El mundo mira a Estados Unidos. Y
seguirá haciéndolo durante todo el año.
Lo mismo pasa en la Argentina. Hoy los argentinos están tan pendientes de lo que Barack
Obama anuncie en la Casa Blanca, como de lo que resuelvan la Mesa de Enlace y el Gobierno
en la Casa Rosada. El eje de la noticia se ha corrido hacia el Norte.
Si todo sigue como empezó 2009 algunos creen que así será ni en la época
de elecciones habrá clima de urnas: muchos estarán más pendientes de Washington que de
quién saca más votos aquí.
En Estados Unidos la crisis financiera hizo que muchas familias perdieran su empleo y se
recluyeran en sus hogares. El desempleo es del 8% pero hay estados en los que la cifra
llega a ubicarse en 20%. Pero el dato desgarrador, es que la crisis hipotecaria hizo a su
vez que muchas familias perdieran sus casas y, por lo tanto, hay quienes se han quedado
sin trabajo y sin casa.
Los argentinos durante un tiempo, creyeron que lo que sucedía alrededor del mundo tenía
poca relevancia. Aún hoy se percibe algo parecido. Nos creemos el ombligo del
mundo, dice la famosa frase que resume de algún modo este sentimiento.
Pero lo cierto es que el país cambió en las últimas décadas. La Argentina es hoy una
economía pequeña y abierta, y por lo tanto cualquier cambio que suceda afuera
repercutirá en algún ámbito.
Pero hay un elemento más para tener en cuenta. El manejo de la política económica en un
país como la Argentina, en medio de una crisis como la actual, está sujeto a
restricciones (y cada vez más). No es una cuestión de voluntad política solamente. El
Gobierno, por ejemplo, aún si quisiera no podría lanzar un plan de estímulo fiscal como
el de Estados Unidos porque simplemente no cuenta con los recursos o la capacidad para
llevarlo a cabo. Aún si no fuera la actual gestión, la realidad es que cualquier otro
carece del poder de fuego que tienen países como Estados Unidos a la hora de enfrentar
una hemorragia financiera como la actual.
Es por todo esto y otros motivos más que el destino de los argentinos en 2009
depende en buena parte de cómo le vaya a la economía más grande del mundo.Gasto público récord
Barack Obama prometió hace unos días la reconstrucción de Estados Unidos. A esta altura
es lo mejor que pueden aspirar no solamente los ciudadanos de Estados Unidos sino los
líderes del resto del mundo. Será la potencia número uno del mundo la que lidere la
recuperación de la economía global que todavía no tiene fecha de comienzo.
Algunos analistas, destacan que en las últimas semanas ocurrieron algunos hechos que
podrían significar un cambio de rumbo.
Primero, el gobierno de Obama presentó su presupuesto con su plan de políticas
públicas, para ejecutar en los próximos años. Segundo, el presidente pronunció en su
discurso ante el Congreso, que los países deberán actuar en forma coordinada para salvar
al mundo de una depresión.
El primer presupuesto de la era de Obama, es la envidia de cualquier político de turno
que quiere ser reelegido: es un show de cómo aumentar el gasto público, en sólo doce
meses. Claro que, Obama no lo hace para ganar votos, porque ya los obtuvo, sino que lo
hace para evitar una catástrofe (según sus palabras).
Concretamente, el plan del gobierno americano supone un gasto de U$S 3,5 billones y un
déficit de U$S 1,75 billones para el año fiscal que comenzó cinco meses atrás. En
términos del producto bruto el impacto del plan se hará sentir. La magnitud del rojo
fiscal, el mayor desde 1945, será de 12,3% del PIB, la del gasto 27,7% y la de la
recaudación 15,4%. No muchos países en el mundo pueden darse el lujo de gastar más de
lo que recaudan.
El presupuesto de Obama, también promete acciones del Estado, en otros ámbitos donde
seguramente se requiera la coordinación con otros países, como puede ser en materia de
defensa y medio ambiente.
Sin embargo, lo que será importante a nivel mundial es la coordinación financiera. La
reunión del G20, que tendrá lugar el 2 de abril en Londres es cada vez más citada por
los principales líderes del mundo, como la instancia clave para discutir una solución
definitiva, a una crisis que hace metástasis. Obama cree que se puede anunciar una
especie de New Deal mundial. Así como consideró que era urgente actuar dentro de su
país, ahora cree que no hay que demorarse más en ver qué sucede a nivel mundial. En
Ucrania, la producción industrial cayó 30% en enero y son varias las referencias a la
crisis en Europa del Este, como algo similar a la que vivió la Argentina años atrás. En
Brasil, la industria experimentó en los últimos meses la mayor caída en todo América
latina. Y la Argentina, que cada vez sufre más la recesión y la ralentización de la
industria, ahora se ve acorralada por la desaceleración de su principal socio.
Como la Argentina en
2001
Uno de los problemas para Estados Unidos es lo que vaya a pasar en Europa. Sucede que
varios países están en una situación tan crítica que podría estar en juego el propio
equilibrio del Viejo Continente. Por ejemplo, los bancos austríacos prestaron dinero a
Europa del Este por un monto equivalente al 60% de su producto bruto. Eso significa que si
países como Polonia, República Checa o Hungría entran en default, entonces varias
economías de Europa Occidental se verían en problemas.
El nerviosismo que provoca esa situación, hace que los capitales que financiaron el
crecimiento y el déficit en esa parte del mundo durante tantos años, ahora huyan a otros
destinos más seguros y por lo tanto, se vea en Europa del Este una presión fenomenal
para que esos países dejen devaluar sus monedas. ¿No le recuerda a algo? Estos
países han hecho lo mismo que la Argentina y peor, dice el economista Guillermo
Calvo desde su despacho de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Ahora la incertidumbre en los mercados es tan grande que muchos piden que el Fondo
Monetario Internacional vuelva a actuar.
Pero dicho organismo ha sido señalado como uno de los principales responsables de la
crisis de los países emergentes en la década pasada. ¿Qué cambiaría ahora? Aún no se
sabe y se supone que de la reunión del G20 en abril se conocerá algo.
Dispuesto a no quedar otra vez como alguien que mira las crisis desde cerca y no actúa,
el director del Fondo, Dominique Strauss Kahn, se comprometió públicamente a trabajar
para que el monto disponible de ayuda financiera a los países miembros del organismo
llegue a U$S 500.000 millones.
2009 jugado
La crisis en la economía de Estados Unidos es tan grande, que ha despistado hasta a los
más importantes gurúes.
Warren Buffet, es algo así como el Dios de Wall Street, ya que su fondo fue el que
registró las mayores ganancias en los últimos años. Pero ahora, un manto gris se cierne
sobre sus números. Su compañía logró salvar el pellejo por poco. El beneficio neto del
fondo de inversión cayó un 96% en el cuarto trimestre respecto al del año anterior,
hasta los U$S 117 millones.
Pero peor que sus balances, son sus cálculos para el futuro. Es pesimista de lo que
ocurra en 2009. La economía seguirá así durante bastante tiempo más.
Ser pobre en EE.UU.
Estados Unidos es la economía más grande del mundo y seguirá siendo una potencia, aún
cuando en los próximos años fuera desplazado por China, como sugieren varios estudios
privados.
Sin embargo, la mayor amenaza sobre Estados Unidos no es que deje de ser la potencia
número uno, sino más bien que su capital humano se vaya deteriorando con el correr de
los años. En definitiva el sueño americano permitió que generaciones
enteras salieran de la pobreza, estudiando, trabajando y formando la clase media más
poderosa del mundo. Por primera vez, en Estados Unidos se ve amenazada esa dinámica, que
fue la marca registrada de un país que hizo alarde de ella, en todos los ámbitos. Hoy
los padres ya no piensan que sus hijos vayan a estar mejor que ellos.
Uno de los argumentos de Obama, durante la campaña, era que Estados Unidos está
perdiendo protagonismo en el mundo, porque ya no son sus ingenieros o contadores los más
demandados a nivel global, sino aquellos de China, India o Brasil.
La tasa de desempleo en Estados Unidos es de 6,9% y se piensa que, a fin de año, llegará
a estar en 9%. Pero en un mercado laboral dominado por los servicios, la educación juega
considerablemente. Así, la tasa de desempleo es solamente de 2,7%, en el sector que
cuenta con un título universitario. En el caso de los que no terminaron la enseñanza
secundaria, la desocupación aumentó 3% en los últimos doce meses, mientras que para
aquellos que finalizaron la educación universitaria, casi no hubo cambios.
Pero, según economistas como Joseph Stiglitz o Jeffrey Sachs, el principal problema que
tiene Estados Unidos no es ni la crisis financiera, ni las hipotecas basuras, ni el
desempleo. Es más bien la pobreza.
En la economía más grande del mundo, viven 37,3 millones de pobres (sí, leyó bien), o
sea, 12,5% de la población. Claro que su distribución, no es igual en todos los grupos:
entre los negros, la pobreza es de 24% y entre los hispanos 21,5%. Estados Unidos La
pobreza en Estados Unidos es consecuencia directa de los bajos salarios. El salario
mínimo es de U$S 5,85 por hora, pero se calcula que para equiparar el poder adquisitivo
de hace diez años, debiera ser de U$S 9.
Pero, la razón del estancamiento de Estados Unidos no hay que buscarla en los niveles de
los salarios de sus trabajadores, o el avance de la industria china, sino más bien en la
insuficiente capacitación de sus recursos humanos. Según apuntan Juan Radonjic y Dolores
Valle en el libro El tiempo de Obama, en 2008 salieron unos 350.000 ingenieros de las
universidades chinas, en tanto que en Estados Unidos se graduaron sólo unos 40.000
jóvenes en carreras de esa orientación. |