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graduados en Ciencias Económicas, cuyas
profesiones se han venido consolidado como tales en los últimos años muy por encima del
desarrollo de nuestro propio país.
Desde comienzos de la década del 80, los profesionales de Ciencias Económicas
desempeñamos un rol de primerísimo nivel en el funcionamiento del sistema
socio-económico. Contadores Públicos, Licenciados en Administración, Licenciados en
Economía y Actuarios contribuyen día a día con sus conocimientos a la construcción y
funcionamiento de lo público y lo privado. En ese contexto, puede afirmarse que sin sus
conocimientos probablemente lo que hoy como sociedad hemos alcanzado aun
considerando las obvias asignaturas pendientes no hubiera sido posible.
Ayudamos a los emprendedores y a las empresas, grandes o pequeñas, a crear riqueza;
brindamos confiabilidad a cada aspecto del funcionamiento del mercado de capitales;
constituimos una pieza relevante en el sistema de justicia; generamos información
económico-financiera para las decisiones de ahorro e inversión; brindamos información
de carácter económico desde los medios de comunicación; somos pieza fundamental para la
consideración de las implicancias de la emisión de las leyes y regulaciones; ayudamos a
recaudar los impuestos, como parte del Estado o como asesores impositivos. Y en el
desempeño de los sistemas de cada poder de la República estamos presentes como
funcionarios para permitir brindar justicia, defensa, educación, salud protección social
y seguridad. Y la lista podría continuar.
Y no sólo contribuimos en forma relevante con la sociedad sino que, a través de nuestros
consejos profesionales, constituimos organizaciones para mejorar día a día la calidad de
nuestros colegas, fundamentalmente de los más jóvenes. En los últimos años se han
incorporado nuevas carreras en el campo de las Ciencias Económicas, como las
licenciaturas en Comercio Internacional, Administración de Recursos Humanos, entre otras.
Sin embargo, la actual Ley 20.488 de 1973 no las reconoce. El Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires viene bregando para modificar
esta norma vetusta. En el mientras tanto ha creado registros especiales para
estos profesionales.
Sin embargo, hay claroscuros que debemos mencionar. Es una realidad que el decepcionante
de- sempeño económico de nuestro país en las últimas décadas ha hecho que la
generación de profesionales no haya encontrado su correlato en la demanda, produciendo,
como en la mayoría de las profesiones, una declinación progresiva del nivel de vida;
situación que solo será posible modificar en la medida en que encontremos la forma de
hacer crecer nuestra economía a tasas similares a aquellas que supimos conseguir luego de
la crisis de 2001.
Y en ese sentido, nosotros, con toda la trascendencia social que he mencionado, estamos
llamados a ser parte imprescindible de lo que seguramente será un futuro mucho mejor para
el país y para nosotros mismos. Seamos conscientes de lo que hemos logrado y trabajemos
duramente para que seamos cada día un poco mejores.
http://www.ieco.clarin.com/economia/rol-social-profesionales_0_117900027.html |
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