuyos resultados numéricos sintetiza en su tabla 1.

Los resultados numéricos obtenidos por S. Ahmad son utilizados a los fines de la aproximación propuesta en este trabajo. Para ello se adopta una regresión lineal que establece la correspondencia entre PBI(TCm)/PBI(TCppa) = TCppa/TCm = a.PBI(TCm) per cápita + b. La eliminación de la tasa de enrolamiento escolar responde a la idea de una simplificación de las estimaciones, en el entendimiento que las diferencias entre los PBI(TCm) per cápita recogen las diferencias de productividad que de hecho responden a múltiples factores.

Cabe advertir que los excelentes resultados obtenidos por S. Ahmad tienen por objetivo determinar PBI(TCppa) para los países de los que no se dispone este dato, a partir del cual luego se puede determinar la relación TCppa/TCm. Pero en el presente trabajo el PBI(TCppa) se lo recibe como un dato “cierto”, y lo que se busca es un criterio de referencia para evaluar desvíos del TCm con respecto al comportamiento promedio, atendiendo al nivel de ingreso per cápita tal cual lo indica la teoría de la PPA.

La idea que se propone con esta versión simplificada no es la de obtener las mejores estimaciones del PBI(TCppa), sino que las diferencias que existen entre TCppa y TCm responden a una compleja realidad de las políticas económicas nacionales, y que la validez de los argumentos lógicos de la teoría de la PPA obligan a considerar que existe un valor promedio de referencia y múltiples dispersiones susceptibles de ser evaluadas como desvíos a las grandes tendencias indicadas por los valores promedios.


En consecuencia, los errores standard en los estimadores de estos ajustes lineales deben interpretarse como una manifestación de estas dispersiones a ser evaluadas.

TCppa promedios para países de América del Sur y Méjico.

Para comprobar la razonabilidad de utilizar una regresión explicativa del comportamiento promedio de la relación PBI(TCm)/PBI(TCppa) se recurrió a varias estimaciones, agrupando países según niveles de ingresos per cápita, utilizando las que computan las observaciones verificadas durante los años 1995, 1997 y 1999.

Para América del Sur y Méjico se utilizó la siguiente regresión:

PBI (TCm) / PBI (TCppa) = 0,0564 PBI (TCm) per cápita + 0,3174   R2 = 0,61

La cual presenta cierta correspondencia con la regresión obtenida para el conjunto de todos los países de PBI(TCm) per cápita de nivel medio, cuyos extremos oscilan entre u$s 1.000 y u$s 8.500:

PBI (TCm) / PBI (TCppa) = 0,0522 PBI (TCm) per cápita + 0,3238  R2 = 0,45

Esta correspondencia entre las dos estimaciones permite sostener que, pese a los errores que puedan existir en las estimaciones de ciertos PBI(TCppa), los comportamientos promedios serían aceptables como expresión síntesis de una tendencia amparada en la ley de los grandes números, y por el contrario, cuando una estimación de sobrevaluación o subvaluación de las monedas nacionales ofrezca sospechas acerca de su validez, permitirìa volver sobre estas estimaciones a los efectos de evaluar su consistencia. De hecho, como se verá, estos errores acontecieron con algunas mediciones realizadas para países de América del Sur.

Los resultados deben interpretarse siguiendo la siguiente línea de razonamiento:

Observado PBI(TCm)/PBI(TCppa)
Donde estimados y observados de PBI(TCppa) son iguales
Estimado PBI(TCm*)/ PBI(TCppa)

En consecuencia se reducen a la relación del PBI en moneda nacional entre su valor observado según TCm y su valor estimado según TCm*

Observado PBI(m/n)/ TCm
Que es igual a la relación TCm* / TCm = c y TCm* = c.TCm
Estimado PBI(m/n)/ TCm*

Cuando el factor de corrección “c” es mayor que uno indica subvaluación de la moneda nacional (TCm < TCm*) y cuando es menor que uno indica sobrevaluación de la moneda nacional (TCm > TCm*), ambos valores con respecto a los que les correspondería según la aplicación de la teoría de la PPA sobre la base de su comportamiento promedio expresado en la regresión de ajuste (ver cuadro Nº 2).

Cuadro Nº 2. Factores de corrección c para TCm y determinar el TCm*

2000 1999 1998 1997
c TCm c TCm c TCm c TCm
Argentina 0,8350 0,9995 0,8996 0,9995 1,0681 0,9996 1,0756 0,9996
Brasil 0,9402 1,6018 1,2347 1,3511 1,2899 1,0812 1,2961 1,0003
Paraguay 0,8144 3.110,7 0,9270 2.674,5 1,1573 2.320,4 1,2057 2.065,9
Uruguay 1,0377 11,304 1,0960 10,418 0,9789 9,2952 1,0832 7,9209
Bolivia 0,8754 5,8353 0,9685 5,5256 0,6339 5,2797 0,6920 5,0431
Chile 1,1240 501,51 1,2302 462,79 0,9487 430,62 0,9487 409,45
Colombia 0,8124 1.756,7 0,8870 1.441,1 0,7471 1.201,2 0,7607 1.030,2
Ecuador 1,0745 14.074 1,2852 7.077,2 0,8186 4.211,5 0,8104 3.250,8
Perú 1,0208 3,2678 1,2048 2,9925 S/i 2,6825 1,2285 2,4569
Venezuela 1,3374 611,08 1,3285 547,30 0,8301 484,51 0,7900 360,94
México 0,9548 9,3840 1,0079 8,8716 0,8955 8,2180 0,8633 7,3124

El TCm corresponde al promedio simple de tres años computando los dos años anteriores de cada año considerado para que sea compatible con la metodología del B. Mundial al estimar el PBI en u$s corrientes.

Fuente: con datos del B, Mundial y del FMI.


El comentario que corresponde realizar es que el Banco Mundial revisó sus estimaciones del PBI(TCppa) a partir del año 1999/2000 respecto a 1997/1998, permitiendo afirmar que esta revisión ofrece una mayor consistencia con los valores generales que sugiere la teoría de la ppa y los niveles de PBI(TCm) per cápita de cada uno de ellos. En efecto la relación PBI(u$s)/PBI(ppa) cambia particularmente para los casos de Chile( de 0,38 a 0,53), Argentina (de 0,87 a 0,64), Ecuador (de 0,33 a 0,45), Paraguay (de 0,50 a 0,35) y Venezuela (de 0,42 a 072). Estas revisiones no invalidan el principio de que los comportamientos promedios serían aceptables como expresión síntesis de una tendencia amparada en la ley de los grandes números.

Algunas conclusiones

Tomando como referencia los factores de corrección indicados para el período considerado, podemos verificar desde una subvaluación de la moneda 1,33 (implica devaluar el TCm un 33 %) hasta una sobrevaluación 0,63 (implica apreciar el TCm un 37 %).

Esta amplitud en los desvíos de los valores que corresponderían, indica la necesidad de crear los fundamentos para las cotizaciones de las monedas de los países de América Latina, si se trata de adoptar criterios que sirvan de base para la negociación y armonización de tipos de cambio.

Esta necesidad se fortalece cuando se compara los resultados obtenidos con aquellos que resultan de los estudios de la CEPAL (aunque en menor magnitud), al momento de estimar tipos de cambios reales a fin de corregir las distorsiones que se producen al utilizar tipos de cambio de mercado. Al respecto cabe advertir que los estudios de la CEPAL están sustentados en el criterio de la paridad relativa, ajustados, en los años que toma de base, según desvíos verificados en las tendencias prevalecientes. Los límites que ofrece la utilización del criterio de la paridad relativa ya fue comentado en la primera parte de este trabajo.

A efectos de facilitar esta comparación, se han insertado, en el cuadro ya presentado, las columnas que identifican los factores de corrección necesarios según estimaciones de la CEPAL.

Cuadro Nº 3. Sobrevalor o subvalor de las monedas nacionales durante el año 2000 según estimaciones de la CEPAL (base 1995) y del Banco Mundial.

Sobre<1 y sub>1 valor TCm*/TCm Referencias TCm nomina
B.Mundial CEPAL 1998/2000 2000 28.02.02
Argentina 0,8350 0,965 0,9995 1,00 2,20
Brasil 0,9402 0,736 1,6018 1,83 2,36
Paraguay 0,8144 0,794 3.110,7 3.486,40 4.949,70
Uruguay 1,0377 0,931 11,304 12,10 14,71
Bolivia 0,8754 0,963 5,8353 6,18 6,98
Chile 1,1240 0,823 501,51 535,47 672,15
Colombia 0,8124 0,803 1.756,7 2.087,90 2.304,25
Ecuador 1,0745 0,729 14.074 24.988,40 s/c
Perú 1,0208 0,827 3,2678 3,49 3,47
Venezuela 1,3374 1,511 611,08 679,96 1.015,50
México 0,9548 1,110 9,3840 9,46 9,13

Fuente: con datos del FMI, Banco Mundial y Anuario Estadístico de la CEPAL año 1999.

Algunas aplicaciones

Los TCm* así obtenidos, además de servir como base de referencia para evaluar políticas cambiarias nacionales, permiten introducir correcciones a diversas estimaciones de la información que corresponde a cada uno de los países, cuando se las valúan en dólares a los fines de comparaciones internacionales.

Al respecto, la información más frecuente a comparar corresponde a la de los PBI y los niveles de salarios, como uno de los tantos elementos de juicio susceptibles de ser utilizados al momento de evaluar niveles de vida.

Cuando se comparan relaciones existentes entre estos dos conceptos no existen problemas en su valoración. Pero cuando por una lado se presentan las estimaciones de los PBI a comparar, y por otro lado los niveles de salarios, aparece la deformación de la información por el sobre o subvalor de las monedas nacionales que se pueden atribuir a los TCm. Por ejemplo, al año 2000 disponemos de las siguientes estimaciones del PBI sintetizadas en el cuadro Nº 4, en que la atribuida al TCppa según Banco Mundial pretende ser la que corresponde a la real disposición de bienes y servicios en las producciones nacionales (ver sobre estimación comentada oportunamente):

Cuadro Nº 4: PBI según TCm y Tcppa

TCm TCppa TCm*
FMI BM BM BM
Argentina 7.695 7.440 12.090 8.910
Brasil 3.561 3.570 7.320 3.797
Paraguay 1.362 1.450 4.460 1.780
Uruguay 6.022 6.090 8.880 5.869
Bolivia 996 1.000 2.380 890
Chile 4.638 4.600 9.110 5,255
Colombia 1.920 2.080 5.890 2.560
Ecuador 1.076 1.210 2.920 1.126
Perú 2.085 2.100 4.720 2.057
Venezuela 4.985 4.310 5.750 3.223
México 5.898 5.080 8.810 5.320

El PBI (TCm*) se obtiene a partir de los tipos de cambio implícitos
derivados del ajuste que lo estima como valor promedio.


A consecuencia de los resultados mostrados en el cuadro Nº 4 se abren nuevos interrogantes acerca de las estimaciones del PBI según teoría de la PPA que realiza el Banco Mundial. Si bien viene realizado revisiones al respecto, dejan mucho que desear la ausencia de explicaciones acerca de esta modificaciones. Aceptando como válidos los TCm* estimados según comportamientos promedios amparados en la ley de los grandes números ya comentado, en el cuadro Nº 4 se reestiman los PBI de acuerdo con las estimaciones de los TCm*.

La conclusión necesaria es la necesidad de recurrir a indicadores alternativos acerca del nivel de vida de los países que, de origen, no estén comprometidos con los resultados de estas valuaciones. Lo cual no significa descalificarla en los procesos de evaluación de los niveles de vida porque, aún con sus errores, siguen siendo expresión manifiesta de la aplicación de recursos con capacidad de generar la base material de los países, y el poder adquisitivo de sus salarios.

A este último respecto, basta enunciar las relaciones entre PBI a TCm y salarios brutos mínimos anuales que registra la encuesta de la UBS en su edición del año 2000, y la relación con los salarios promedios de la misma fuente, haciendo la salvedad de que corresponden a los de las grandes ciudades para salarios pagados en empresas con fuerte organización productiva ya que, en general, en todos los países existen salarios mínimos de un submercado de trabajo que son inferiores a éstos mínimos (ver cuadro Nº 5).

A consecuencia de la información presentada, surge la necesidad de una revisión de la estimación del PBI de Colombia, el cual no está de acuerdo con los niveles de salarios mínimos, promedios y el mínimo relevado por la encuesta, señalando la existencia de un importante volumen de producción no registrada.

Cuadro Nº 5: Salarios mínimos y promedios y PBI.

PBI Salarios anuales % PBN Nº veces Salarios mín. en u$s/hora
cápita Mínimos Promedio Prom/mín UBS Encuesta
Argentina (1) 7.754 66,7 165,5 2,5 2,58 1,25
Brasil (1) 3.604 61,8 190,2 3,1 1,15 0,37
Chile (1) 4.768 67,9 174,1 2,6 1,44 0,94
Colombia (1) 1.965 106,8 277,6 2,6 0,96 0,70
Venezuela (1) 5.016 71,2 113,1 1,6 1,83 S/i
México (1) 5.817 27,5 77,6 2,8 0,74 S/i
Referencias
Corea (2) 9.845 95,6 183,2 1,9 4,54 1,45
España (2) 14.187 52,3 91,1 1,7 4,33 1,64
Italia (1) 18.608 57,7 86,5 1,6 6,20 5,71
Canadá (2) 21.403 77,1 122,8 1,6 9,66 S/i
Francia (2) 22.051 50,6 82,0 1,6 7,03 6,03
Alemania (2) 22.895 68,7 102,8 1,6 9,37 S/i
EEUU (2) 33.889 64,7 104,0 1,5 11,54 5,15
Japón (3) 37.923 75,4 107,2 1,4 15,76 5,05

PBN per cápita corresponden a los del FMI valuados a TCm utilizados por la UBS en la edición 2000 de su estudio. Los salarios mínimos pertenecen a (1) obrero de la construcción, (2) operaria en la industria textil y (3) vendedora de ropa de mujer en una gran tienda, todos solteros y próximos a 25 años de edad, sin calificaciones mayores.
En los países tomados como referencia, los salarios mínimos como % del PBN representaron los siguientes promedios simples: 2000 (67,8); 1997 (66,6); 1994 (76,5); 1991 (68,5); 1988 (69,2). Los promedios 2000/1997/1994: Argentina (62,8); Brasil (63,8); Méjico (29,6); Venezuela (51,5); Colombia (94,2).

Fuente: con datos de “Precios y salarios en el mundo” de la UBS en su edición 2000 y resultados de encuesta de consultora publicados por el Cronista Comercial del 26.11.01, página 35.


En cambio, en el caso de Méjico se puede verificar que el valor del salario mínimo se encuentra en el entorno del 30 %, tanto en 1994, antes del tequila, como en 1997, a la vez que su relación con los salarios promedio guarda la proporción propia de los datos conocidos para la región. Lamentablemente, de la encuesta realizada por la consultora no se publicó su salario mínimo del submercado de trabajo de insuficientes calificaciones, pudiendo presuponerse que quizás no sean tan distantes del mínimo publicado por la UBS.

Estos índices de salarios con respecto al PBI, constituyen otra de las tantas relaciones económicas a tener en cuenta al plantearse la sustentabilidad del crecimiento y desarrollo, ya que en definitiva definen la magnitud del posible poder adquisitivo de los mercados internos.

Bibliografía
Ahmad, Sultan. Regression Estimates of Per Capita GDP Based on Purchasing Power Parities. Papel de trabajo del Departamento de Economía Internacional del Banco Mundial, agosto de 1992.
Balassa, Bela. Reconsideración de la doctrina de la paridad del poder adquisitivo. Traducción FIEL, marzo de 1966 del The Journal of Political Economics, febrero-diciembre 1964.
Banco Mundial. Informes sobre el desarrollo mundial, anexos estadísticos, años 2000/2001 y otros.
CEPAL. Anuario estadístido de América Latina y el Caribe, año1999 y otros.
Fondo Monetario Mundial. Estadísticas Financieras Internacionales, año 2001 y otros.
Haberger, Arnold C. The process of economic growth: a vision for the 90’. Documento presentado en la Convención de ADEBA, año1993.
Olivera, Julio H. G. La economía clásica actual, editorial Macchi, año 1977. Conferencia “Desarrollo y Progreso Económico”.
Unión de Bancos Suizos. Prices and Earnings Around The Globe. Edición 2000 y otras.

Fecha de publicación: 26/09/02

Volver  |  Página Inicio