Tips para reducir el consumo energético y hacerle frente al aumento de tarifas

En los últimos años, los bolsillos de la sociedad argentina vienen siendo golpeados por los abultados aumentos de los servicios públicos y la vorágine diaria no nos brinda el espacio suficiente para pensar en cómo podemos hacerle frente al incremento de las tarifas.

 

Por este motivo, conversamos con Gerardo Cadierno, periodista especializado en política industrial y energía, y consultor en construcción de posicionamiento, para conocer qué hay que tener en cuenta a la hora de comprar un electrodoméstico,  cómo cuidarlo para que no nos genere un gasto excesivo en el consumo y la importancia de utilizar la energía racionalmente para proteger el medio ambiente.

 

A pesar de los aumentos, el especialista sostuvo que se está abonando “una energía eléctrica más real”, cuyo consumo se puede amortizar si se utiliza la energía “a conciencia” y se aplican algunas de las siguientes recomendaciones para no excederse del consumo, lo que conllevaría cambiar de grupo tarifario o perder el subsidio.

 

Los tips para ahorrar energía son:

  • • Apagar la luz que no se está utilizando.
  • • No duplicar consumos (si dos personas están en dos ambientes diferentes usando el mismo equipo, utilizar uno).
  • • Tener en cuenta la etiqueta energética al comprar un electrodoméstico. Dependiendo del equipo, las etiquetas van desde la A+++ hasta la G. La letra A representa un mayor grado de eficiencia.1
  • • Iluminación:
  • - Mantener limpias las lámparas y pantallas para aumentar la luminosidad.
  • - Colocar detectores de presencia para que las luces se enciendan y apaguen automáticamente.
  • - Utilizar luminarias exteriores equipadas con fotocélulas o temporizadores con apagado diurno.
    • Heladeras y freezers:
      - Ubicarlos, al menos, a 20 cm de la pared.
    • - No exponerlos al sol.
    • - La heladera deberá tener una temperatura de 6°, mientras que los freezers será  de -18°.
    • - Mantener los burletes en condiciones óptimas.
    • - No guardar alimentos calientes.
    • - Descongelar antes que la capa de hielo alcance 3 mm de espesor.
  • • Aire acondicionado:
      - Colocarlo a una temperatura de 24°.
    • - Limpiar los filtros mensualmente.
    • - Mantener las puertas y ventanas cerradas durante su utilización.
  • • Lavarropas:
    • - Utilizarlo en su carga máxima.
    • - Lavar, siempre que se pueda, con los programas de agua fría.
    • - No excederse en la carga de jabón, ya que el motor trabajará de más.
    • • Plancha:
    • - Utilizarla en su carga máxima.
    • - Mantener la superficie limpia para transmitir el calor uniformemente.
  • • Consumo vampiro o stand by (equipos apagados pero que, al permanecer enchufados, consumen energía):
    • - Desenchufar televisores, equipos de música, cargadores de celulares, entre otros. 
    • - Apelar a prolongadores multifichas (las "zapatillas") que, al conectar diversos aparatos a una multificha de calidad certificada, permiten apagar todos los equipos con un solo botón.  

Políticas públicas y consumo responsable

A la hora de controlar el gasto, sostuvo que algunas medidas podrían funcionar mejor si se aplicaran ciertas políticas públicas, como la aplicación de un medidor inteligente que podría permitir el consumo de energía a distintas tarifas. De ser así, por ejemplo, se podría programar equipos, como el lavarropas, para que funcionen durante los horarios de menor costo. Esto no solo generaría que el gasto sea menor, sino que se descompriman los horarios pico y que la red sea más sustentable.

 

Para aplicar un consumo responsable del servicio público es aconsejable adoptar políticas de sustentabilidad ambiental, ya que la matriz en la Argentina está vinculada a combustibles fósiles muy contaminantes. Por este motivo, desde la óptica del especialista, hay que utilizar de forma racional y sustentable todos los recursos con los que contamos, y esto excede del consumo eléctrico; hay que aprender a consumir bien el gas y el agua.

La sociedad argentina debe aprender a desarrollarse culturalmente para bajar el consumo energético sin perder prestaciones ni calidad en el servicio.

Para ello, habría que concientizar mediante un abordaje en los medios de comunicación, a través de campañas, en el currículo en todos los niveles de educación y formando especialistas en la materia y educadores en el uso de los recursos. “No son recetas que se puedan aplicar automáticamente. Estos cambios son culturales, de uso y de hábito”, enfatizó.

 

Si bien estos cambios requieren tiempo y una concientización general, Cadierno sostuvo que en el consumo de las casas particulares ya existe una mayor conciencia debido al aumento en las tarifas. “Algunas actitudes se pueden notar con los recambios de equipos por algunos de mayor eficiencia energética”, indicó. Sin embargo, aún no hay conductas significativas que marquen la baja del consumo.

 

En lo que respecta a las grandes industrias, afirmó que, al haber baja de la producción, hay máquinas que no están en funcionamiento y por ende no consumen. En tanto, las pequeñas y medianas empresas ya están incorporando una serie de elementos que garantizan un uso más eficiente de la energía, como los motores de arranque lento, bancos de capacitores, entre otros.

 

Insistió en que es importante generar conciencia y bajar el consumo porque de lo contrario “habría que seguir ampliando la matriz energética”, y explicó que las tareas de reestructuración en la red de distribución del área metropolitana serían enormes. Al respecto, afirmó que hay que empezar a soterrar los servicios porque hay dos clases de pérdida: el robo de la energía eléctrica y el consumo alto de los equipos antiguos (cuanto más viejos, consumen en mayor medida).

 

Por otra parte, destacó que la Argentina tiene un consumo superior comparado a algunos países de América Latina porque la clase media en nuestro país es más alta. Esto también sucede en Europa, pero en ese caso es porque los países de ese continente “tienen una serie de políticas de tarifación diferenciada, de uso racional de la energía y equipos mucho más eficientes”, subrayó.

 

Hay algo que parece quedar claro: la sociedad argentina debe aprender a desarrollarse culturalmente para bajar el consumo energético sin perder prestaciones ni calidad en el servicio.