En
1808, un capitán conduce a sus jinetes españoles a la muerte y a la gloria.
Cuatro años después, un coronel dirige a sus granaderos en un combate letal contra las
tropas españolas. Aquel capitán y este coronel son la misma persona: José de San
Martín. Antes y después se suceden batallas, muertes, traiciones, linchamientos,
intrigas, persecuciones, complots, juramentos secretos y hasta una amarga historia de
amor.
Basada en una rigurosa investigación histórica que le llevó cuatro años, y con el
ímpetu de las antiguas narraciones de capa y espada, Jorge Fernández Díaz narra en La
Logia de Cádiz una historia en apariencia conocida, pero que es en realidad absolutamente
novedosa. La acción comienza con la escaramuza de Arjonilla, sigue en la batalla de
Bailén, cuando los españoles vencieron al ejército de Napoleón, y en la que San
Martín se convirtió en un héroe de la resistencia. Y continúa en el convento de San
Carlos, desde donde el Libertador prepara un ataque fulminante contra sus antiguos
camaradas de España. Así se presenta La Logia de Cádiz (Planeta), un libro que relata
la vida de un General San Martín muy poco conocido. Presenta a un guerrero en su ámbito
natural, el de la guerra.
Fernández Díaz reemplaza el bronce por el barro. Pone las cosas en su lugar, sin
saltear ni descuidar ningún lugar. Lo baja del pedestal y lo ubica en el llano para
mostrarlo tal como era: un prócer, sí, pero también un revolucionario, un hombre que
conoció la grandeza, el desencanto y, como cualquier mortal, las miserias humanas y la
crueldad, escribe el periodista Jorge Palomar en el suplemento ADN Cultura del
diario La Nación.
Consejo: ¿Cómo se le ocurrió hacer
un libro de historia sobre san martín, pero que en realidad parece una novela de
aventuras?
Jorge Fernández Díaz: Porque descubrí que a mis hijos, cuando eran
adolescentes, les parecía aburrida la historia argentina. Porque recordé muy claramente
que cuando yo era chico añoraba una novela de San Martín en la Colección Robin Hood. Y
porque alguien nos robó la épica. Ese género que también practican los anglosajones y
que parecía vedado para los pobres tercermundistas.
¿Cómo llevó adelante el trabajo de
investigación? ¿resultó muy difícil acceder a ciertos datos?
No fue difícil acceder a los datos. Ahí están todos prácticamente al alcance de la
mano. Lo que lleva es mucho tiempo y paciencia de lectura. Contraté a un periodista
sanmartinólogo para que me ayudara.
¿Cuánto de ficción y cuánto de
historia tiene el libro?
No pretendo hacer historia. No soy un historiador, sino un novelista. Yo diría que tiene
mucho de verdad histórica comprobable. Trabajé los vacíos de la historiografía con
ficción razonada.
Usted se encarga en este libro de
bajar a San Martín del bronce para retratarlo como un hombre con sus aciertos y errores.
¿Fue San Martín un guerrero por naturaleza o un patriota con ideales independentistas
más allá de las armas?
Fue las dos cosas a la vez, aunque los argentinos preferimos verlo como un patriota,
incluso como un gran político. Lo único seguro es que fue un gran guerrero (era una
especie de Boina Verde en el ejército de Andalucía) y, para histeria de los
ultrasanmartinianos, yo diría que fue un mediocre estadista. Por esto último le fue mal
en Perú, perdió con Bolívar y murió amargado.
¿Cómo se hace para escribir una
historia divertida basada en hechos y personajes reales que muchas veces están
relacionados con aburridas clases dE historia del secundario?
Se hace con pasión, con un soplo del narrador de aventuras que yo quería ser en mi
infancia. Mientras escribía La Logia de Cádiz no pensaba en las estatuas ni en los
museos, ni en Rojas, ni en Mitre, ni en Torre Nilsson, ni en Billiken ni en Pigna. Pensaba
en la Colección Robin Hood, en Sábados de Cine de Súperacción y en John Ford. En una
épica, en una revolución, en un guerrero que fue glorificado para quitarle la gloria por
un país que duerme tranquilo en historias oficiales y se despierta nervioso en verdades
inconvenientes y horrorosas.
En muchas oportunidades, la novela
hace referencia a la masonería. ¿cuánto cree que influyó esta práctica en la vida
política y personal del General San Martín?
Creo que San Martín era masón. Pero también creo que utilizó las logias como servicios
de inteligencia y partidos de influencia, es decir, como meros instrumentos para realizar
lo que siempre le importó: crear una patria propia. Lo paradójico es que el padre de
nuestra patria es un despatriado congénito que se pasó la vida tratando de construir una
patria en la que finalmente no pudo vivir.
Usted se encarga de recrear tres
batallas de la historia con una crudeza y un detalle nunca antes vistos. ¿Cómo logró
ese realismo a la hora de la descripción de los enfrentamientos bélicos?
Con documentos y libros en la mano, y con la imaginación histórica. Y con el amor por el
cine de aventuras y las ganas personales de estar y vivir por dentro esos momentos feroces
y a la vez sublimes.
¿Después de hacer la investigación
y escribir el libro, cambió su mirada acerca de San Martín? ¿Ccree que la gente que
leyó el libro cambió de parecer sobre la vida y la obra de San Martín?
La idea del guerrero impiadoso, la del idealista cruel, es políticamente incorrecta. Eso
me llamó mucho la atención porque había sido borrada de la historia oficial, como si le
quitara méritos. Por otra parte, la larga prehistoria de San Martín en Europa tampoco es
tenida en cuenta por el imaginario escolar que nos han inculcado. San Martín no empezó
cuando llegó al Río de la Plata. Tenía 34 años; había tenido su bautismo de fuego a
los 13, había vivido toda clase de batallas, conspiraciones, intentos de linchamiento,
ataques y escaramuzas amorosas. Era un hombre formado, hecho y derecho. Sin esa
prehistoria es muy difícil entender lo que sucedió después. Esto es lo que más
sorprende a los lectores.
Ya la portada es una pista de lo que
vamos a encontrar cuando empecemos a leer: una obra del maestro Guillermo Roux donde
aparece un rostro de San Martín un tanto desconocido, con espada en mano y una mirada
desafiante, completamente alejada de los cuadros o esculturas que estamos acostumbrados a
ver.
Roux quería, como yo, un San Martín guerrero. Y no encontró en toda la iconografía
sanmartiniana algo parecido. Roux hizo con el lápiz lo que yo había hecho con la pluma:
crear un San Martín nuevo y verdadero.
San Martín se enfrenta en San Lorenzo
a sus antiguos compañeros de armas, los que combatieron junto a él en Bailén, por ejemplo.
¿este gesto fue tomado como una traición por parte de San Martín o era algo necesario
para consumar su plan independentista?
San Martín traicionó para no traicionarse a sí mismo como tantos patriotas americanos
que vivían en Europa. Esos patriotas eran iluministas y estaban a favor de la Revolución
Francesa, pero no podían sino combatir a Napoleón, que era el invasor invencible y
atroz. Y, por otra parte, no podían quedarse a ver cómo, con ayuda de ellos mismos, iban
a entronizar a un rey infame y oscurantista, Fernando VII, que representaba todo en contra
de lo que luchaban. No había más España. Había una posibilidad: crear una España
propia en América. Y a eso se abocaron.
Durante varios pasajes del libro, San
Martín es hostigado por Alvear; incluso se crea como una relación de admiración y odio
entre ambos. ¿Fue Alvear una especie de mal necesario para San Martín o Alvear siempre
se dedicó a sacar provecho de los logros del general?
Alvear fue un gran admirador de San Martín y luego su protector hasta que San Martín
tomó vuelo propio y entonces Alvear se convirtió en su gran enemigo político por celos
y por poder.
¿Cómo fue recibido el libro por
parte de los puristas de la historia sanmartiniana?
Los puristas, francamente, me tienen sin cuidado. Muchos de ellos son los culpables de
haber puesto la figura de San Martín al servicio de todas las dictaduras militares. Y
también de que a los chicos les aburra la increíble y cinematográfica historia de este
héroe impresionante. Muchos historiadores elogiaron mi obra. Otros se dedican a señalar
mis pecados de novelista. Un novelista sólo puede caer en dos pecados: ser
aburrido o ser malo. Los pecados que señalan los puristas son detalles no
probados de la historia. Trabajan estos puristas de carceleros de San Martín. Lo tienen
de rehén y han logrado volverlo irrelevante. Tenemos que luchar para sacarles a nuestro
héroe de las manos a estos personajes siniestros.
En la logia de Cádiz hay un San Martín
astuto, aventurero y comparable a un gato con sus 7 vidas. Es herido, atacado, emboscado,
traicionado y se tutea varias veces con la muerte, pero siempre sale airoso. ¿Fue en realidad
así la vida del patriota o lo que leemos en las páginas del libro se ajusta más a la
vida de un personaje de aventuras?
Fue así la vida de San Martín. Fue un héroe de capa y espada, y las cosas más
increíbles que leas en sus páginas no son fruto de mi imaginación. Las cosas más
increíbles son las que sucedieron de verdad y están documentadas. Una vez más la
realidad supera, y en mucho, a la ficción.
¿El libro le devuelve en parte un
título, que algunos consideraron políticamente incorrecto, que supo acompañar a San Martín
durante gran parte de la historia como es El Santo de la Espada?
El libro de Rojas es un gran manual de historia. El mío es una novela de peripecias.
Ahora, San Martín no era ningún santo. Gracias a Dios.
Este libro podría ser perfectamente El guión de una muy buena película de aventuras.
¿no lo tentaron para llevar la historia al cine? ¿le gustaría que así Fuera?
Me encantaría que hicieran una película sobre La Logia de Cádiz, pero me temo que
sería una producción demasiado cara. No tengo muchas esperanzas.
Jorge Fernández Díaz
Perfil
Nació en Palermo, Buenos Aires, el 8 de julio de 1960. Es escritor y periodista. Durante
24 años fue alternativamente cronista policial, periodista de investigación, analista
político, jefe de redacción de diarios y director de revistas. Dirigió la revista
Noticias y es actualmente secretario de redacción de La Nación. Es autor de las novelas
El asesinato del wing izquierdo, El dilema de los próceres, Mamá, la crónica novelada
de su madre inmigrante, que estuvo treinta semanas en las listas de best sellers y agotó
diez ediciones en la Argentina y cuatro en España, y Fernández. Publicó también El
hombre que se inventó a sí mismo, una polémica biografía no autorizada de Bernardo
Neustadt, y Corazones desatados, una serie de relatos publicados en la revista del diario
La Nación. Recibió la Medalla de la Hispanidad (2003) y el Premio Konex Diploma al
Mérito (2007) |