La situación de las pequeñas y medianas empresas

Cuestionario

1. ¿Cuál es, a su juicio, el papel y la ubicación que las PyMEs deben tener en el contexto de la nueva organización económica argentina, caracterizada por una significativa apertura a las corrientes internacionales de comercio y al flujo de capitales del exterior, incluyendo, por cierto, al MERCOSUR?

2. ¿Considera usted que el desarrollo de las PyMEs requiere de la existencia de políticas públicas específicas de apoyo a las mismas? En caso afirmativo, ¿cuáles deberían ser los lineamientos principales de tales políticas?

3. ¿Cuál debería ser, según su criterio, el esquema institucional para las PyMEs y, vinculado a ello, qué opinión le merece el reciente anuncio de creación de una secretaría de la PyME dependiente de la Presidencia de la Nación?


Lic. Francisco Gatto

1. Como en todas las economías desarrolladas industrializadas, las pequeñas y medianas empresas tienen un rol esencial en la conformación y ensamblaje de la estructura manufacturera, especialmente por el impacto en la competitividad sistémica de ciertos sectores industriales de alto dinamismo tecnológico e innovador (por ejemplo, bienes de capital, sectores de transporte y nuevos sectores de alta vinculación servicio-equipamiento como salud y educación).

Las PyMEs argentinas en algunos de dichos rubros -porque en otros prácticamente no hay empresas fabricantes locales- están aún a una distancia considerable de la frontera internacional, tanto en aspectos organizativos como tecnológicos.
El sector industrial PyME argentino se moverá crecientemente hacia una mayor especialización y cooperación empresarial que le permita aproximarse a dichos estándares con niveles de rentabilidad aceptables para la economía argentina.
El desafío central de las empresas consiste, entonces, en un fuerte desarrollo de sus competencias y capacidades innovativas, a fin de generar ventajas competitivas que les permitan participar en las cadenas productivas de dichos sectores industriales e insertarse activamente en los nuevos flujos de comercio internacional, sobre los cuales se está reorganizando la estructura productiva de dichas actividades.

2. Todos los países industrializados aplican políticas especiales para favorecer su desarrollo empresarial mediano y pequeño.
Todos los países, de una u otra manera, estimulan a las empresas en su proceso de modernización tecnológica y en el fortalecimiento de las ventajas competitivas.
Más aún, en todos los países hay mecanismos de subsidios directos e indirectos que inducen y cooperan con las empresas PyMEs a su proceso de expansión y crecimiento.
Tal vez, la diferencia más importante con las líneas de acción que se han llevado a cabo en la Argentina es que muchos de estos esquemas actúan crecientemente desde y sobre la demanda, es decir a partir de las empresas, y pretenden la construcción de un sistema de apoyo con fuerte participación del sector privado, tanto en la definición del perfil como en el desarrollo y en la implementación de las acciones e instrumentos.

Las empresas PyMEs argentinas requieren un apoyo sistemático en varias áreas: acceso y análisis de información tecnológica específica, orientación y consultoría en el rediseño de negocios y en los procesos de reconversión, cooperación en la instrumentación de sistemas de aseguramiento de la calidad de productos y procesos y financiamientos “puente” para acelerar el proceso de transformación técnica y reorientación de mercado (inserción en el MERCOSUR).

3. Los sistemas exitosos de apoyo técnico a PyMEs son aquellos que se desarrollan con un alto nivel de descentralización operativa y un fuerte involucramiento de los usuarios (los empresarios) en su instrumentación.
Del análisis de la experiencia internacional se pueden extraer dos conclusiones: a) el arreglo institucional depende de las características propias del país, de su cultura empresarial, de su nivel de participación, del nivel mismo de desarrollo institucional alcanzado, etc., no existiendo a priori un modelo de aplicación universal; b) el estado nacional se ubica crecientemente en una posición de “segundo piso”, estableciendo las líneas estratégicas de política, impulsando modalidades de acción que faciliten un fuerte acercamiento y llegada a las empresas y limitando al máximo sus acciones directas, excepto en el plano de las regulaciones, normativas y disposiciones y arreglos legales.

La nueva secretaría podría desarrollar una tarea muy significativa de coordinación, tratando de establecer una línea estratégica de desarrollo industrial sobre la cual se asienten las acciones de los otros organismos públicos e instituciones privadas.
Asimismo, la secretaría debería avanzar en una tarea de evaluación de todos los instrumentos hoy disponibles y analizar la eliminación de aquellos que no cumplen con un mínimo de resultados y eficiencia.


Sr. Israel Mahler

1. Las PyMEs están llamadas a jugar un papel destacado en la modernización de la economía por su capacidad de adaptación a las fluctuantes demandas de mercado y a las tendencias del mismo, en especial en las manufacturas con alto valor agregado, pudiendo convertirse en la fuente de un sostenido incremento de las exportaciones industriales con la consiguiente expansión del intercambio.

En cuanto al MERCOSUR, debe aprovecharse la capacidad de la subregión para impulsar la asociatividad empresaria y la complementación productiva, a los efectos de mejorar el perfil de la competitividad, a la vez de orientar a las PyMEs hacia la conquista de terceros mercados.

2. Las características propias de las PyMEs en el actual contexto económico, exhiben asimetrías profundas frente a las oportunidades favorables existentes para las grandes empresas.
En muchos países desarrollados esto está asumido desde hace tiempo y las políticas diferenciadas para compensar dichas asimetrías son practicadas con general aceptación de la sociedad, asumiendo incluso ciertos costos, compensados en el tiempo a través de una mejor distribución de la riqueza y mayor nivel de actividad.

Tales políticas tienden a crear un entorno de eficacia externo a la vez de instrumentar acciones de diverso orden, entre las cuales se pueden citar:

Asistencia crediticia especializada.
Instrumentación de un efectivo sistema permanente de Seguro de Crédito Recíproco para permitir mejorar el acceso al crédito de mediano y largo plazo con tasas de interés competitivas.

Simplificación efectiva del sistema tributario y del contrato de trabajo para las microempresas.

Asistencia técnica regionalizada para control de calidad directo del abastecimiento y la producción.

Desarrollo de los sistemas de información de oportunidades de mercado a nivel internacional, con el suministro de datos consistentes y lo suficientemente completos como para inducir la toma de decisiones empresariales.

Cooperación científico-tecnológica para el desarrollo de capacidades de productividad y competencia en las economías regionales, incluyendo diagnóstico y propuesta de soluciones a problemas emergentes de infraestructura insuficiente, costos no competitivos de servicios públicos, superposición de impuestos y tasas, y restricciones de acceso a los mercados por maniobras monopólicas.

Simplificación del acceso y abaratamiento de los costos para la instrumentación de las prácticas de gestión de la calidad con o sin certificación ISO.

Promoción de las compras estatales, provinciales y municipales hacia las PyMEs, tomando en consideración las características del servicio o bien a adquirir, adecuándolo cuando ello fuera posible a la participación individual o a través de UTES-PyMEs.
Estímulos para los grandes contratistas y proveedores para subcontratar con PyMEs y exigir el cumplimiento de las leyes y decretos vigentes sobre el Compre Argentino.

3. Dada la importancia que se atribuye a la gestión moderna de políticas activas para las PyMEs, correspondería con la actual estructura ministerial, asignarle el rango de secretaría en el ámbito de la Jefatura de Gabinete a los efectos de poder interactuar con la Secretaría de Industria, Comercio y Minería; Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; Ministerio de Relaciones Exteriores; Banco Central, y Secretaría de Recursos Públicos.


Lic. Federico Poli

1. Si aspiramos a un modelo de desarrollo económico equilibrado regionalmente, en el contexto de apertura comercial e interrelación con los flujos de capitales, debemos priorizar la atención a las PyMEs.
Cualquiera que conozca el interior del país sabe del fundamental rol que jugaron los emprendedores empresarios pequeños y medianos en la construcción de una Nación más justa y democrática con movilidad social.
Los Vassalli, Diamand, Lambertini fueron artífices de un aparato industrial ejemplo de Latinoamérica, en un modelo que promovía la inversión.

Aún hoy son fundamentales las PyMEs en su rol de generadoras de mano de obra, en momentos en que el tema del desempleo es uno de los problemas más graves que atraviesa nuestra economía.

2. Tal cual sucede en todos los países serios y desarrollados del mundo, es para nosotros obvio que las Pymes requieren de un tratamiento diferencial respecto del resto del aparato productivo.
Desde la teoría económica, el tratamiento diferencial a las firmas de menor tamaño se explica primariamente por la necesidad de salvar las denominadas “fallas de mercado”, que impiden una más eficiente asignación de recursos al distorsionar los precios.
Desde la realidad económica concreta, este fenómeno se puede observar en la fenomenal fragmentación de los mercados de insumos básicos de la actividad productiva (financiero, servicios de electricidad, gas, teléfonos, etc.) que se verifica entre las Pymes y las grandes.

En este sentido, es sintomático que la misma administración económica que llevó adelante un proceso privatizador en tiempo récord, aún no haya puesto en operación los principales instrumentos de apoyo al financiamiento de las PyMEs -enunciados al momento de lanzarse el Plan de Convertibilidad-: la Sociedad de Garantías Recíprocas (Garantizar S.G.R.
del Banco Nación) y la Factura de Crédito.

También existen un sinnúmero de políticas públicas de apoyo a la mejora de la competitividad de las PyMEs que se podrían aplicar con el objeto de mejorar su inserción internacional y la capacidad tecnológica de las mismas.
Como ejemplo, en lo que respecta a fomento de la innovación tecnológica, creo conveniente remitirme a hechos concretos de gestión de gobierno.
En la Ciudad de Buenos Aires, cuando asumimos la conducción del área industrial, existía un fondo especial de casi u$s 3 millones para fomento de la innovación tecnológica de las PyMEs.
La CBA era el distrito que tenía el triste privilegio de no haber asignado un solo peso del fondo coparticipado por la Nación, a 5 años vista de la adhesión al régimen nacional.
A un año de haber asumido, gracias a la firme decisión política de apoyar el fomento de la capacidad tecnológica de las PyMEs, ya hemos otorgado financiamiento blando -a tasa cero y con 4 años de gracia- por más de u$s 1,5 millones.

3. La discusión acerca de cuál es el rango jerárquico del organismo que se ocupa de la problemática de las Pymes no es un tema menor.
Obviamente, consideramos conveniente la existencia de una estructura con rango ministerial que se ocupe de los temas de la producción, y específicamente de las PyMEs, tanto por una razón de nivel de decisión como de recursos disponibles.
Lo que no es deseable es la superposición de tareas en distintos organismos, que termine anulando la efectividad de la acción, como la que podría darse entre la Secretaría de Industria de la Nación y esta nueva Secretaría de la Pyme dependiente de la Presidencia.

Por último, como se señaló en el punto 2, lo determinante es la decisión política que tenga la autoridad superior para impulsar y darle prioridad a los temas vinculados con el desarrollo productivo independiente de la problemática tecno-administrativa.


Dip. Humberto Roggero

1. Las PyMEs industriales, agropecuarias y de servicios tienen en función de los profundos cambios estructurales y del proceso de integración, un gran desafío que las potencia por una parte y las amenaza por otra.

Si son capaces y tienen los medios para subirse a la ola de transformación y modernización, su crecimiento y desarrollo estará asegurado, si no lo logran la mayoría de ellas desaparecerá.

La capacidad de adaptación, propia de su dinámica, señala un rol muy importante a cumplir en la actual organización económica.

2. Cuando se señalan los medios para subirse a la ola de transformación se está indicando la necesidad de apoyar, mediante políticas específicas, el desarrollo de las PyMEs.

Sin establecer un orden de prelación, se pueden señalar las siguientes acciones o apoyos a desarrollar:

- a la capacitación empresaria y a la mano de obra,

- a lograr controles y normas de calidad internacionales,

- a fortalecer la presencia en los mercados externos,

- a facilitar los esfuerzos de carácter asociativo,

- a la creación y desarrollo de nuevos parques industriales y de servicios,

- a mejorar su acceso al crédito a tasas de financiación similares a las empresas de mayor porte,

- a facilitar el acceso a nuevas tecnologías de productos y procesos.

3. Son conocidos los casos de países con organismos específicos de atención a la problemática de las PyMEs -USA, Italia, España, Brasil, etc.-.

En esta línea, sin conocer a la fecha en detalle las atribuciones y medios con que contará la Secretaría PyME, la creación de ese organismo puede ser un paso positivo en dicho sentido.


Lic. Dante Sica

1. Al igual que en el resto del mundo, las PyMEs ocupan un lugar importante en la estructura productiva de cada país.
Esta importancia no sólo está vinculada a los aspectos ligados a la generación de empleo, sino a las características que priman en los nuevos esquemas de organización de la producción: flexibilidad, tecnología, segmentación de mercados, etc.
El desarrollo de las PyMEs no es independiente de la marcha de la economía en general.
Las PyMEs se encuentran integradas en estructuras productivas de tipo vertical (proveedores de grandes empresas) o de tipo horizontal (integración regional).
En este sentido, las empresas se integran en el Mercosur ya sea en forma de exportaciones directas o a través de las firmas de las cuales son proveedoras.
Este esquema fortalece el tejido empresarial, que es el componente principal de las estructuras sociales del país.

2. Los cambios estructurales producidos en la economía mundial han modificado el marco de organización económica, tanto en lo referente a los procesos de producción como a la naturaleza de la competencia.
Estos cambios con respecto a la modalidad de “hacer negocios” valen para las grandes como para las pequeñas y medianas empresas.
Este proceso, basado en la expansión de industrias con uso intensivo de conocimiento y tecnologías, adaptadas a procesos de producción flexibles, indujo para América Latina en general y la Argentina en particular, el pasaje de un régimen proteccionista a otro desregulado y abierto a la competencia externa, que ha sido eficaz en el cumplimiento de los objetivos macroeconómico, tales como: mayor inserción en el comercio mundial, intensificación de la competencia, inflación cero y equilibrio fiscal.

Dado el entorno macro, se observa al interior de los distintos sectores que una gran cantidad de empresas están creciendo y ganando mercados, mientras otras pierden posiciones competitivas.
En tal sentido, la pregunta que debe formularse es: ¿por qué, ante iguales condiciones macroeconómicas, hay empresas que crecen mientras otras desaparecen? Puede plantearse como hipótesis que la causa radica en las asimetrías que a nivel de información, capacidad tecnológica y muy especialmente capacidad gerencial, existen en la base empresarial, lo cual produce que los efectos de la política económica no sean neutrales.

La Secretaría de Industria, Comercio y Minería, a través del Programa PyMEs, está orientando su tarea a la disminución de estas asimetrías que afectan la marcha empresarial.
En esta dirección se orientan iniciativas tales como el Sistema Unico Integrado de Información para PyMEs, el programa Calidad PyME, PyMEXPORTA, el programa de Capacitación en Calidad y Competitividad Empresarial, entre otras que contribuyen a la mejora de las capacidades competitivas de las empresas.

El Estado asume así un nuevo rol de articulador de la competitividad, actuando simultáneamente a través de sus distintos programas sobre la compleja y heterogénea realidad empresarial, sin olvidar que los espacios de intervención son regionales y requieren el esfuerzo de los gobiernos provinciales y municipales para alcanzar el éxito.
De ese modo, el sector productivo encuentra el apoyo necesario para superar los desafíos que impone la competencia global en un mundo cada vez más interrelacionado.

3. A nivel institucional, la oferta de políticas de apoyo se encuentra dispersa en una multiplicidad de agentes que comprende a los gobiernos centrales, a los gobiernos locales y a una variedad significativa de organizaciones intermedias (cámaras empresariales, universidades, centros de investigación, etc.).
Es interesante notar que su capacidad de gestión se ha visto profundamente alterada en los últimos años.
En algunos casos, ésta directamente no existía o se encontraba deteriorada, es decir, era ineficaz para la prosecución de las políticas vigentes hasta entonces.
En los otros, las transformaciones económicas a las que aludíamos más arriba, dejaron a los agentes desprovistos de herramientas y, por lo tanto, de roles a llevar a cabo.

Por su parte, la no identificación de los actores locales que pudieran ejecutar los programas, adaptándose a las necesidades y características específicas de sus respectivas regiones, había redundado en un débil impacto cualitativo y cuantitativo de la asistencia brindada en la mayoría de los programas existentes.
Como se puede observar, la necesidad de reconversión no alcanzó solamente a los sectores productivos.
Se trata, entonces, de fortalecer los vínculos de los dos eslabones de la cadena: la oferta y la demanda.

En principio, la existencia de una multiplicidad de programas no es problema, mientras se asegure el acceso a ellos; la discusión principal es que los mismos tengan financiamiento.
En este sentido, la creación de una Secretaría PyME puede jugar un rol fundamental en el fortalecimiento y coordinación de una red institucional, cuya función debe ser la de apoyar la actividad de las PyMEs, a través de acciones articuladas entre el Estado nacional, los Estados provinciales y los Gobiernos Municipales, las Entidades Empresariales y del Trabajo, las Instituciones Tecnológicas y Universitarias, los Programas de Cooperación Internacional, etcétera.