Economía de la salud: el foco puesto en la equidad del gasto público

Para comprender la situación de la salud en la Argentina es importante conocer cómo está distribuido el gasto para el sistema y cuáles son los sectores menos beneficiados con el financiamiento.

Por otra parte, estamos atravesando una pandemia que impacta, indirectamente, en la economía de todos los países. ¿Es posible que un país se prevenga económicamente ante estas circunstancias? 

Para responder a estos puntos importantes, Ariel Goldman, presidente de la Asociación de Economía de la Salud (AES), accedió a una entrevista para la revista Consejo Digital.

¿Cómo está distribuido el gasto para la salud pública? ¿Hay equidad en la distribución?

En el año 2017 (NdR: último dato oficial disponible), el gasto en salud en la Argentina fue de 1.005.199 millones de pesos corrientes, lo que representó el 9,4 % del Producto Bruto Interno (PBI).

De ese porcentaje, el 2,7 % correspondió al sector público, principalmente en las provincias, lo que es consecuente, ya que el mayor número de prestadores se encuentra en el sector provincial.

Sin embargo, el gasto público debería superar los 6 puntos del PBI, y, en este caso, nuestro país no llega al 3 por ciento. La experiencia internacional nos indica que los países que tienen mayor equidad en salud son los que gastan más del 6 % del PBI en el sector público, exclusivamente.

En lo que respecta a la Argentina, hay que tener en cuenta que no todas las provincias tienen la misma infraestructura; por ello, la Nación debería lograr una mayor equidad y un mayor desarrollo en las provincias.

Al respecto, hay que tener en cuenta que, lamentablemente, no hay relación directa entre el gasto y los resultados. Por eso, es necesario considerar otras cuestiones, por ejemplo: a mayor ingreso per cápita, mejor nivel de salud.

A nivel provincial, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la que más gasta de su presupuesto público (casi el 20 %). Cabe destacar que la Ciudad tiene un financiamiento propio a través del Impuesto a los Ingresos Brutos (casi el 62 % del presupuesto total).

En lo que concierne a la Provincia de Buenos Aires, es la provincia que menos gasta. Por la cantidad de habitantes que existen, debería aumentar el gasto público.

Por otra parte, el gasto de la seguridad social, principalmente del PAMI, está estipulado en un 0,9 % del PBI, lo cual genera que el PAMI sea prácticamente una entidad inviable en términos actuariales. PAMI es un problema, ya que queremos intentar darles todo lo posible a los jubilados y ello es imposible.

¿Hay algún sector de la salud que no se encuentre beneficiada con el financiamiento? ¿Por qué?

En consonancia con la primera pregunta, considero que el sector más perjudicado es el PAMI, ya que es una entidad que está subfinanciada en forma permanente porque las necesidades de la población de ese sector son tangibles y casi infinitas.

Por otro lado, otros de los sectores menos beneficiados son los del ámbito público, que tienen que pagarse sus propios medicamentos o los servicios de salud y, por lo general, son aquellos que menos tienen.

¿Cuál es el impacto económico que dejan epidemias y pandemias?

El gasto que generan  epidemias y pandemias es muy importante, tanto en gasto directo (investigación para la nueva vacuna, el equipamiento, los insumos) como en gastos indirectos (relacionados con las muertes prematuras y el parate económico).

En este último punto, es importante remarcar que es muy importante para nuestro país, ya que tenemos un porcentaje de informalidad muy alto, en el que hay muchas personas trabajando de forma autónoma que dependen del día a día.

Además, sectores como el turismo, el comercio y las líneas aéreas son los más perjudicados. Otro dato importante a tener en cuenta es el costo directo relacionado con las discapacidades y secuelas mentales que pueden generar las epidemias o las pandemias.

¿Cuáles son las prevenciones económicas que un país debe tomar ante una epidemia o una pandemia que se está aproximando?

Las previsiones hechas para el mundo hace tres meses han cambiado. Estábamos mirando otro mundo, pensando en un crecimiento económico sostenido. Actualmente, podemos pensar en un año negativo para el mundo.

A nivel mundial, podemos ver un vacío de poder, como en el caso de Estados Unidos, que no puede dominar su propia crisis, o, en el caso de Europa, que se convierte en el epicentro de esta situación, o en China, donde surge el coronavirus (aunque parece que está saliendo fortalecida del virus).


En este sentido, los sistemas de salud son los más expuestos. La velocidad con la que se transmitió el virus es casi la misma con la que cayeron todas las previsiones para el mundo. Va a ser muy difícil pensar en el futuro que nos deja esta pandemia.