La evolución de las tasas de interés

Cuestionario

1. ¿Considera que la tendencia a la baja de las tasas de interés, verificada en los últimos meses, podrá continuar a lo largo de 1997? ¿Cómo cree que se comportará el mercado internacional de capitales?

2. ¿Continuará a su juicio, la fuerte segmentación del costo crediticio entre empresas de primera línea y PyMEs e, inclusive, entre el sector público y el sector privado? ¿Qué medidas podrían instrumentarse al respecto?

3. ¿Cuál puede ser el impacto sobre la oferta crediticia y las tasas de interés de las mayores exigencias, a los bancos, de requisitos mínimos de liquidez que comienzan a aplicarse a partir de marzo del corriente año?


Dr. Pedro Pou

1. Desde 1991, el BCRA ha procedido a introducir nuevas regulaciones prudenciales cuyo objetivo ha sido el de consolidar la solvencia y la liquidez del sistema financiero, lo cual resulta una precondición indispensable para el desarrollo del sistema financiero.
Asimismo, los cambios macroeconómicos vividos por la economía argentina han creado la posibilidad de la apertura de nuevas fuentes de fondeo para las entidades, en especial el ingreso a mercados de capitales internos y externos.

Estas políticas han expuesto a las entidades financieras a fuertes cambios estructurales.
La adecuación a las nuevas condiciones las ha llevado a una importante mejora de su eficiencia y, consecuentemente, a la reducción de las tasas de interés cobradas.

La tendencia declinante de las tasas de interés internas no tiene por qué detenerse durante 1997.
Si bien la eficiencia bancaria ha estado aumentando, su nivel aún no llega a los estándares internacionales.
En otras palabras, las entidades aún no han agotado las posibilidades de mejoras tanto en aspectos estructurales como en cuanto al análisis de riesgo crediticio y su correlación con la calidad de la cartera.

Por último, los depósitos del público, principal fuente de fondeo del sistema financiero, han estado creciendo en forma continua desde mediados de 1995, una vez superada la crisis del "Tequila".
El aumento de la oferta de fondos prestables, además de mostrar la confianza de los diferentes inversores en las entidades argentinas, es condición necesaria para la reducción del costo del crédito.

2. El financiamiento a las pequeñas y medianas empresas está condicionado por la existencia de asimetrías de información que derivan de la imposibilidad, por parte de las instituciones, de evaluar con certeza la posibilidad de éxito de los proyectos de inversión de las PyMEs por diversos factores.
En general, la información que una entidad financiera obtiene de las PyMEs es inferior en calidad y cantidad que la que dispone para las grandes empresas.
Por otra parte, los costos asociados a la recopilación de más y mejor información son considerables para una institución financiera en el caso de estas empresas.
Reducir los costos de disponibilidad de información crediticia sobre PyMEs fue materia de diversas acciones del BCRA.
Para ello se amplió la base de datos corporativa conteniendo información sobre el estado de los deudores del sistema financiero.
Desde comienzos de 1996, las entidades financieras informan para la totalidad de sus deudores su grado de cumplimiento frente a las obligaciones contraídas.
De esta forma, el acceso a esta información contribuye a disminuir los costos de recolección de información sobre un deudor en particular.

Por último, cumpliendo con lo dispuesto por la ley de creación de las Sociedades de Garantías Recíprocas, el BCRA estableció que los créditos otorgados con avales de una sociedad inscripta en el Registro del Banco Central tengan un tratamiento similar a aquellos otorgados con garantías preferidas.
Las Sociedades deben observar ciertas condiciones para ser incorporadas en el citado registro, entre ellas, el mantenimiento de un fondo de riesgo, estrictos límites a las garantías otorgadas a un socio con participación y la inversión del fondo en activos de alta liquidez.

La ley que creó la figura de la "factura de crédito" es otro ejemplo de las medidas adoptadas para mejorar el acceso al crédito por parte de las PyMEs.
Esta ley crea un nuevo instrumento de financiación que además de brindar seguridad jurídica permite la transferencia de las garantías asociadas a ella.
La ley prevé que las facturas de crédito puedan ser transmitidas en el circuito comercial, a una institución bancaria o negociadas en el mercado de valores.
Esta característica permite que la garantía crediticia que posee una empresa sea traspasada, por ejemplo, a su proveedor, y con ello todas las características de la operación crediticia (tasa de interés, plazo).

Asimismo, el BCRA está trabajando para crear un "Credit Bureau".
Esta institución otorgaría información acerca de la historia crediticia de las personas físicas y jurídicas, no sólo en lo referente a su situación crediticia dentro del sistema financiero, sino también sobre su deuda comercial.
De esta forma se ampliaría la información disponible a través de la "Central de riesgo", la cual sólo brinda datos sobre la categoría y el monto actual de la deuda con el sistema financiero de los clientes del mismo.

3. La estabilidad y solidez del sistema financiero argentino bajo la ley de Convertibilidad requiere que las entidades mantengan altas proporciones de activos líquidos, dado que el BCRA tiene restringida su facultad para actuar como prestamista de última instancia.
El sistema de encajes no remunerados que regía antes de agosto de 1995 representaba un impuesto sobre el sistema financiero y, consecuentemente, su estructura reflejaba la forma más eficiente para distribuir su costo.
La crisis financiera de 1995 dejó algunas lecciones sobre la estructura y la forma en que los encajes deben ser constituidos.
A raíz de estas lecciones, el BCRA introdujo nuevas normas sobre el manejo de la liquidez de las entidades con la finalidad de eliminar algunas de las distorsiones existentes.
Por ejemplo, los requisitos mínimos de liquidez no están atados a la estructura de depósitos de una entidad, sino que se aplican a todo tipo de fondo de acuerdo a su vida remanente (plazo de madurez).

Las tasas de exigencia previstas por el BCRA buscan lograr niveles de liquidez similares a los que existían previos a la crisis del "Tequila", cuando estos requerimientos fueron disminuidos para financiar la pérdida de depósitos.
La exigencia de liquidez previa a diciembre de 1994 era de alrededor del 16 % de los depósitos, que se integraba básicamente en el BCRA sin retribución alguna.
Hoy en día esos niveles se encuentran en alrededor del 18 %, pero pueden ser constituidos con activos que devengan interés.

Si bien puede parecer en un principio que la suba en la tasa de exigencia de requisitos reduce la oferta de fondos prestables, en el mediano plazo el efecto es el contrario.
Esta medida contribuye a la estabilidad del sistema financiero y como tal, a su crecimiento.
Cuanto mayor sea la confianza que se tenga en las entidades financieras, mayor será su posibilidad de otorgar créditos.


Dr. Enrique Folcini

1. La tendencia a la baja de las tasas de interés en este año, especialmente en el último mes, no es sostenible para el resto del año.
Si observamos los diferenciales entre las tasas de interés locales e internacionales, podemos ver que las tasas en dólares se encuentran a niveles similares a estas últimas.
Las tasas pasivas se han estabilizado, tal como se puede apreciar en el correspondiente gráfico.
El mercado de capitales internacional se encuentra en este momento expectante ante la decisión de la FED acerca de la tasa.
Ante una caída de las tasas locales, los inversores extranjeros están a la espera de definiciones para adoptar estrategias.
Las señales emitidas por la economía americana, si bien son claras no son alarmantes, por lo cual ante una posible suba de la tasa, no será de grandes magnitudes.
La afluencia de capitales hacia nuestro país no parece peligrar; el riesgo país ha disminuido considerablemente, implicando una mayor solidez del mercado argentino.
2. El alto diferencial que se registró entre las tasas a empresas de primera línea y PyMEs debería seguir el patrón registrado por las primeras.
La tendencia a la desintermediación financiera juega a favor de las PyMEs, dejando mayores fondos para la financiación de éstas.
Por otra parte, el sistema financiero debería mejorar los sistemas de evaluación de riesgo crediticio para poder evaluar con mayor precisión los proyectos de inversión de estas empresas.

El sector público, receptor de buena parte del crédito disponible, ha jugado durante el año pasado un rol importante.
Las proyecciones oficiales de una virtual disminución del déficit fiscal, junto con las buenas perspectivas internacionales para el financiamiento del mismo, proveen un marco adecuado para la canalización del crédito hacia el sector privado.
Por lo cual se puede deducir que el patrón de "crowding out" registrado especialmente en los dos últimos años no se manifestará en la misma magnitud.

3. La capacidad prestable del sistema financiero local ha experimentado una tendencia creciente debido a la afluencia de fondos al sector.

Los requisitos de liquidez no han afectado de forma considerable los fondos disponibles para el crédito, situación diferente a la pasada.
Si bien la fijación de mayores requisitos de liquidez imponen un costo de oportunidad al sistema -disminuido por el hecho de remuneración de los encajes-, ante este contexto de alta liquidez no ha menguado la disponibilidad y canalización del crédito.


Dr. Adolfo C. Sturzenegger

1. Dividamos la respuesta en términos domésticos e internacionales.
Desde el punto de vista interno es difícil pronosticar bajas de alguna significación en las tasas pasivas.
Aunque la tasa de inflación seguirá siendo baja, alrededor del 2 % anual, lo cual implica tasas pasivas reales altas, el arbitraje entre tasas pasivas en pesos y en dólares va a impedir que las tasas en pesos bajen en alguna medida significativa, particularmente porque la inflación baja de ninguna manera crea hoy expectativas de que el peso pueda revaluarse con relación al dólar.
Estimo que el panorama con relación a las tasas activas tiende a ser más favorable, o sea que es previsible pronosticar una suave baja por tres razones: a.
las previsiones por incobrabilidad de carteras que constituye el sector financiero, deberían ser algo más bajas, dado que las tasas activas han estado reduciéndose, y dado que los mejores niveles de actividad económica reducen el riesgo crediticio; b.
el crecimiento de los niveles de monetización y de la competencia entre entidades, debería bajar la carga unitaria de los costos administrativos del sistema; y c.
los mayores costos de intermediación por aumentos en los requisitos de liquidez, no alcanzarían a compensar los efectos hacia la baja de los dos factores anteriores.

Desde el punto de vista externo, parece razonable seguir pronosticando una buena situación de liquidez internacional y de oferta internacional de fondos a países estabilizados como el nuestro.
La CEE no demuestra mayor reactivación económica, y existen señales de algún debilitamiento del crecimiento en el este asiático.
Sin embargo, a pesar de esa buena situación de liquidez, no parece previsible un descenso de la tasa de interés internacional de largo plazo.

2. Es previsible pronosticar un suave debilitamiento de la segmentación entre primera línea y PyMEs.
Ello por dos razones: a.
por la expansión de la monetización en la economía; y b.
porque la reducción de las previsiones por incobrabilidad -que comentábamos antes-, impactan principalmente sobre el caso de las PyMEs.
También ayuda la acción de las calificadoras de riesgo, en términos de reducir el costo de la apreciación del riesgo crediticio.
Por las mismas razones, también debería reducirse algo la segmentación entre el sector público y el sector privado de las PyMEs.

Las medidas que deberían instrumentarse para reducir más decididamente la segmentación, están radicadas en las propias PyMEs, mejorando la transparencia de su información económico-financiera y aumentando los niveles de formalización de su acción empresaria.

3. El impacto sobre la oferta crediticia será sin duda de alguna reducción o de alguna menor expansión.
Pero no se notará mayormente debido a la expansión de la monetización, que en términos de depósitos en el sistema financiero la estamos pronosticando en el 20 % anual.
En términos de tasas, el impacto debería ser aún menor, dada la remuneración que pueden obtener las reservas de liquidez.

Además, los mayores requisitos de liquidez, al darle mayor solidez al sistema financiero, dentro de un régimen monetario donde la acción del prestamista de última instancia está fuertemente acotada, ayudan a reducir el riesgo-país y esto ayuda a obtener niveles menores de tasas de interés.