Líderes globales y agentes de cambio en dos realidades sociales completamente diferentes
Fernando Joselevich y Nathalie Stevens demostraron que las grandes lecciones de Management no son exclusivas de las universidades, sino que se pueden aprender en cualquier lugar.
Sea que se trate de una compañía aérea internacional de primera línea como Emirates -que tiene clientes con un nivel económico muy alto- o de una entidad como La Fundación de los Colores -donde las mujeres en situación vulnerable son las protagonistas-, se pueden obtener conocimientos sobre liderazgo y agentes de cambio con la misma facilidad que en las altas casas de estudio.
Ese fue el desafío que asumieron el gerente general de Emirates para la Argentina, Uruguay y Chile y la fundadora y presidenta de La Fundación de los Colores en el panel “Líderes globales, integración y competitividad en un mundo incierto” de la V Bienal de Management realizada en nuestro Consejo.
Líderes globales, la nueva tendencia
En un mundo donde las fronteras ya casi no existen, donde se produjo un cambio radical en las formas de pensar y hay una mayor conectividad, Joselevich consideró que “la clave de cualquier negocio exitoso es tener un líder global e innovar”.
El gerente general de Emirates explicó que para saber innovar es vital contar con un ambiente de trabajo que sea plural. En la compañía aérea, por ejemplo, confluyen personas de diversas franjas etáreas y nacionalidades. El intercambio de ideas entre estos sujetos es lo que le permitió encontrar servicios diferenciales (como contar con un spa a bordo) que convirtieron los viajes en una “experiencia”.
Para innovar es vital contar con un ambiente de trabajo que sea plural y en Emirates confluyen personas de diversas franjas etáreas y nacionalidades
Sin embargo, el amplio abanico de personalidades puede ser un arma de doble filo. Y es precisamente acá donde juegan un papel fundamental los líderes. En momentos en los que los millennials imponen un panorama laboral distinto al tradicional, un buen líder será el encargado de lograr, sin juzgar sus características, retener a los trabajadores. En este sentido, Joselevich consideró que “la responsabilidad de los que están fuera de esta generación es la de poder buscar motivaciones que hagan que estas personas sientan más apego por el trabajo, que la rotación sea menor y que puedan descubrir un talento genuino sin juzgar”. En pocas palabras, los líderes globales tienen que poseer la capacidad para adaptarse al cambio y, al mismo tiempo, deben tener empatía para poder conectarse con los empleados.
El poder de los agentes de cambio
A su turno, Stevens contó las experiencias que fue acumulando de la iniciativa que lleva adelante en diversas villas de la Ciudad y Gran Buenos Aires y que tiene por fin enseñar el oficio del maquillaje profesional a mujeres en situación vulnerable.
El programa incluye un curso, que está avalado por la Universidad de Flores, y las herramientas de trabajo necesarias. Además, tiene una característica muy particular: sólo lo abonan aquellas personas que lo terminen. Esto hace que las mujeres que accedan no se vean forzadas a abandonar por falta de dinero.
La fundadora y presidenta de La Fundación de los Colores señaló que a lo largo de los meses que dura la cursada se producen cambios profundos en las aspirantes a convertirse en maquilladoras profesionales. Durante el proceso las mujeres tienen que superar muchos prejuicios y temores. El esfuerzo es muy grande, pero el premio también, ya que no sólo se reciben de maquilladoras profesionales, sino que se convierten en agentes de cambio. Esto es así, según Stevens, porque logran “asumir su posición de líder”. Quienes concluyen el curso se convierten en referentes no sólo en su familia, sino también del barrio. Comienzan a inspirar y a contagiar su entusiasmo y, sobre todo, toman el control de sus vidas.
El esfuerzo es muy grande, pero el premio también, ya que no sólo se reciben de maquilladoras profesionales, sino que se convierten en agentes de cambio
No se trata de enseñar un solo oficio, sino que es más profundo. Como lo explicó Stevens, la “misión es concientizar a la mujer de todo su potencial a través del oficio de maquilladora profesional para que tenga una salida laboral con sentido”. Precisamente, las alianzas logradas a lo largo de los años hicieron que las egresadas pudieran trabajar en diversos eventos, algunos de ellos organizados por importantes bancos.