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Autor:
Dr. José Escandell
Presidente del CPCECABA |
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La actual conducción
del Consejo ha cumplido su primer año de gestión. Un completo informe, con la extensión
necesaria para detallar las principales realizaciones y los programas en marcha, se
encuentra publicado en nuestro sitio Web y resulta accesible para todos los colegas
matriculados. En este editorial, más limitado en su espacio, me propongo expresar algunas
de las ideas esenciales que nos inspiran y ordenan nuestras acciones.
En una institución como la nuestra, el Consejo, ejercer un cargo directivo supone ante
todo tener vocación de servicio y una firme decisión personal de cumplir con las
responsabilidades encomendadas, pues abundan los obstáculos y los riesgos. Estos aparecen
como consecuencia de contradicciones internas y externas (incluidas las que resultan del
contexto internacional) que amenazan la calidad de nuestro desempeño e, incluso, a la
propia Institución que nos representa. Esto hace que todos los días sean puestos a
prueba los valores que nos guían y renovemos nuestro compromiso de hacer lo mejor en
defensa de los intereses profesionales.
Quienes tenemos la responsabilidad de la dirigencia debemos extremar nuestra percepción,
desentrañando del conjunto de los hechos aquellos que son significativos para armonizar
las exigencias presentes con la evolución necesaria que han de tener muestras
profesiones. Ello acontece en un contexto determinado por las realidades sociales,
laborales y culturales de los matriculados y sus familias, dentro de un marco legal
institucional que nos marca deberes irrenunciables.
La visión, la misión y los valores constituyen así un referente indispensable para
poder encauzar la complejidad dentro de una dinámica fecunda que nos consolide en forma
permanente, afianzando aquello que nos privilegia entre otras instituciones profesionales,
tanto nacionales como extranjeras, manteniendo siempre la prioridad de que el Consejo
fundamentalmente sirva a sus matriculados, los apoye y los defienda.
Objetivos tan profundos no pueden alcanzarse sin el concurso de todos. Por supuesto que la
responsabilidad primordial cabe a los dirigentes, pero cada colega matriculado puede
contribuir al mejor resultado al participar de la vida institucional del modo más pleno
posible, tanto de la vida política y académica como evaluando críticamente la calidad y
utilidad de los servicios y actos institucionales. Es decir, de un modo que derive en
propuestas de mejoras alimentando la toma de decisiones que sirvan a un mejor desempeño y
cumplimiento de los objetivos compartidos.
En el entorno profesional debemos partir, necesariamente, del principio de la buena fe,
tanto para señalar lo que nos parece erróneo como para afianzar lo que consideramos
acertado. En el planteo franco de las discrepancias tendremos siempre un instrumento de
enorme eficacia en la búsqueda de un marco de acuerdo y de bien común. A esas actitudes
constructivas que ennoblecen la vida del Consejo debemos incorporar el don de la
tolerancia, ya que en una institución de la dimensión de la nuestra existe pluralidad
ideológica e intereses diversos que deben convivir.
Un año de ejercicio de la conducción nos ha puesto en contacto con infinidad de actos
valiosos con esas características. Pero también han aflorado algunos actos ofensivos sin
fundamento, tanto más innobles cuanto quienes los formulan conocen muy bien las calidades
humanas y profesionales de aquellos a quienes atacan. Sin duda, el negocio de la crítica
infundada es mucho más sencillo que ganar credibilidad con el ejemplo y las mejores
propuestas. Esto lo han hecho personas despechadas seguramente con fines especulativos,
que sin escrúpulos se autodesignan depositarias absolutas del ideario y la moral
colectivos presumiendo representaciones que no han logrado por la vía democrática. Por
suerte, estas actitudes son claramente minoritarias y, si las señalo, es porque creo que
hay que repudiar estas conductas y desterrarlas de nuestra vida institucional porque, si
se instalan, desalientan la participación genuina.
Estamos en gran medida satisfechos con la experiencia de este primer año de gobierno.
Hemos logrado alcanzar las metas que nos propusimos, aun cuando somos conscientes de lo
mucho que falta por hacer. Percibimos un mayor acercamiento con una gran cantidad de
colegas y hemos registrado numerosas actitudes que muestran una creciente participación.
Todo esto nos hace sentir optimistas y además nos genera un genuino sentimiento de
agradecimiento. Nos sentimos honrados por la confianza que nos ha sido depositada y por su
renovación constante.
Un rasgo de nuestra gestión que deseo resaltar es la preocupación por
proporcionar al matriculado información amplia sobre los resultados alcanzados. Así, y
sin perjuicio de comunicaciones diversas, se han incorporado a nuestra página Web las
últimas tres memorias y estados contables del Consejo y, a partir de diciembre de 2007,
los estados contables trimestrales (han comenzado a emitirse con el informe profesional
independiente). También están disponibles en el mismo medio los indicadores de gestión,
que van a ser mejorados de modo permanente a medida que se vaya avanzando con el proyecto
de Tablero de Comando. Con ello perseguimos simplemente que todo matriculado pueda conocer
con amplitud y calidad técnica la situación del Consejo y los resultados de las acciones
que se
van emprendiendo. Lo concebimos como parte de una necesaria rendición de cuentas.
Seguiremos poniendo el mayor esfuerzo en concretar por todos los medios posibles una mayor
participación, pero es preciso recordar que tan valioso objetivo es de doble vía y que
por lo tanto requiere que cada vez una mayor cantidad de profesionales hagan del Consejo
su lugar y que apuesten a su futuro. Pienso para ello en los jóvenes, a quienes convoco.
Aquellos que comiencen a participar ahora serán protagonistas en el nuevo y promisorio
presente, y construirán el futuro.
Por eso, al concluir este primer año, voto para que este ideario constituya un núcleo de
fuerte cohesión que encuentre siempre un conjunto de voluntades con deseo de plasmarlo en
realidades de bien común y provecho profesional. |
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