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Consejo
Nº 5 - Noviembre 2008 |
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D'Angelo
Quinteros
La base está... derrumbándose |
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Un conocido filósofo
futbolista elevó al nivel de famosa la frase la base está, de construcción
graciosa, llena de futuro y de proyección ascendente, plena de contenido optimista que
permite avizorar un porvenir fructífero y progresivo. Lamentablemente, en nuestra
sociedad, dicho concepto no podrá aplicarse seguramente por años.
Cuando uno mira la base de una sociedad, surge claramente el concepto de la niñez,
reserva atesorada que reside en compartimientos domésticos para recibir, entre otras
cosas fundamentales, amor, contención y educación, en un proceso llamado
formación, que comienza en el hogar, continúa en la escuela y se complementa
en el entorno social.
Pero, si revisamos, sin profundizar demasiado, la formación de nuestros chicos, notamos
rápidamente que nuestra base, nuestra niñez, recibe una batería permanente de ejemplos
cotidianos que no les permitirá formarse correctamente, sin tomar en cuenta el ámbito y
el momento en que los reciben.
Esas inyecciones de malos ejemplos que se les aplican a los niños en general, que se
asemejan a una campaña de vacunación negativa, no colisionan con ninguna defensa en sus
cabecitas y corazones, sembrando un germen que en muchos casos supera el esfuerzo de
padres, maestros y personas de bien, que intentan contrarrestar los efectos nocivos
provocados.
El mal ejemplo no distingue el nivel social ni económico. Lo sufre tanto un chico que ve
a su padre cruzar un semáforo en rojo insultándose con otros conductores como un nene
obligado a pedir limosna en la calle, en brazos de su madre (o de quien simula serlo),
percibiendo casi sin solución de continuidad la indiferencia de los transeúntes. Lo
asimila un niño de zona urbana, a quien se alienta a cruzar un molinete en el
subterráneo por debajo de la barra de contención sin pagar su pase, como aquel de zonas
menos beneficiadas que es impulsado a iniciarse en la delincuencia, o el caso de nenas
obligadas a practicar actividades marginales impensadas para cualquier edad.
Desgraciadamente, lo mencionado es una pequeña muestra de una interminable lista de
circunstancias con las cuales conviven los chicos, y que van de las más simples a las
más comprometedoras, configurando una amplia oferta de basura con la cual se bombardea a
diario a los niños, sin entrar en detalles sobre cuestiones como la televisión, los
videojuegos, el ambiente de los cibercafés o de las matineés bailables infantiles, los
personajes que aparecen en las salidas de los colegios, las cuestiones familiares, las
falencias de la educación, las fallas sociales y políticas, la pobreza, la inseguridad,
y muchas cosas más, tantas, que cada una de ellas representa temas con características
propias y definidas.
Lamentablemente, la singular importancia de cada una de estas cuestiones, tienen un único
destinatario... la niñez, sí, nuestra base, por lo que contradiciendo al Bambino: la
base no está o lo que es peor, nos estamos encargando de que no esté. |
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