El pasado
martes 10 de marzo, se cumplieron 40 años de la creación de la Lista Azul, agrupación
que desde el año 1979 conduce los destinos de nuestro Consejo Profesional.
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Autor:
Dr. Guillermo Barousse.
Fue uno de los fundadores de lista azul e integrante de la mesa directiva del
CPCECABA en los períodos 1983-1985 (vicepresi- dente 1º) y 1981-1983 (vicepresidente 2º).. |
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En marzo de 1969, inmersa en el
vértigo de una década que aportó el mayor movimiento intelectual del Siglo XX, nace
Lista Azul, la agrupación que diez años después asumió la conducción de los destinos
de nuestro Consejo Profesional, y desde aquel momento hasta nuestros días fomentó un
estilo diferente y atípico en materia de administración y evolución de organizaciones
sin fines de lucro.
Fueron tres décadas en las cuales el Consejo dejó de ser solo una pequeña oficina
alquilada y destinada al ejercicio de sus fines básicos, para convertirse en una de las
instituciones más importantes de América, modelo de crecimiento y líder en prestación
de servicios y beneficios para entidades de su tipo, hoy orgullo de sus matriculados.
Buceando en la historia y en los hechos ocurridos en nuestro país a lo largo de esos 30
años, difícilmente se encuentre un emprendimiento institucional que haya podido mantener
una línea de conducción en pos de un proyecto y concretarlo, tal como ha ocurrido con
nuestro Consejo Profesional. La clave que permitió el éxito de esta premisa, radica en
la base, puesto que desde el vamos se trató de un proyecto honesto y solidario, adaptado
a la realidad y necesidad de los matriculados de las carreras de Ciencias Económicas, en
búsqueda permanente de la excelencia profesional, y sin abandonar jamás el norte signado
por la ética y la honradez de sus dirigentes.
Esta conjunción de valores y principios solo pudo ser posible por la dedicación de la Lista Azul al desarrollo de actividades vinculadas
con la política profesional y alejadas de la política partidaria, y por la transmisión
de la impronta de sus fundadores, los Doctores Guillermo A. Barousse, Luis E. Outeiral,
Julio Primiani, Oscar T. Cruz y Pedro P. Megna.
Vaya entonces un sincero y cálido homenaje para quienes impulsaron, en aquella década
dorada, la participación profesional con espíritu vocacional en los distintos ámbitos
de actuación en nuestro Consejo, y que a través de su guía rectora impusieron una
conducta dirigencial intachable, que permanece inalterable en el tiempo. |
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