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"Quienes conocimos a Oscar, quienes nos alimentamos de
sus vivencias y del día a día de una persona excepcional; quisimos contar como fue su
vida. La vida de alguien que supo combinar satisfactoriamente su profesión con el deporte
que más quiso: el ajedrez. Alguien que disfrutaba cada minuto de su vida y nos contagiaba
su optimismo. Que no dudaba en darnos una mano si lo necesitábamos, alguien solidario por
donde se lo mire.
Estas líneas son para ustedes, Para quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarlo en
vida y para quienes no lo hicieron; para que todos lo recuerden como lo que realmente fue:
alguien que supo ganarse la admiración de muchos y el respeto de todos."
Fernando
Ramos
"voy a
recordar la bondad, simpleza y buen humor de Oscar, que siempre me transmitió mucho
afecto desde el momento en que empecé a venir, que siempre encontraba algo para ponerse a
conversar conmigo, el increible entusiasmo que ponía en cada actividad, diciéndole al
que llegaba tarde "jugá vos, yo salgo", o "si sobra uno yo no juego",
para quedarse alentándonos. También era notable cómo demostraba querer a todos los
integrantes del grupo: para él hablar de Jorge, de Néstor, de Horacio, etc, era hablar
de personas sagradas, como si se sacara el sombrero al mencionarlos. Y me asombró su
famoso cálculo mental de las raíces cúbicas, que le pedí que me explique para poder
explicárselo a mis hijos, a quienes le costaba creerlo cuando se los conté, pero ahora
no voy a poder repasarlo.Era un clásico jugar los torneos internos e ir comentando con
él las partidas, en las que ponía tanto interés y nos alentaba como si estuviera
jugando él mismo (siempre me decía "dale, concentrate", "qué
hiciste", "ojo con el reloj", etc). Y en los últimos tiempos, comentaba su
problema como una anécdota o como si fueran circunstancias de una partida, al punto casi
de hacernos creer que no tenía ningún problema importante o que estaba todo bajo total
control, y justo a él, que jugaba tan rápido, se le cayó la aguja..."
Alfredo
Alaluf
"Cierta vez que empezaba un torneo de los jueves, llegue temprano y
me lo cruce a Óscar en la puerta del Consejo juraría que seguimos caminando hasta la
sala pero cuando llegue a la sala me preguntaron por él y yo le dije venía conmigo pero
el no estaba en ese momento conmigo........obviamente cuando lo fui a buscar él estaba
saludando y hablando en el hall a una de sus amigas de natacion..........a Óscar lo
querían mucho....................lo voy a extrañar!"
Fernando Garcia
"Compartí
muchos momentos con Oscar, incluso la "intimidad" de ser compañero de
habitación de varias
Olimpiadas, Salta, Mendoza, Tucumán y encuentro en Córdoba. Todavía siento sus
"dulces palabras"
diciéndome Jorgito esto Jorgito aquello, y siempre con un consejo práctico y con buena
onda. Realmente siento mucho aprecio por él y quiero tenerlo siempre en el recuerdo como
gran persona, con su permanente buena disposición y sonrisa."
Jorge Jarmoluk
"A
todo lo ya dicho por los colegas, quisiera agregar la enorme dignidad con la que enfrentó
su enfermedad. Nunca una queja, aún en sus últimos días....todo un ejemplo para quienes
a veces se quejan (y me incluyo) por cuestiones que vistas desde otra perspectiva a lo
mejor no tienen tanta importancia.
Como un ejemplo de su forma de ser, tengo muy presente la Olimpíada de Carlos Paz, a la
que fui con mi esposa e hijo, que tenía en ese entonces 10 años y, por obvias razones,
se aburría durante las comidas. Entonces Oscar se sentaba siempre al lado de él y se la
pasaba conversándole y haciéndole bromas. Pasaron unos cuantos años, y mi hijo aún lo
recuerda....."
Ricardo Lopez
"Deben
existir montones de anécdotas vividas con Oscar, dado que fueron muchos los años y
eventos que pude compartir con él, pero más que una anécdota, quisiera resaltar su
personalidad.
Siempre con una sonrisa, siempre pensando en positivo y siempre buscando
"sumar". Y "sumaba". No por ser contador, sino por ser de esas
personas que saben disfrutar de la vida. Se lo veía siempre contento, incluso en los
tiempos adversos.
Por su gran carisma no tardó mucho en ganarse el cariño y el respeto de todos. Uno no
sabía como, pero Oscar siempre conseguía lo que se proponía. Era cuestión de
"dejarlo hablar y listo", objetivo cumplido...
Si bien él se autodenominaba "medio-dictador", nada más lejos de la realidad.
Él tenía una lógica para tomar sus decisiones, y compartía su razonamiento con quien
quisiera escucharlo. Por eso aunque él dijera que "la decisión la tomé yo y
punto", todos sabíamos que él tenía razón y que lo decidido era lo correcto. No
le gustaba tener que decidir sin consultar, pero también era conciente de la necesidad de
tomar decisiones y de los tiempos para hacerlo, con lo cual resolvía "al toque"
cuando "el reloj apremiaba" y el problema requería una rápida solución. A
pesar de lo que muchos piensan del ajedrez, gracias al "juego-ciencia", he
conocido a mucha gente, incluso varios amigos que han perdurado con los años, pero pocos
con las ganas de vivir que tenía Oscar.
La ausencia de un amigo duele, pero más cuando uno sabe cuánto disfrutaba él de la
vida. No sé cuanto pasará hasta que pueda volver a darte un abrazo o a jugar un
"ping-pong", pero estoy seguro de que cuando llegue ese momento, los que te
conocimos en esta vida lo disfrutaremos mucho.
Hasta siempre Oscar..."
Néstor D. Spagnuolo |
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