Economía Internacional


Situación

El 80 % del respaldo financiero concedido por el FMI en el período de doce meses finalizado en abril último se concentró en sólo tres países: Rusia, México y la Argentina, a cuyas economías se asistió -en gran medida- a fin de prevenir efectos de extensión de los problemas a otros países.

El informe anual del FMI señala que los mercados de capital emergentes más afectados por la crisis mexicana fueron aquéllos en los que se consideró que se presentaban uno o más de estos problemas: “bajo nivel de ahorro, desajuste de los tipos de cambio, grandes déficit fiscales y en cuenta corriente, fragilidad de los sistemas bancarios y una cuantiosa deuda externa”.

A principios de octubre, los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea acordaron su ampliación (mediante la incorporación de los países de Europa central y oriental, Malta y Chipre) y la futura reforma del Tratado de Maastricht para incluir los problemas de la desocupación, el terrorismo, el narcotráfico y otros.


Perspectivas

La producción mundial, en recuperación desde 1993, presentará en 1996 una tasa de crecimiento positiva, si bien disímil según las diversas estimaciones: 3,8 %, de acuerdo al FMI y levemente menor a 2,4 %, según la UNCTAD.
A su vez, continuará el aumento del volumen del comercio mundial a un ritmo mayor al de la producción, previéndose el mismo en alrededor de 7 %.

Para América Latina, tanto el FMI como la CEPAL estiman para 1996 un crecimiento económico de alrededor de 3 %, con lo cual el PBI por habitante aumentaría 1 %, luego de una reducción de 1,5 % en 1995.
Se considera muy probable que la tasa media de inflación regional sea en 1996 la más baja observada desde 1972.

En diciembre se realizará en Singapur la primera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuyo director señaló recientemente en Buenos Aires que el llamado “dumping social” (ínfimos niveles de salarios y condiciones laborales) constituye un grave conflicto para el comercio internacional, si bien los países miembros coinciden en que las restricciones al intercambio con esos países no son una respuesta adecuada al problema.