Un momento histórico para emprender
Es verdad que una buena idea puede convertirse en un gran negocio si se logra convencer a los inversores correctos para que, con su aporte económico, pueda potenciarla. Sin embargo, los emprendedores de hoy saben que más importante que el “vil metal” es encontrar a las personas adecuadas y un entorno que brinde las herramientas necesarias para ponerlo en marcha.
El ecosistema que rodea al emprendedurismo forma parte fundamental en la escena actual y brinda un gran panorama de oportunidades, no sólo para aquel que tuvo la idea, sino también para los que aportan algo más que un poco de dinero.
Al menos así lo dejaron en claro el cofundador y director de NXTP Labs, Ariel Arrieta, el gerente de Marketing para Latinoamérica en Maytronics, Joan Cwaik, y el desarrollador de Holokin, Gabriel Guillén, en la presentación que realizaron en la V Bienal de Management llevada adelante en nuestro Consejo, donde disertaron sobre emprendedurismo y economía colaborativa. A lo largo de la exposición, los expositores coincidieron que hoy más que nunca están dadas las condiciones para poder llevar a adelante los proyectos.
El mejor momento de la historia
Arrieta consideró que el momento es propicio para emprender, debido a que hoy en día es más barato fundar una compañía. Esto es así porque ya no se requiere de una gran infraestructura. Tampoco es necesario hacer frente a licencias onerosas, como un tiempo atrás.
En línea con el cofundador de NXP Labs, Cwaik coincidió que es el mejor momento de la Historia en cuanto a accesibilidad y posibilidades de acceso. Además, remarcó que existen grandes ecosistemas que apoyan a un montón de redes e instituciones.
Como se explicó, no todo lo que necesita un emprendedor es dinero. Por el contrario, además de la pasión se requiere de un ecosistema que ayude a potenciar las ideas. Es decir, que se requiere de otros actores que aporten su granito de arena para llevar adelante el proyecto, lo que genera grandes oportunidades de negocio para compañías y personas. Todo ciclo, según la experiencia de Arrieta, comienza con personas que se acercan interesadas en las ideas, que luego aportan sus conocimientos y se convierten en mentores. Cuando el proyecto avanza, realizan inversiones y, en muchos casos, terminan siendo fund managers.
Además de la pasión, se requiere de un ecosistema que ayude a potenciar las ideas
Otro de los factores que propician esta ola de emprendedurismo es que existe un cambio de paradigma económico, político y social con las tecnologías disruptivas. Si bien algunas personas ven a estas tecnologías como grandes amenazas, lo cierto es que otros entienden que pueden generar nuevas empresas y nuevos modelos de negocio.
Cwaik recordó que las posibilidades tecnológicas son exponencialmente superiores a las de la vida real. “Tenemos que entender que esta brecha podemos aprovecharla para empezar a formar emprendimientos y reconstruir modelos de negocio”, señaló.
Lo importante para ser un emprendedor es vencer los temores, sin olvidar que existen riesgos y que los fracasos, aunque dolorosos, pueden convertirse en grandes aprendizajes. “Si fracasás y no aprendiste nada, no sirvió; pero si pudiste aprender en ese proceso, lo capitalizas desde ese lado”, reconoció Arrieta.
El caso Holokin
Cualquier elemento que uno pueda tener en su casa puede generar una plataforma de negocios sustentable. Libros, autos o una colección en DVD de una serie de televisión pueden convertirse en un emprendimiento como AmazonKindle, Uber o Netflix, si se logran cumplir con cuatro puntos clave, que son: coordinación entre iguales, participación masiva, plataformas interactivas y confianza. Esta es la conclusión a la que llegó Guillén, creador del Caso Holokin.
La máquina que creó este emprendedor es algo más que un reproductor de hologramas. En efecto, a través de la tecnología Kinect, la plataforma permite que uno pueda interactuar con la imagen, modificarlas o moverlas a gusto, todo con un lenguaje natural. Es decir, como si se tratara de un objeto físico. Esta tecnología permite que, por ejemplo, el holograma de una taza pueda cambiarse con la misma facilidad con la que se modela con arcilla.
“Si fracasas y no aprendiste nada, no sirvió”
Esta herramienta puede lograr potenciar una nueva industria. Al menos así lo manifestó Guillén, quien explicó que una persona de un país podría escanear un objeto para trasformarlo en un holograma (ya que Holokin no requiere de un programa de diseño especializado para crear un producto), puede modificarlo y transformarlo en algo palpable con una impresora 3D. La plataforma permite que varias personas trabajen desde diversas partes del mundo en una misma pieza. Sólo bastaría con compartir el archivo con la información y listo. Una simple manera de lograr un trabajo colaborativo, una de las tendencias que se imponen con los cambios tecnológicos actuales.