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Autor:
Dr. José Escandell
Presidente del CPCECABA |
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Hace muy pocos días,
en ocasión de celebrarse uno de los actos de recepción de nuevos matriculados en el
Consejo, se entregó al Dr. Horacio López Santiso la plaqueta con la que se materializaba
la decisión del Consejo Directivo, del 20 de mayo de 2009, de distinguirlo con el
Premio a la Trayectoria, de reciente creación en la Institución. Me parece
oportuno por ello hacer conocer a todos los matriculados las razones y el significado
profundo de esta distinción, difundiendo los conceptos expresados en dicho acto.
Expresé que me cabía el honor, la alegría y la responsabilidad de explicar las razones
por las cuales el Consejo ha homenajeado al Dr. Horacio López Santiso y la trascendencia
que reviste esta decisión.
Los amplios antecedentes del Dr. López Santiso se encuentran expuestos en la resolución
citada y abarcan todas las fases imaginables: académica, profesional, doctrinaria,
dirigencial -tanto en el ámbito del Consejo, del que fuera presidente en tres períodos,
como de la FACPCE, que también presidiera en dos oportunidades, empresaria e
institucional. Hizo aportes muy significativos tanto en el campo de la contabilidad y de
la auditoría, en momentos de construcción de los principios de la contabilidad moderna y
del crecimiento técnico de las profesiones, como en la fase de desarrollo integral de
nuestra entidad, comenzada sobre el final de la década de los 70, ya en el siglo pasado.
A todos estos merecimientos expresé que cabía agregarle uno más, del que acabábamos de
enterarnos, consistente en el otorgamiento de una nueva distinción de carácter
internacional: la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC) acaba de otorgarle el
máximo honor previsto en sus reglas, cual es el título de Contador Benemérito de las
Américas. Esta distinción pone de manifiesto que sus méritos trascienden plenamente las
fronteras de nuestro país para cobrar una vigencia objetiva en toda América.
Lo expuesto sintetiza los antecedentes que fundamentan el homenaje dispuesto. Ahora habré
de referirme a por qué es importante reconocer la trayectoria y, además, por qué fue
particularmente significativo hacerlo delante del numeroso grupo de jóvenes graduados que
estaban comenzando su trayectoria profesional.
Expresé a los jóvenes graduados que se estaban incorporando a una Institución que los
acompañará en su desempeño, que les servirá de ayuda, de respaldo, de contención, de
actualización permanente para afianzar la calidad de los servicios profesionales y que
les posibilitará el desarrollo personal y profesional.
También, que el Consejo es mucho más que sus paredes, que se aprecian en su grandiosidad
con todo su equipamiento y su mobiliario. Es mucho más que sus múltiples servicios para
ya 65.000 matriculados. El Consejo es la suma de los espíritus de todos los colegas que
fueron entregando sus capacidades y lo mejor de sí mismos, generosamente, para construir
la Institución.
Ellos supieron crear este ámbito de pertenencia, orgullo de nuestra esencia profesional y
centro de perfeccionamiento constante, guía y referencia para la sociedad toda.
El crecimiento del Consejo no se debe sólo a la cantidad creciente de sus matriculados,
sino también a la apertura permanente de múltiples canales de convivencia y
participación. Se logra así que cada profesional pueda sentirse parte y dueño de la
Institución y desde allí comprometer los mejores esfuerzos y su solidaridad para
mantenerla y acrecentarla. Nuestros colegas mayores así lo sintieron y así actuaron, y
lo que nos rodea constituye el testimonio vivo de estas conductas y actitudes.
La Institución tiene trayectoria porque nuestros predecesores empeñaron su esfuerzo
creativo y lograron transformarla en una entidad emblemática. La toma personal de
conciencia de la trayectoria requiere por sobre todas las cosas dejar aflorar uno de los
sentimientos más nobles del ser humano: el agradecimiento, que a su vez necesita partir
de una serena actitud de humildad. Sólo desde la humildad podremos dimensionar la
magnitud de la entrega fecunda de quienes han marcado las épocas y han generado los
saltos cualitativos que conforman nuestras realidades del hoy.
Estos adalides de la profesión, que desde su aporte al avance técnico y científico y
desde la asunción de compromisos institucionales, lograron con su acción marcar hitos en
la vida de las instituciones, en nuestro caso el Consejo, tienen que ser objeto de nuestro
agradecimiento colectivo, por sobre todas las cosas, porque son ejemplos a seguir.
Cuando hablamos de trayectoria, estamos hablando de modelos, estamos enfatizando el tipo
de virtudes que debemos profesar, estamos en definitiva comprometiendo nuestras propias
vidas desde la más generosa de las perspectivas: la del bien común.
Por este conjunto de cosas, el Premio a la Trayectoria, y su entrega en ese particular
acto, es un hecho que guarda un significado que trasciende a sus propios protagonistas.
Confluyen en él la necesidad de profesar la más cordial bienvenida a los colegas que se
incorporan a las profesiones y al mismo tiempo expresar el justo y más sentido
reconocimiento a la trayectoria, que, personificada en la notable figura del Dr. López
Santiso, es al mismo tiempo el símbolo de la gratitud que debemos sentir y extender a
todos quienes han dado vida a este Consejo.
El primero de los hechos, la incorporación de los jóvenes, es promesa y esperanza. El
segundo, en cambio, es la seguridad que da la conciencia de la tarea cumplida, de la
palabra empeñada, del servicio brindado con generosidad a las profesiones y a la
comunidad.
Quiero finalizar este mensaje de dos maneras: una diciéndole a Horacio, simplemente,
¡muchas gracias! y la otra, dirigiéndome a cada uno de los colegas y especialmente a los
jóvenes, para expresarles mi deseo de que dentro de muchos años, cuando ya estén
transitando el otoño de la vida personal y profesional, puedan mirarse íntimamente y
tener la paz interior que sólo proviene de una conformidad con la propia trayectoria, y
que sientan, con mucha fuerza, que parte de vuestro alma está vivencialmente presente en
este nuestro querido Consejo, que para entonces estará aún más desarrollado que hoy. |
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