Sector Agropecuario


Situación

Perspectivas de bajos precios y escasez de financiamiento se aúnan para dar lugar a una contracción de la superficie cultivada, así como a una muy cuidadosa asignación de recursos para agroquímicos y tecnología costosa en general.

La amenaza e incipiente presencia del fenómeno de La Niña, con escasez de lluvias en importantes zonas, no contribuye a alentar expectativas de una gran cosecha triguera.

El reino del revés

La volatilidad de los mercados, los efectos de la crisis asiática y la impre-visibilidad del comportamiento de los precios quedan de manifiesto al observar la evolución de los mismos y comparar-los con las expectativas generales reinantes un mes atrás.
En efecto, todo parecía indicar que no cabía esperar recuperación alguna de los precios de los cereales y oleaginosos, en tanto que si bien para la ganadería no se esperaban nuevas alzas, tampoco podía suponerse un redireccionamiento brusco de la tendencia francamente ascendente que venía caracterizando al sector, como resultado de un proceso de recomposición de stocks.

Y sin embargo, lidera-dos por el trigo, los precios de los granos subieron, tan-to en el mercado interna-cional como en el interno.
En el primero de ellos influyó un balance más ajustado de oferta y de-manda internacionales da-do a conocer por el USDA, que implica un descenso en la relación stock/consumo como consecuencia de una sequía en la zona triguera de Estados Unidos.
Otro factor alcista sería un ingreso de fondos de inversión de ese país en el mercado granario por considerar que se había alcanzado un piso en el mercado de productos básicos, con valores excesivamente deprimidos.

En el orden interno, tres factores que contraerían la oferta fortalecieron los precios del trigo: una menor superficie cultivada, las condiciones meteorológicas y menores ventas de agroquímicos.
A cosecha, los precios del cereal variaron alrededor del 18%, modificando la ecuación de resultados del cultivo, que ahora arrojaría una interesante rentabilidad.

La interrupción de la tendencia al alza de los precios ganaderos parece haberse originado en las necesidades de liquidez, no acompañadas por la correspondiente oferta crediticia.
La crisis asiática indujo a una elevación de la tasa de interés interna y a una mayor cautela de los bancos en la asignación del crédito, quitando liquidez al sistema agropecuario.
La disponibilidad de ganado terminado, los altos precios vigentes en el mercado y las necesidades financieras estimularon las primeras ventas de ganado.
La reacción a la baja del precio despertó los temores de nuevas bajas, estimulando nuevas ventas que reforzaron la tendencia.
El hecho es que el descenso de los precios del novillo en el mercado de Liniers ha llegado al 26% en el último mes y medio, y con tendencia bajista.

Menores áreas cultivadas

El área cultivada con trigo, y en general la de los granos finos, ha sufrido un descenso.
En trigo la contracción sería de alrededor del 20%, en lino del 10% y en cebada cervecera del 34%, esto según cifras extraoficiales.
Entre los granos gruesos nada está dicho todavía, excepto para el girasol que, claramente tendería a absorber parte de las áreas liberadas por los granos finos.
La expansión de este cultivo sería del 14%.

El descenso de los precios y la baja de la liquidez fueron al parecer los factores que más incidieron, tanto en la menor siembra como en la más selectiva fertilización.
A ello se sumó la dudosa perspectiva climática proveniente de La Niña.
Sin embargo, el generoso contenido de humedad en los suelos, producto de su antecesor, El Niño, podría limitar significativamente, si el fenómeno se presenta dentro de límites normales, los daños de una sequía acotada como la que se prevé.

En cuanto a la aplicación de agroquímicos, algunos analistas destacan la posibilidad de que la baja de los precios haya estimulado un uso mucho más racional de los mismos, con aplicaciones más cuidadas en dosis y oportunidad, redundando en un incremento de la eficiencia.
Si ello fuera así no cabría esperar descensos en la producción debido a este factor.
Siempre extraoficialmente, ya que aún no hay datos oficiales, la producción esperada de trigo sería de 10,5 a 11 millones de toneladas, con un saldo exportable de unos 6 millones de toneladas.
Si se tiene en cuenta la demanda del Brasil, cercana a los 5 millones de toneladas, es fácil concluir que sin contar las ventas en otros mercados tradicionalmente compradores de trigo nacional, la cosecha está más que asegurada en su colocación.

Otras exportaciones en crecimiento

El vino, la miel y las frutas, entre otros productos, están sumando volumen y valor a las exportaciones globales del sector.
En los primeros siete meses de 1998, las exportaciones de vino se incrementaron 23%.
Por su parte las ventas al exterior de frutas se expandieron 44,8% entre las campañas 1989/90 y 1995/96, para alcanzar en 1997 los mayores niveles de exportación de manzanas y peras de los últimos 10 años.
En 1997 la Argentina ocupó el primer lugar entre los exportadores mundiales de miel.


Perspectivas

El factor climático jugará un rol fundamental para la determinación de la suerte de la campaña de trigo 1998/99.
Si el fenómeno de La Niña se produce dentro de los límites y modalidades esperados, la producción no sufriría importantes caídas debidas a la sequía.

Reencauzar el proceso de recomposición de existencias ganaderas exigiría al menos una recuperación circunstancial de precios como para actuar de disparador de ese proceso, interrumpido antes de haber sido completado.
Lluvias abundantes y oportunas podrían cumplir ese papel.
Sin embargo, el fenómeno climático en ciernes no parece favorecer esa posibilidad.