El Gobierno Nacional logró reducir el gasto en subsidios desde 2015, aunque un dólar más caro limitó tal ahorro
El gasto del sector público nacional en transferencias a empresas proveedoras de servicios públicos ha sido un tema de permanente debate a lo largo de los últimos años, por su impacto en las cuentas fiscales y en los incentivos, que emana principalmente sobre el sector de energía y transporte, y por el efecto que tiene sobre los ingresos de los hogares el ajuste tarifario llevado a cabo por el actual Gobierno Nacional.
La suba en el gasto en subsidios corrientes, entre 2006 y 2014 (el mayor de la serie), fue de 4 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno (PBI). A partir de 2015 comienza la rebaja gradual en el gasto en subsidios, desde 4,9% del PBI en 2014 hasta 1,7% en 2019 (este último, presupuestado).
En promedio, en el período 2006 – 2019, un 60,6% del gasto en subsidios correspondió al sector de Energía, un 28,2% a Transporte y 11,2% a otros sectores. Se aprecia que en 2014 se ha gastado casi 5 puntos del PBI en subsidios, lo que representó alrededor del 20% del gasto del SPN.
Para el año 2019 está presupuestado que los subsidios económicos bajen a 1,7% del PBI.
Subsidios económicos (corrientes y de capital) - % PBI
Para el año 2019 está presupuestado que los subsidios económicos bajen a 1,7% del PBI, 3,2 puntos porcentuales menos que en 2014. La posibilidad de cumplir con esta pauta presupuestaria (vital para llegar al equilibrio primario acordado con el FMI) está condicionada por varios factores: la evolución del tipo de cambio, que impacta en el precio de la energía importada, el precio internacional de la energía y factores políticos, dado que es un año electoral.
Si comparamos el gasto en subsidios económicos totales con el déficit primario que existe de forma persistente desde 2012, se puede apreciar que, de no haber gasto en subsidios, el período 2012-2015 habría exhibido superávit primario. En 2014, el superávit primario habría sido 4,1% del PBI si no se realizaban gastos en subsidios económicos, mientras que en 2015 el déficit primario resultó de 3,8% del PBI, y el gasto en subsidios fue de 4,2% del PBI. En 2016, dichos guarismos se encontraban en torno a 4,2 y 4,1, respectivamente. Si en 2016 no se hubiera gastado en subsidios económicos, se habría alcanzado prácticamente el equilibrio primario.
Sin embargo, en el período 2017-2019 no alcanza con suprimir los subsidios para eliminar el déficit primario. Un problema que podemos mencionar analizando la serie histórica fue que, mientras el superávit primario comenzó a declinar en 2005 (desde +3,4% del PBI hasta resultar negativo en 2012), los subsidios desde dicho año siempre subieron (incluso en 2009, ya que el PBI se contrajo 5,9%), partiendo de 0,6% del PBI en 2005 hasta llegar a 3,8% del PBI en 2012.
Resultará difícil cumplir la pauta de reducción del gasto en subsidios económicos contemplada en el Presupuesto 2019.
Subsidios económicos y déficit primario (%del PBI)
Con relación a la balanza comercial, la Argentina pasó de ser un país con superávit energético a exhibir déficit en 2011, con un resultado negativo récord de u$s6.902 millones en el año 2013 (aproximadamente un 18,4% de las reservas internacionales del BCRA en dicho año). Desde que la Argentina es un importador neto en 2011, el precio promedio anual de importación del gas boliviano pasó de 8,6 u$s/MM BTU en 2011 a 10,6 u$s/MM BTU en 2014. En 2019 ese guarismo se ubica en 7,2 u$s/MM BTU.
Balanza comercial energética (millones de u$s)
Fuente: Elaboración propia sobre la base del INDEC.
En los últimos dos años, el precio del gas importado viene en aumento y, si bien está muy por debajo de su tope histórico en 2014, existe el problema acerca de que el tipo de cambio subió marcadamente en 2018, situación que incrementa sustancialmente el gasto en subsidios (el tipo de cambio aumentó más de 100% en 2018).
Esta fuerte suba en el precio, medida en pesos, por la devaluación de la moneda, reduce las posibilidades de que el Gobierno alcance un gasto de 1,7% del PBI en subsidios económicos en 2019, lo cual probablemente obligue al SPN a ajustar otras partidas presupuestarias. Para poder apreciar el impacto significativo de la suba del tipo de cambio sobre el gasto en subsidios, vale aclarar que en septiembre de 2018 se produjo un aumento en dicho gasto del orden de 90% interanual.
Se concluye, entonces, que resultará difícil cumplir la pauta de reducción del gasto en subsidios económicos contemplada en el Presupuesto 2019, puesto que dicha cuenta se halla fuertemente asociada al valor del dólar, y en un año electoral este suele tender a subir, además de las presiones políticas existentes en tales contextos para morigerar el impacto sobre los presupuestos familiares derivados del aumento de tarifas.