Plataformas de streaming, entre el negocio para algunos y las magras regalías para otros
La proliferación de las plataformas de streaming generada en los últimos años permite que cualquier persona pueda acceder a un catálogo de música casi ilimitado a un precio sumamente accesible.
El desarrollo de la tecnología de los teléfonos celulares fue crucial para que la gente tenga una conexión a Internet bastante buena en cualquier parte del Planeta y pueda llevar a sus intérpretes preferidos en su smartphone.
Además, plataformas como Spotify, iTunes, Google Play, Amazon Music y Deezer, por nombrar algunas, fueron las aliadas perfectas de los sellos discográficos en su lucha contra la piratería.
No obstante, pese a que las ventajas que existen parecen marcar el camino a la meca, el trayecto que hay que recorrer para llegar al negocio redituable para todos parece ser demasiado extenso.
Al menos así lo explicaron a la revista Consejo Digital tres artistas que subieron a diversas plataformas de streaming su música y que, al menos de momento, no obtienen réditos sustanciales a la hora de cobrar sus regalías.
Piazzolla: “Estando en una plataforma digital tenés la posibilidad de que te escuchen en otros lados"
El caso más relevante es tal vez el de Escalandrum, agrupación que es reconocida a nivel internacional por sus trabajos discográficos sobre la música del gran Astor Piazzolla.
Daniel “Pipi” Piazzolla, nieto del bandoneonista y miembro de la banda, afirmó que los rendimientos a nivel económico son “malísimos”, al tiempo que afirmó que “algo tendría que cambiar”.
El baterista y compositor aprovechó la entrevista realizada con este medio para criticar otro de los aspectos que también merecerían una revisión: la falta de los créditos de los músicos que tocaron.
“Lo único que le encuentro a favor es que te das a conocer y tal vez un productor del extranjero, en vez de mandarle el disco, te escucha ahí y ya sabe quién sos, cómo sonás y hace más simple el procedimiento”, sostuvo.
Y añadió: “Estando en una plataforma digital tenés la posibilidad de que te escuchen en otros lados, que te descubran y después, tal vez, si tenés suerte, poder ir a algún lugar de esos a tocar”.
Cueto: “La gente ya no compra discos y escucha todo en Spotify o YouTube”
En esa misma línea opinó María Cueto, quien aseguró que “son más como una especie de currículum en línea para lograr otro tipo de trabajos. Por ejemplo, si quieren contratarte para algún show, tiene que estar la música online; si no, piensan que no existe esa persona”.
Asimismo, la cantante y compositora se manifestó en desacuerdo con la manera en que se monetiza, al afirmar que “es muy poca la plata que se le paga a los músicos” y aclaró que “para que las plataformas virtuales te den mucha plata, tenés que tener una cantidad de views que es imposible”.
Algo similar le sucede a Juan “Pollo” Raffo, quien decidió subir su música a las plataformas de streaming "porque me parecía que era la manera más rápida de que tu música esté accesible para cualquiera que quiera escucharla”.
No obstante, al momento de responder si tuvo una mayor exposición y un incremento de sus seguidores, el pianista y compositor aseguró que no cree que se haya ampliado la base.
Pero aclaró: “No lo he notado, sobre todo porque es una música bastante complicada de difundir, aun entre los que supuestamente serían seguidores de algunos estilos en los cuales la música mía podría clasificar. El hecho de que no sea fácilmente clasificable hace que sea complicado de conseguir seguidores”.
Raffo: “El hecho de que mi música no sea fácilmente clasificable hace que sea complicado de conseguir seguidores”
Otro de los aspectos que los artistas tienen que considerar es la subida de la música. Si bien Piazzolla y Raffo contaron que sus sellos (Warner y El Circo, respectivamente) se encargan de poner online sus álbumes en las plataformas, Cueto contó que debió contratar un servicio aparte.
“Si no tenés sello, es un poco más difícil. Por eso decidí usar CD Baby, que las sube a un montón de plataformas. Además, puede que iTunes no te lo acepte, por ejemplo, ya que tenés que llenar una solicitud de proveedor y tienen que aceptarla”, indicó.
Más allá de la comodidad que representa que los sellos se encarguen de la tarea, Raffo aportó otro dato: “También es interesante porque estamos en un catálogo con mucha gente con la cual uno está honrado de compartir ese lugar, como Rodolfo Mederos”.
Pese a todo, los músicos parecen tener en claro que el paradigma ha cambiado. Y, tal como resume Cueto, “las reglas del juego están dadas así. La gente ya no compra discos y escucha todo en Spotify o YouTube. Si uno quiere que la música llegue a la gente, no hay otra opción que subirla”.