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Consejo Nº 4 - Septiembre 2008

Editorial
Colocar las cosas en su justa medida

Autor:
Dr. José Escandell
Presidente del CPCECABA
El XVII Congreso Nacional de Profesionales en Ciencias Económicas (realizado en Córdoba del 3 al 5 de septiembre) tuvo la virtud de poner sobre el tapete la problemática que hoy, globalización mediante, desafía el ejercicio profesional. De esos debates, deseo referirme a algunos campos vinculados con el desempeño del Contador Público y con la elaboración de los estados contables y su auditoría.

Estos temas no son nuevos, pero vienen cobrando intensidad a medida que en el mundo se han consolidado los procesos de internacionalización de los mercados tanto de bienes como de capitales. En tal contexto, se han venido registrando fuertes tendencias hacia la uniformidad de estándares respecto a la información financiera, incluyendo tanto las normas contables de valuación y exposición como las de auditoría. Además, existen criterios referidos a la formación profesional, la calidad de los servicios y otros aspectos relacionados que pretenden imponerse también mundialmente.

Nuestra Federación, la FACPCE, que representa a la totalidad de las entidades profesionales argentinas en Ciencias Económicas, es miembro de la IFAC (Federación Internacional de Contadores) y en tal carácter está comprometida a avanzar en estos desarrollos normativos. En lo que constituye la primera fase de este proceso en nuestro país, la Comisión Nacional de Valores ha decidido adoptar las NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera) para las empresas que hacen oferta pública de acciones o de obligaciones negociables. La CNV, por su parte, es miembro de la IOSCO, entidad internacional que integra las entidades rectoras de los mercados de valores y que por supuesto propicia que sus miembros adopten las NIIF.

Este marco normativo se irá extendiendo hasta alcanzar el universo de las empresas denominadas de “interés público”.

Frente a este panorama se abren varios interrogantes: a) Cómo se ha de suplir la brecha de capacitación a fin de responder eficazmente a esta situación; b) Cómo se resolverán algunas diferencias entre las NIIF y las Normas Argentinas que pueden ser de alto impacto; c) Cuál ha de ser la futura estructura de las normas contables de aplicación en la Argentina, considerando que la gran mayoría de las empresas objeto de nuestra labor profesional se encuentra fuera del marco del denominado “interés público”.

Un abordaje inteligente y sincero de estos interrogantes merece empezar por colocar las cosas en su justa medida: la adopción de las NIIF posiblemente sea un paso inevitable en el mundo actual, pero no por ello cabe suponer que estamos frente a los mejores estándares ni tampoco caer en la ingenuidad de creer que las inversiones internacionales van a volcarse sobre nuestro país por el solo hecho de aplicar tales normas. La realidad es sin duda mucho más compleja y se encuentra vinculada a la visión global que sobre la Argentina tienen los inversores extranjeros. De modo que conviene dejar de lado las percepciones eufóricas y dar paso al realismo.

Y el realismo nos obliga a conciliar estos hechos con las necesidades que plantea el ejercicio profesional en nuestro país, para lo cual resulta necesario promover el debate fecundo y conductas proactivas que ayuden a aprovechar los avances técnicos, pero en un marco de garantías para todos los profesionales y para las propias empresas, favoreciendo su asimilación.

Desde el Consejo estamos comprometidos con la promoción de la excelencia en la actuación profesional, estableciendo las pautas para asegurar el mejor desempeño, fortaleciendo la imagen del profesional y de su labor como requisito, no sólo de su dignidad, sino también como una condición que necesitan los mercados de capitales, los inversionistas y los organismos reguladores y de control para brindar seguridad y el más favorable clima de negocios.

Por ello estamos haciendo una apuesta fuerte a la capacitación para que los profesionales conozcan a fondo dichas normas. El Consejo va a suplir con su acción las falencias existentes en estos temas. Ese apoyo está a disposición de los colegas a quienes el tema les interese o que, por ejemplo, actúen en las empresas de cotización pública, en los organismos de control, en los estudios de auditoria inscriptos en la CNV. Por su parte, las universidades tendrán la responsabilidad de incluir esta temática en la formación de grado.

En cuanto a la compatibilidad entre la normativa argentina y la internacional, tanto las acciones desplegadas hasta ahora como los debates en el Congreso de Córdoba han dejado bien en claro que las NIIF son una materia viva, absolutamente perfectibles, y existen claros diagnósticos de necesidad inmediata de cambios en varios aspectos. Resultaría inaceptable la adhesión incondicional a un organismo internacional de diseño de normas si simultáneamente no se tomara la decisión de participar activamente en dicho proceso y exigir todos los cambios que ayuden a su mejor calidad técnica así como a su adecuación a la realidad legal y fáctica de los diferentes países. Un tema como el del ajuste de los estados contables por inflación, que tiene en la Argentina tal vez al país de más alto desarrollo técnico, tiene que ser revisado indefectiblemente.

Y el tercer interrogante (referido al futuro de las normas que se aplicarán bajo la legislación argentina), que es el más trascendente para el universo mayor de los colegas, tiene sin duda una respuesta muy clara: este conjunto de empresas, en las que sus estados contables no son de interés general, sino particular, seguirá dentro del marco normativo de las normas contables argentinas, en cuyo desarrollo deberán seguirse criterios de adaptación a su propia realidad, considerando además la enorme proporción de pequeñas empresas y microemprendimientos que caracterizan nuestra estructura económica.

Para concluir, dos buenas noticias. La primera es que nuestro Consejo ofreció organizar el futuro Congreso de la FACPCE del año 2010, coincidente con el Bicentenario. Será la oportunidad para asegurar que el grueso de la matrícula pueda participar debidamente en los debates sobre las normas profesionales.

La segunda es que, con activa participación de nuestro Consejo, la FACPCE participará en la actividad de otros organismos internacionales correspondientes a las demás profesiones de las Ciencias Económicas, como la OLA (Organización Latinoamericana de Administración), por lo cual el próximo Congreso acrecentará las características multidisciplinarias, con amplia participación de todas las profesiones de las Ciencias Económicas.

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