Hace
más de 20 años, Eric Hobsbawm, uno de los más destacados historiadores del siglo XX, ya
hablaba del triunfo del arte plebeyo e incorporaba al tango dentro de una definición
acorde con los orígenes de nuestra manifestación artística más conocida.
El tango acaba de convertirse en Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Así
lo dispusieron los 24 países miembros del Comité Intergubernamental de Patrimonios
Intangibles. La declaración se conoció al otro lado del Planeta, en la ciudad de Abu
Dhabi, en los Emiratos Árabes. Con este galardón, se les otorgó al baile y a la música
de tango el estatus cultural protegido. La propuesta, impulsada por Argentina y Uruguay,
dio como resultado que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco) se fijara en el tango rioplatense.
El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, quien acompañó la presentación,
expresó en el momento en que se conoció el nombramiento que la proclamación
significa un reconocimiento y a la vez un compromiso para seguir fomentando la difusión
del tango en sus diferentes estilos y estimulando la producción a través de concursos de
música, canto, baile y poesía.
En este tipo de presentaciones, el tema de la intangibilidad resulta bastante complejo y
sobre todo en este caso. Presentar al tango es un poco diferente a presentar alguna otra
expresión que en la actualidad ha perdido vigencia. El tango sigue más vivo que nunca y
sus más de 100 años de existencia demuestran que seguirá creciendo y transformándose
sin perder su esencia de música ciudadana
Si bien está claro que el tango es una creación popular, su primera etapa aún no está
tan bien definida. El tango es de origen urbano y su nacimiento está ligado a la
inmigración masiva que se produjo en el Río de Plata a partir de 1860. Una inmigración
compuesta fundamentalmente por italianos y españoles, y en menor medida por turcos,
sirios y europeos occidentales.
¿Por qué razón en la misma época otros países como Estados Unidos, Canadá,
Brasil o Australia recibieron una inmigración similar a la que recibimos nosotros, pero
no produjeron ninguna manifestación cultural como el tango?, se pregunta el
investigador y secretario de la Academia Nacional del Tango, Alejandro Molinari. Y al
mismo tiempo se responde: Porque el tango es un elemento cultural integrador, es lo
representativo de toda esa gente que llegó al Río de la Plata. No es como el jazz, que
en sus inicios fue la voz de los esclavos negros que luego fue cooptada por los blancos.
¿Por qué el tango existe acá y no en alguno de estos otros países? Porque hay un
elemento clave en la Argentina que es la cultura criolla o y la poesía gauchesca, y en
las crónicas de esa época es fácil distinguir la atracción del inmigrante por esas
manifestaciones, explica.
El creador de la poesía gauchesca fue Bartolomé Hidalgo, quien nació en Montevideo. Se
podría decir que el tango es la continuidad de la gauchesca y muchos
especialistas sostienen que el tango fue para el siglo XX lo que la poesía gauchesca, fue
para el XIX. Es decir que Uruguay no sólo aportó al tango, sino que nutrió también a
la poesía del gaucho.
Hay elementos muy importantes respecto de uruguayos en el tango. Por ejemplo, Mi
noche triste, el primer tango-canción con letra de Pascual Contursi y música de
Samuel Castriota, surgió recién en 1917 y fue cantado por primera vez por Carlos Gardel.
El mismo Contursi se cansó de ponerles letras a canciones con aroma de tango que se
estrenaron en el cabaret Mouline Rouge de Montevideo.
Así, el triunfo de esta música en París le dio aires de gran bacán y le
posibilitó entrar por la puerta grande nada más y nada menos que a la ciudad que le dio
carácter internacional al tango.
Sin embargo, el salto cualitativo del tango no lo dio la danza, sino la música. Recién a
mediados de la década del 20 las orquestas típicas empezaron a ganar terreno. Fue en esa
década cuando algunos poetas empezaron a acercarse a una corriente musical que hasta el
momento no conocía de letras y que basaba sus conquistas a través del plano
instrumental. Nombres como Celedonio Flores, Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo o Enrique
Santos Discepolo, entre otros, brindaron al tango sus plumas melancólicas y nostalgiosas,
en algunos casos, y vivaces y picaras, en otros
El tango empezó a aparecer como una manifestación concreta en la década del 80
del siglo XIX y fue creciendo junto con el avance y el desarrollo del yrigoyenismo (1920-
1930), durante la época de lo que se conoció posteriormente como la Guardia Vieja.
Los golpes militares provocaron un retroceso en el tango, porque significaron también un
retroceso en la participación del pueblo. La gente, cuando no participa, no puede
expresarse y sus manifestaciones no pueden salir a la luz. En la década del 40, también
tuvo un gran auge durante el peronismo, pero desde 1955 vuelve a desaparecer y comienza a
resurgir a partir de la década del 80, resume Molinari.
Pero lo que mantuvo al tango con vida hasta ahora es su evolución. Si se comparan los
tangos de la Guardia Vieja, de gran convocatoria en las primeras décadas del siglo XX,
con los actuales, vemos que el avance en lo musical ha sido muy grande y que, si hoy se
hubiera seguido tocando como en 1920, se estaría hablando del tango como una naturaleza
muerta.
Molinari vuelve a entrar en escena para afirmar que para la Academia Nacional del
Tango lo conseguido es un orgullo y no entiende aquellas pocas posturas que no se
encuentran tan cómodas con que la presentación se haya hecho en conjunto con Uruguay.
El tango no es un bien mueble. Todo el mundo sabe dónde nació el tango y no hay
manera de ocultar que es rioplantense, de las dos orillas, afirma con energía.
Tango,
Economía y Turismo
Durante los últimos 10 años, el tango se convirtió en la actividad turística más
representativa de la Capital argentina. Un estudio publicado en varios medios, y que
diseñó la Secretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires en Semana Santa de 2006,
arrojó que el 23% de los extranjeros identifica a Buenos Aires con el tango.
Los llamados tours de tango convocan a muchos visitantes. Allí, los turistas acceden no
sólo a escuchar a algún cantante, sino toman clases de danza, visitan sitios de interés
en los barrios porteños, hacen compras de artículos relacionados con el tango y se
empapan de todo lo que tiene que ver con la cultura ciudadana.
El investigador y profesor de la UBA Jorge Marchini junto a un equipo de profesionales
estimaron, en su trabajo de investigación Incidencia del Tango en la Economía, el
empleo y la cultura de la ciudad de Buenos Aires, que más de 400 millones de pesos
fue la incidencia económica directa de estas actividades en el año 2006 y puede
triplicar esa magnitud en forma indirecta.
En relación con lo cultural, los estudiosos del movimiento aseguran que el resurgimiento
actual del tango es comparable a lo que sucedió allá por 1935, cuando el tango llega a
la danza. A partir de allí la música se masificó y empezó a ser mirada con otros ojos,
sobre todo por las clases sociales más acomodadas.
Mucho tuvo que ver en esta explosión tanguera Juan Darienzo, quien, a pesar de retroceder
un poco en lo que tiene que ver con el desarrollo musical, logró que mucha gente empezara
a bailar tango en Buenos Aires.
Hoy, el ejemplo de que el tango goza de muy buena salud son las concurridas milongas
porteñas, aunque los especialistas advierten que allí la gente sigue bailando los tangos
de antaño y poco se escucha de lo que se está haciendo en materia de innovación
musical, aunque está claro que el salto cualitativo está dado por lo musical.
La gran ventaja es que en los últimos tiempos aparecen músicos muy jóvenes y de gran
técnica. Sin embargo, estos nuevos valores de la música ciudadana deben enfrentarse a un
vacío generacional que no les permite tener un contacto personal con la cantidad o la
calidad de tangueros que existían, por ejemplo, en la década del 40.
No obstante, lo alentador es que, a pesar de lo que se cree, la gente joven siempre
acompañó al tango. fica a Buenos Aires con el tango.
Músicos como Osvaldo Pugliese o Aníbal Troilo empezaron antes de los 20 años a
maravillar con su arte.
Esta distinción le puede dar al tango un lugar de relevancia para que se empiecen a
ocupar de él desde el ámbito estatal hasta el privado El tango es el hecho cultural más
que artístico de más relevancia que ha tenido y que tiene la Argentina. Porque no sólo
está sostenido por las tres patas del arte, que son la música, la poesía y la danza,
sino que también existe una relación entre el tango y los movimientos sociales. Sobre
todo los sectores marginados de la sociedad se expresaron a través del tango, y su
desarrollo ha coincidido con el aumento de la participación popular.
El Patrimonio Cultural
Inmaterial
La Convención del año 2003 define el Patrimonio Cultural Inmaterial como los usos,
representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos
y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio
cultural. |