Cada vez son más los
profesionales que eligen proyectar su capacitación más allá de sus estudios de grado.
En los tiempos que corren, la concreción de un estudio de postgrado se ha convertido en
una especie de mandato divino, que algunos intentan cumplir sin mediar oposición.
¿Necesidad profesional o negocio educativo? Esa es, sin lugar a dudas, una de las
preguntas que más se hacen los especialistas dedicados al estudio de esta tendencia. Las
exigencias de un modelo laboral y profesional más globalizado conducen a la capacitación
permanente.
La oferta creció por la evolución del conocimiento en el tiempo y las necesidades
de aplicación concreta de dicho conocimiento, explica a Consejo el
Dr. Horacio Meléndez, director de Carreras de Postgrados de la Universidad Católica
Argentina (UCA). Y continúa: La realidad, local e internacional, muestra que es
imprescindible contar con estudios de postgrado, no sólo para alcanzar puestos de
relevancia en las organizaciones, sino para ingresar en la carrera empresaria. Muchas
empresas incluyen en el perfil de los candidatos a empleos este tipo de estudios y lo
hacen porque necesitan un profesional capaz de formar parte de la pirámide
organizacional.
Para el Ingeniero Juan María Segura, director del EDDE, la Escuela de Dirección de
Empresas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), los postgrados
constituyen una necesidad profesional que constantemente se va intensificando.
Muchas empresas y compañías del medio incentivan a sus ejecutivos y directivos para que
realicen maestrías, especializaciones o doctorados. Todo ello con el objeto de sumar
aptitudes aplicables al trabajo.
Ante este nuevo escenario de no más de 10 años de antigüedad, las universidades
argentinas, tanto las públicas como las privadas, tuvieron que aggiornarse.
Los centros educativos están hoy más que nunca monitoreando el mercado laboral y viendo
cuáles son sus demandas y falencias para programar y ejecutar año tras año nuevas
ofertas educativas.
En el año 2006, según datos del último Anuario de Estadísticas Universitarias, había
en nuestro país 62.870 estudiantes de postgrados, contra los 39.725 que existían a
comienzos del año 2000. Es decir, que en los últimos seis años se incrementó casi en
un 60% la cantidad de estudiantes que optaron por realizar un estudio de postgrado.
Dentro de este universo de la oferta disponible, hay que hacer una distinción
categórica: no es lo mismo una maestría que un doctorado y, mucho menos, una
especialización.
De esta manera, las especializaciones (abarcan también los diplomados) se enfocan sobre
un tema en particular y buscan su desarrollo, abordándolo desde todos los ángulos
posibles. Requieren un máximo de 400 horas de cursado.
Por su parte, las maestrías demandan unas 960 horas de estudio como mínimo y responden,
en gran medida, al desarrollo de la actividad investigativa.
Por último, los doctorados están destinados a profesionales con un camino ya recorrido,
con trayectorias más amplias y con objetivos dirigidos a la producción de conocimiento.
En el ámbito de las Ciencias Económicas, sin duda, las disciplinas relacionadas
con la Administración y el mundo de los negocios lideran la temática de los postgrados.
Puede señalarse que la carrera más buscada es el MBA (Master of Business
Administration). En el caso de postgrados que otorgan diplomas, el marketing, las
finanzas, los recursos humanos y la negociación son los más requeridos, asegura
Meléndez.
En tanto, Karina Chrempakz, directora de Admisiones de Postgrado de la Universidad
Torcuato Di Tella sostiene que las ramas más buscadas son los postgrados en
negocios. Son los programas en los cuales se puede ver un retorno de la inversión mas
rápidamente o más claramente. Sin embargo, hay otras áreas que están en crecimiento,
como los estudios internacionales y los postgrados en derecho y en políticas
públicas.
Según un estudio realizado en 2002 por los investigadores Osvaldo Barsky y Mabel Dávila,
ambos de la Universidad de Belgrano (UB), entre 1994 y 2002, la oferta total de postgrados
creció de 793 a 1941, con una variación porcentual de 144,8%, lo que implica un aumento
de 2,5 veces en su tamaño.
La respuesta a este incremento, según el estudio de Barsky y Dávila, está en la
expansión tanto del sistema estatal como del privado, que triplican y duplican sus
tamaños, respectivamente.
Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de
Palermo (UP), Lic. Gabriel Foglia, cree que el boom de los estudios de postgrado se debe a
varios factores: Al crecer la economía, las empresas necesitan empleados cada vez
más calificados. A su vez, muchos egresados de carreras que no pertenecen a Ciencias
Económicas (arquitectos, abogados, psicólogos, médicos, etc.) necesitan herramientas de
negocios para llevar adelante sus actividades, ya sea como emprendedores o empleados. Por
otra parte, las personas tienen que diferenciarse en el mercado laboral para poder crecer,
y la capacitación de postgrado posibilita adquirir herramientas técnicas y a la vez
ampliar la red de contactos y la visibilidad internacional.
Otro aspecto en el que concentran gran atención las casas de
estudio es el referido a la diversidad en las motivaciones en el momento en que un
profesional decide encarar un estudio de postgrado. Es común que se manifieste un clima
interdisciplinario, no sólo entre los cursantes, sino también dentro de los programas de
estudio. Esto produce un efecto enriquecedor en el postgrado, afirman los especialistas.
En muchos casos, los postgrados se han convertido en plataformas receptoras de los más
variados intereses profesionales. Es común que en las aulas confluyan perfiles
profesionales tan dispares como las áreas de donde provienen. Es decir, que en ciertos
postgrados, sobre todos aquellos enfocados en las ciencias sociales, pueden interactuar en
un mismo curso un abogado, un periodista y un licenciado en recursos humanos, por citar
apenas un ejemplo ejemplo.
Si bien los titulados en carreras de grado acceden, en mayor número, a un estudio
superior por diversas razones, como perfeccionamiento académico o crecimiento laboral al
conseguir un título superior, hay casos en que el mero disfrute personal es el motor para
afrontar un desafío intelectual de este tipo.
Un gran porcentaje de alumnos hace un postgrado por placer y no por motivos
profesionales o laborales Los postgrados, como el de historia, tanto la maestría como el
doctorado, son un claro ejemplo de esto, opina Chempakz.
Existe la posibilidad de darle una vuelta de tuerca a este tema y verlo desde otro lado,
es decir, del lugar de las universidades y centros de altos estudios.
¿Qué tienen en cuenta estas instituciones educativas para lanzar un programa de
postgrado? La respuesta a esta pregunta la tiene el Ingeniero Juan María Segura, quien
afirma que las universidades tienen en cuenta varios aspectos. Primero, si
efectivamente habrá alguien interesando en cursarlo. Luego, si la institución tiene los
recursos adecuados para dictarlo. Ello abarca, no sólo docentes calificados en el tema,
sino también la infraestructura administrativa y edilicia apropiada para alojar el nuevo
programa. Y continúa: Finalmente, se analiza si el nuevo programa a ofrecer
refuerza o se apoya en elementos diferenciadores que posee la Universidad, buscando
apuntalar el posicionamiento que la casa de estudios se ha propuesto, concluye.La Argentina, UN paraíso para los estudiantes
extranjeros
Me decidí a estudiar un postgrado en Buenos Aires porque era una buena plaza en
todo sentido: los precios se acomodaban a lo que podía pagar, la Ciudad ofrece un espacio
cultural enorme y el nivel académico es importante en comparación al resto de América
Latina, le contó a Consejo Renato Sumaria del Campo, un estudiante peruano que
está llevando adelante un estudio de postgrado en la Universidad de San Andrés.
Sumaria del Campo llegó a la Argentina desde su Arequipa natal hace un par de años. En
sus maletas no sólo cargó ropa, libros, fotos y discos, sino que reservó un lugar muy
especial para un sueño: poder completar su formación universitaria con un estudio
superior... y lo logró.
La historia de este peruano de 26 años se repite año tras año. Muchos estudiantes
extranjeros aterrizan en el lejano Sur continental para cursar un postgrado. Buenos Aires
y algunas otras ciudades del interior se convierten en la tierra prometida para un gran
número de estudiantes latinoamericanos que aprovechan la oferta educativa superior que
brinda el país.
Según las primeras estadísticas oficiales, dadas a conocer por el Programa
de Promoción de la Universidad Argentina del Ministerio de Educación, hay en nuestro
país más de 23.700 alumnos extranjeros, mientras que en 2006 no superaban los 10.000. No
obstante, sólo 3.834 pertenecen a estudios de postgrado, es decir, un (16,15%).
Carolina Aguilera es ecuatoriana. Desde hace un año, habita un departamento
de un ambiente, en el barrio de Palermo, con su amiga Nicole. También, desde hace un
año, está cursando el Master en Comercialización que dicta la Universidad del Salvador
(USAL). Ella, al igual que la mayoría de los estudiantes latinoamericanos que llegan a la
Argentina, está convencida de que el nivel de los postgrados que se dictan en nuestro
país es bueno, pero que, además de eso, la diferencia está en lo económico.
Ahorro más dinero estudiando en Argentina que en mi país. Además está cerca y no
necesitas visa, apunta la estudiante ecuatoriana.
Un artículo publicado en el diario El Comercio, de Ecuador, asegura que existen en la
Argentina unos 4000 estudiantes ecuatorianos.
En relación con la totalidad de la población universitaria, la tasa de extranjeros es de
1,05 por ciento, lo que ubica a la Argentina en el cuarto lugar en el continente
americano, detrás de Estados Unidos, Canadá y Uruguay.
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Qué opinan los ejecutivos
sobre la capacitación |
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Por el Lic. Pablo M. Devoto
Country Manager Nestlé Argentina |
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Para
tener éxito a largo plazo, Nestlé debe crear valor no sólo para sus accionistas, sino
también para la sociedad, ya que esto es algo fundamental en nuestra estrategia de negocios.
Con el objetivo de lograrlo, debemos maximizar el rendimiento de nuestro personal y
asegurarnos de que cuenta con la motivación y las habilidades necesarias. Consideramos clave
invertir en la capacitación de nuestro equipo porque potenciamos el talento y en consecuencia
aumentamos la productividad y la lealtad de nuestros colaboradores.
De este modo, conservamos nuestra ventaja competitiva para lograr un crecimiento sostenible.
En Nestlé apoyamos permanentemente a aquellos ejecutivos que deciden continuar sus estudios
de postgrado o masters.
Contamos con una política de becas para estudios de grado y de postgrado, ya que entendemos
que la excelencia en el management requiere actualización constante, visión global de las
distintas áreas de negocios, la adquisición y el desarrollo de nuevas capacidades.
El mundo corporativo actual exige que el management aporte a la empresa un capital intelectual
de alto valor agregado. Éste debe ser capaz de formar redes de trabajo de alto rendimiento,
liderar procesos eficientes, conducir con sabiduría y firmeza a quienes le son confiados para
que liberen todo su potencial.
De este modo, el ejecutivo colabora en el desarrollo profesional de las personas y le devuelve
a la sociedad lo que ha aprendido. |
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