Publicado el 09/04/13

Destino seleccionado: Mayo en Talampaya

Villa Merlo - San Luis

El Servicio de Turismo del Consejo invita a los matriculados a disfrutar de una salida distinta, recorriendo el parque nacional Talampaya, el Valle de la Luna y los pueblos de La Costa riojana. La salida es el 22 de mayo. Los cupos son limitados.

 

El programa incluye:
• SALIDA (de Retiro):
Miércoles 22 de Mayo 21 horas
• REGRESO (de La Rioja): Domingo 26 de Mayo 14 horas

Incluye:

• Pasaje en Bus Cama: Buenos Aires – La Rioja – Buenos Aires.
• 3 noches de alojamiento en Hotel Naindo Park (5 estrellas). Desayuno incluido.
• City tour por la ciudad de La Rioja.
• Excursión Talampaya (circuito 1) y Valle de la Luna. Con vianda para almorzar (*)
• Excursión Pueblos de La Costa riojana (Anillaco).
• Seguro del viajero (Travel Ace).

 

(*) No incluye entrada a los parques. Sujeto a condiciones climáticas

 

Precio por persona base habitación doble $ 2.498 pudiendo abonarse hasta en 3 cuotas sin interés con tarjetas de crédito.

 


CUPOS LIMITADOS


Informes: Sector Turismo Viamonte 1549 PB
Teléfonos: 5382-9435 / 5382-9450
Dirección Electrónica: turismo@consejo.org.ar
Legajo Nº 4393/ ESFL – Expte: 1001/84 Autoriz. Res. Nº 132 / SECRETARIA DE TURISMO / PRESIDENCIA DE LA NACIÓN

 

 

Parque Triásico Ischigualasto Valle De La Luna

Ischigualasto basa su valor e importancia en el agreste paisaje y su riqueza paleontológica. Su fama radica en la gran cantidad de restos fósiles que yacen, condensados, desde el período triásico de la Era Secundaria que comenzara desde hace unos 248 millones de años y que se caracterizó por la expansión de los primeros dinosaurios y mamíferos.

 

 

 

 

 

Atractivo turístico

A lo largo de la visita al Parque se puede entender la evolución de los terrenos triásicos a través de las escrituras que la historia deja grabada en las rocas y fósiles de animales y plantas. Además, podrá maravillarse con las magníficas esculturas en roca que el agua y el viento han labrado en este valle durante miles de años.
La primera parada es en la geoforma conocida como el Gusano, donde las areniscas pardas y los negros niveles de carbón nos empiezan a contar cómo era el parque Ischigualasto en el Triásico Medio, en los tiempos que se formaba la unidad llamada Formación Los Rastros.
A continuación, se transita subiendo en el tiempo geológico a través de la Formación Los Rastros hasta la siguiente estación, llamada El Balcón de Valle Pintado. Parados en este balcón se puede observar la magnificencia de la segunda formación geológica, la Formación Ischigualasto, la cual alberga entre sus rocas la mayor riqueza fosilífera del Parque.
A partir de aquí, el circuito continúa sobre la misma formación, visitando las diferentes geoformas producto de la erosión del agua de lluvia al percolar y desintegrar las rocas poco a poco durante miles de años. Se podrá ver en este recorrido el “Mapa de San Juan” y “Los Vagones” hasta llegar a la siguiente estación denominada Cancha de Bochas.
La visita continúa luego recorriendo el magnífico e imponente Submarino, esta es una de las formas más características y difundidas de Ischigualasto. En esta parada nos encontramos en la mayor altura del recorrido y mediante una corta caminata se puede disfrutar de esta geoforma desde diferentes perspectivas, además de tener la oportunidad de una visión espectacular de todo “La Hoyada”.
Finalmente, seguimos sumando millones de años a la visita y llegamos a los sedimentos más jóvenes de la cuenca, se trata de los sedimentos rojos de la Formación Los Colorados, las que tienen una edad asignada como Triásico Superior Alto, es decir unos 220 millones de años. Esta unidad está representada en las Barrancas Coloradas, las que nos acompañarán hasta terminar la visita.

 

 

Ischigualasto: Patrimonio de la Humanidad

Después de todo el estudio que se viene realizando, podemos decir que Ischigualasto es el único lugar en el mundo donde se encuentra una secuencia completa de sedimentos continentales de edad triásica que le permiten a la ciencia reconstruir y documentar con fósiles el origen de los dinosaurios.
Esta es la característica por la cual la UNESCO declaró en Noviembre del año 2.000 "Patrimonio de la Humanidad" a toda esta área.

 

 

Parque Nacional Talampaya

Es una conjunción muy singular de belleza natural, reserva arqueológica y tesoros paleontológicos. Todo se da cita en las serranías bajas del oeste riojano, donde se ubica este Parque creado en 1997 a partir de una reserva provincial, y que posee una superficie de 215.000 hectáreas.
Entre sus notables formaciones naturales, causadas por los procesos erosivos que forman cañadones de rectos y altos paredones, el agua, el viento y el tiempo moldearon figuras caprichosas, configurando un ambiente lleno de misticismo.
Entre los sedimentos de arenisca y roca, Talampaya encierra gran parte de la historia de los cambios geológicos que sucedieron en la tierra. En los períodos pérmico y triásico, los aluviones depositaron considerables acumulaciones de óxido y cenizas. Luego, su estructura de areniscas sedimentarias se fue resquebrajando, marcando visibles niveles y estratos que, en las partes superiores se distinguen por su coloración, producto de las erupciones del Terciario.
Desde esos tiempos, no se han registrado variantes geológicas de consideración y en el área conocida como Ciudad Perdida, puede verse el esplendor de las geoformas de Talampaya.
Pero no sólo los cambios geológicos dejaron sus huellas en Talampaya, porque también posee una importante riqueza arqueológica. Los grabados y pintados descubiertos en piedras y cerámicas, dan testimonio de ocupaciones humanas ocurridas entre los años 120 y 1180 de nuestra era. A cielo abierto, las cuevas y aleros del lugar que se utilizaron como vivienda, depósitos y enterratorios, exhiben en sus paredones verticales y rocas una numerosa cantidad de grabados figurativos (antropomorfos y zoomorfos) y abstractos (geométricos diversos). Objeto de estudio de numerosos investigadores del país y del extranjero, estas muestras de arte rupestre conforman una de las localizaciones más relevantes del país. Tanto en los sitios conocidos como la Puerta de Talampaya y Los Pizarrones, podemos contemplar estos hallazgos arqueológicos que expresan una fusión armónica entre naturaleza y cultura.

 

 

El Cañón de Talampaya

El Cañón de Talampaya es un obsequio de la naturaleza y de nuestras generaciones pasadas que trasciende nuestra existencia. Su belleza y tamaño nos hace sentir pequeños ante su majestuosidad.

En sus apacibles espacios usted encontrará la tranquilidad que busca para relajarse de una vida agitada por las ocupaciones y responsabilidades.
Tómese el tiempo para disfrutar de este paisaje y conocer su mística y energía. Observe el emocionante juego de luces y sombras que se producen durante el paseo, sienta el sol y el viento sobre su rostro en cada uno de los recorridos.
Podrá vivir la experiencia, única e increíble, de seguir el vuelo de los cóndores desplegando sus alas para abrazar los paredones del cañón. Y admirar en un amanecer o un atardecer, los rayos del sol iluminando estas singulares tierras rojizas.
Comprenderá que este gran paisaje, formado por la erosión del viento y del agua, nos transmite un sentido de humildad que nace de las interconexiones de todas las formas de la naturaleza y del deseo de cuidar esta tierra.
Como seres humanos, debemos asegurarnos de que las generaciones futuras tengan la oportunidad de crear sus propios vínculos con el Cañón de Talampaya.

 

 

 

Patrimonio de la humanidad

El hallazgo de fósiles animales y de flora, así como los estratos geológicos analizados responden a los acontecimientos que tuvieron lugar en el período triásico de la era mesozoica hace 225 millones de años dónde los reptiles eran los dueños de estas tierras.
La formación del cordón cordillerano acontecida hace 60 millones de años, dejó al descubierto este curioso relieve constituido por arcillitas y adenistas compactadas con una visible presencia de óxido de hierro que es el que determina la coloración rojiza de los paredones que afloran en el área.
Este ecosistema es uno de los pocos lugares en el mundo donde claramente se pueden observar las distintas capas que componen el terreno y de qué manera los movimientos internos de la tierra fueron acomodando las placas que la constituyen.
El término Talampaya tiene muchas acepciones, pero la mayoría de los autores coinciden en la siguiente interpretación “río seco del tala”.
En 1975 el gobierno de la provincia de La Rioja crea el Parque Provincial Talampaya. Luego en 1997, a través de una ley, otorga los derechos del lugar a la Administración de Parques Nacionales para que se lo declare Parque Nacional.
Finalmente, el 29 de noviembre de 2000 es declarado por la UNESCO Patrimonio Natural de la Humanidad.

 

 

 

Talampaya

 

 

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