El presidente
del Centro Naval conversó con Consejo sobre la presentación que debe hacer la Argentina
ante la ONU, el próximo año, para extender su plataforma continental de 200 a 350
millas. Asegura que el área en cuestión es una potencial reserva de petróleo y gas, y
que podría cambiar la vida económica de Latinoamérica. |
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Consejo:
En mayo del próximo año, la Argentina y gran Bretaña tendrán que hacer una
presentación formal ante la ONU para dirimir la extensión de la plataforma continental
sobre el atlántico sur conforme a lo establecido por la Convención sobre los Derechos
del Mar (CONVEMAR) de 1982. Esta "Constitución de los Océanos" establece que
cada país deberá hacer el estudio correspondiente sobre el subsuelo marino
adyacente a sus cosas para luego presentar el proyecto de extensión de su dominio de 200
a 350 millas. De esta manera, cada país aumentaría las posibilidades de explotar
recursos naturales oceánicos, no en el agua, pero sí en el subsuelo marino. ¿Cuál es
el escenario sobre el que se muestra este conflicto?
Carlos Frasch: La Argentina tendrá que
responder en relación con ese conflicto, que está enmarcado en el área Malvinas. Porque
todo lo que está asumiendo Gran Bretaña como propio es lo mismo que estamos diciendo
nosotros: que es hasta donde llega nuestra plataforma o nuestros intereses marítimos. Es
una respuesta, hasta ahora, a nivel diplomático.
En 1976, se presentó el Informe Shackleton sobre la zona. Se llegó a la conclusión de
que había petróleo en Malvinas, pero en ese momento el precio del barril era menor de
U$S 100. Además, la perforación que había que hacer para extraer ese petróleo tenía
que ser de más de 200 metros. Con la tecnología de aquel momento, encarar una operación
de ese tipo era muy costosa. En esa zona, el mar es muy bravo y debido a esto era muy
inseguro trabajar.
A fin del año 2007, Gran Bretaña, junto a otros países de
l aunión Europea, confirmó el tratado de Lisboa y en julio lo ratificó. También dio a
conocer la intención de poner en práctica esta extensión de 150 millas de su plataforma
marítima en Malvinas. Hay gran preocupación en algunos sectores argentinos, porque creen
que, a menos de una año de presentar el trazado de área pretendida, se ha hacho muy poco
con relación a los estudios que se deben presentar.
En el año 1997 se creó por Ley Nacional 24.815 la Comisión Nacional de Límite Exterior
de la Plataforma Continental (COPLA), cuyo objetivo es llevar adelante el estudio
correspondiente y elaborar una propuesta definitiva para establecer el límite exterior de
la plataforma continental. Toda la vida, la Argentina vivió un poco mirando para adentro.
El campo nos dio una bonanza tan impresionante que fue nuestro sustento y debido a eso nos
olvidamos del mar. La Argentina tiene un mar espectacular en lo que se refiere a su
capacidad ictícola; sin hablar de los minerales. No tenemos ni siquiera la explotación y
la investigación para saber cuáles son los nódulos que hay allá abajo. Eso está
abandonado por el país, pero no es un problema de gobierno, sino de los argentinos.
¿La Argentina reconoce esas 200 millas de plataforma
marítima que posee cualquier estado ribereño? Si fuera así, no estaría reconociendo su
propia soberanía en las islas Malvinas.
Nunca hubo reconocimiento. El problema es que el fin del conflicto bélico de Malvinas, en
1982, dejó una situación de hecho que es muy difícil de llevar hacia atrás. Cuando la
Argentina perdió la guerra, se establecieron ciertas normas de hecho, lo cual no quiere
decir que nuestro país no siga afirmando que su plataforma se extiende hasta tantas
millas y que las Malvinas están sobre ella. Lo que pasa es que, a los fines de evitar
nuevos conflictos, se respetan ciertas normas del statu quo. Es un problema de control del
conflicto internacional que nada tiene que ver con la propiedad de lo que está debajo del
agua.
Los artículos 76 y 77 de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el derecho del mar establecen quiénes tienen derecho a ampliar sus zonas y
ejercer soberanía hasta las 200 millas y a las 350, además de que acciones pueden llevar
adelante sobre esas zonas. ¿Puede ser que no quede muy claro lo que exponen ambos
artículos?
Lo que sucede es que la ley del mar es muy difícil por el simple hecho de que en el mar
no se puede poner un alambrado. Esa es una realidad. El marítimo es un sistema que se
vanagloria de la libertad que existe en la navegación. Tal es así que, diga lo que diga
la ley, salvo una distancia muy cercana a la costa, no se puede prohibir la navegación.
El mar es de una libertad intrínseca única que no se compara con nada de lo que existe
sobre la Tierra.
¿Dificulta la posición Argentina el hecho que Gran
Bretaña haya ratificado su apoyo al tratado de Lisboa firmado por los países europeos?
Yo creo que los convenios o tratados internacionales no tienen que ver con la
constitución de un grupo. Es más, la constitución de ese grupo tiene que respetar los
acuerdos internacionales que ya existen. Los tratados que hay para el manejo del mar y la
navegación no pueden estar influenciados por la constitución de un país. Esto no quiere
decir que esos países firmantes de algún tratado no tengan el poder de hacer respetar
algo en sus dominios. Si nosotros perdemos la capacidad en el mar, después nos puede
costar más trabajo hacer cumplir alguna norma, aunque esté establecida en un tratado
internacional.
¿Es posible que estemos hablando de una plataforma
continental convertida en una potencial reserva de gas y petróleo?
La empresa inglesa Rockhopper fue contratada por la administración de Malvinas para hacer
un relevamiento de la zona. Ellos encontraron petróleo, inclusive en la superficie. Lo
que sucede es que, al no ser explotado el suelo, se producen pérdidas. Al norte de
Malvinas, hay una zona de áreas perfectamente explotables y que contienen petróleo. Y la
investigación va más hacia el este, donde, a profundidades de entre 500 y 2000 metros,
también habría petróleo.
Si nos dejamos llevar por el sentido común y aplicamos esta
extensión de 150 millas, tanto a la plataforma continental argentina como la plataforma
continental de las islas Malvinas, en algín punto estas chocarían.
Bueno, pero lo que pasa es que nosotros decimos que Gran Bretaña no tiene que estar
allí. Entonces, no chocan nunca. Para nosotros Gran Bretaña no está ahí.
¿Es verdad que algunos Barcos internacioales navegan por la
zona y pescan con una licencia que les provee el gobierno de Malvinas?
Es cierto, pero, como decía antes, hay un statu quo que está dado por la mitad de lo que
cada uno pretende. Hay una línea que divide: de un lado trabajan ellos y, del otro lado,
nosotros. No obstante, en los 90, cuando la Argentina perseguía bastante a los pesqueros,
Malvinas recién nos llamaba la atención cuando entrábamos dentro de las 25 millas de
costa. Ahí, nos avisaban que estábamos en aguas que eran de ellos. Lo que sucedía era
que los pesqueros no respetaban ninguna norma, pescaban cualquier cosa, y, cuando
aparecíamos nosotros, se iban rápidamente en dirección a Malvinas.
¿Generaría algún conflicto internacional extra que el
gobierno de Malvinas esté otorgando licencias de navegación a otros barcos que no sean
de bandera británica?
Es que eso ocurre. Uno se encuentra, por ejemplo, con taiwaneses o españoles. España es
un país que consume mucho pescado y que tiene caladeros agotados. Ellos son algunos de
los que vienen con licencia de Malvinas.
¿Cuáles son las expectativas que se abren en torno a la
presentación que debe hacer la Argentina ante la ONU en mayo 2009?
La Convención del Mar contempla la determinación de los límites de la plataforma
continental submarina en función de la constitución del sedimento para la explotación
del lecho y el subsuelo. Eso le da a la Argentina, hasta el año 2009, la posibilidad de
presentar la documentación que necesite y, a partir de ahí, efectuar las presentaciones
para el reconocimiento posterior. Hasta que no llegue ese momento, nadie está en
condiciones de decir qué porción de soberanía le corresponde a cada uno de los
interesados.
Es dificil entrar en comparaciones y hasta a veces es
peligroso. Pero ¿Es posible que en esta zona se esconda una reserva de petróleo que
genere un impacto económico similar al que causó la encontrada hace poco tiempo en las
costas de Brasil?
Si, puede ser. En primer lugar, hay que tener mucho cuidado con lo que se dice que se
encontró y cuál es la realidad del rendimiento posible del yacimiento. Aparentemente, lo
que se encontró en Brasil es mucho. Y creo que estamos en condiciones de decir que es
mucho, porque en una zona determinada se hacen varias perforaciones, y, si aparece
líquido en todas o en la mayoría de ellas, es que está todo lleno. A lo mejor,
después, cuando vayan a explotar, se encuentren con que la calidad no es la misma que la
que esperaban. Sin embargo, vamos a suponer que a la altura de Bahía, al norte de Brasil,
hay un buen yacimiento petrolífero en agua abierta. Ahora bien, resulta que los uruguayos
también están encontrando gas cerca de la costa, y sabemos que donde hay gas es casi
seguro que hay petróleo cerca. Sigue siendo el mismo mar, sigue siendo la misma distancia
a la costa. Y más abajo, dice Rockhopper que hay petróleo a esa distancia de la costa.
Si es así, es una riqueza que le cambiaría la vida a Latinoamérica, pero también a
otros países si llegan antes y explotan primero los yacimientos. Hoy se dice que para
pensar estratégicamente hay que pensar a futuro. Hay que hacer una prospección en el
tiempo. Es muy importante no quedarse. No es que hay que prepararse para ir al conflicto y
obtener por la fuerza algo, sino que hay que tener un respaldo ante una posible
negociación con aquel que está. No los podemos sacar, porque están ahí desde hace 170
años. En algún momento vamos a tener que arreglar, pero no como pobres.
Ambos países presentarán en el 2009 sus estudios. ¿Quién
será el encargado de dictaminar este caso?
La resolución es un dictamen de las Naciones Unidas. También puede haber un arreglo. En
este caso, es casi seguro que se respete más un acuerdo entre los países que si se
presentan por separado. A nivel internacional es muy difícil obtener definiciones
suficientemente claras. Yo creo que habría que intentar hacer un acuerdo, pero no
pelearse. Si nos peleamos, en el mejor de los casos, las cosas van a quedar como están:
no vamos a obtener nada, ni nosotros ni ellos.
Se puede hacer un análisis comparativo entre la riqueza de
los recursos vivos del mar y la riqueza que aún no se conoce y que puede existir.
Sin afán de equivocarse mucho, se podría hablar de una similitud entre ambas riquezas.
La plataforma argentina es prácticamente la más grande del mundo. Pero la respuesta
está en que tenemos de todo para ser extraído, pero la Inversión Extranjera Directa
(IED) en la Argentina es la más baja de Latinoamérica.
¿Afectará en algo el Statu Quo que existe sobre la
Antártida si el resultado de esta presentación que se debe efectuar ante la ONU el
próximo año deja un nuevo mapa marítimo de la Región?
El continente antártico ha sufrido unos cambios biológicos y climatológicos
impresionantes. Zonas que antes eran de glaciares en estos momentos son tierra; y eso
cambia un poco el concepto de para qué puede servir la Antártida. Todo esto
hace más fácil muchas cosas que antes ni siquiera se podían hacer. Al mismo tiempo,
esto va a despertar intereses, pero el hecho de estar cerca no va a brindar ningún tipo
de capacidad de propiedad sobre el territorio. Nosotros podemos decir que el territorio
antártico argentino está en tal lado, pero eso nunca puede servir como determinación de
patrimonio nacional. Es algo que está considerado como patrimonio universal de la
humanidad.¿Qué
dice la Convención de la ONU sobre los derechos del mar?
Esta Convención, firmada en 1982, en su artículo 76, define como plataforma de un Estado
ribereño al lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más
allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio
hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas
marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del
mar territorial, en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a
esa distancia. Y en su artículo 77 expresa que el Estado ribereño ejerce
derechos de soberanía sobre la plataforma continental a los efectos de su exploración y
de la explotación de sus recursos naturales. |
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