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PublicadoPublicado:
29/03/2010 |
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Ciclismo |
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Reserva Natural Otamendi -
Una salida especial |
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Una integrante del grupo de Ciclismo
del Consejo nos cuenta la experiencia vivida en esta intrépida salida.
De muy reciente creación (1990), la Reserva Natural Otamendi se
encuentra ubicada en el partido de Campana, Provincia de Buenos Aires, a la margen del
Río Paraná de las Palmas.
A la localidad de Ingeniero Rómulo Otamendi, distante 66 km. de la Ciudad de Buenos
Aires, se llega por la Ruta Nacional Nº 9. Fuimos hasta la mencionada ciudad distribuidos
en cuatro vehículos; además |
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del
utilitario que llevó las bicicletas. Esta vez, la logística fue programada por nuestro
amigo Rubén, que se ocupó de apadrinar esta nueva salida una vez más.
Primero, comenzamos a rodar por el sendero vehicular Islas Malvinas. Desde la estación
Ingeniero Rómulo Otamendi, por un camino de 5,5 km., llegamos al río Paraná de las
Palmas.
Allí, nos embarcamos en la primera balsa que pareció estar esperándonos. Ya en tierra
firme, el terreno en este tramo resultó un poco pesado por lo arenoso. Mientras,
observábamos el entorno natural de la Provincia de Buenos Aires.
Más tarde, pasamos a la segunda balsa donde nos topamos con un balsero con mal genio,
pero imposible era opacar la alegría y la camaradería de estos entusiastas ciclistas.
Este tramo era el más largo para llegar al Recreo Blondeau y, cada tanto, los diecisiete
ciclistas de esta expedición nos reagrupábamos para andar juntos y ver si todo estaba en
orden.
Somos un equipo que espera al resto si se retrasa y que cuando se presentan problemas
técnicos -como esta vez que, gracias a la pericia de Horacio Frende (Coordinador de
Ciclismo del Consejo) y debido a que una de las bicis perdió las bollillas de la rueda
trasera y su dueña no podía andar-, siempre salimos adelante. Finalmente, este
contratiempo fue solucionado en el Recreo, debido a que la máquina se rompió cuando ya
estábamos muy cerca del lugar.
Compartimos el cruce de la tercera balsa con un grupo nutrido de muchachos en motocross,
porque en la Reserva también hay un circuito para ellos. Esa foto mix de bicis y motos
quedó espectacular.
Almorzamos, nos repusimos. Los más osados, y con resto físico, nadaron en el Río, nos
brindaron sus mejores clavados y entre chistes y risas, se hizo la hora del regreso.
El día nos acompañó; la pericia técnica, la paciencia y el buen compañerismo
también. Gracias a todos por haber participado y permitirnos disfrutar de una salida
exigente pero distinta.
Dra. CP Marcela Canullan |
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