SECTOR AGROPECUARIO

Situación

La propuesta de Economía

Desde una posición en la que se sostiene que el sector agropecuario es un gran evasor impositivo, dado que contribuyendo con el 30% del PBI, sólo aporte el 7% de la recaudación impositiva, el Ministerio de Economía se ha resistido a disminuir la presión fiscal, principal demanda de los productores.

Las principales medidas ofrecidas oficialmente son:

El incierto futuro de la soja

La abrupta baja del precio de la oleaginosa se aprecia al comparar los niveles vigentes en abril del corriente año con el promedio del período 1991/99. Según un artículo de Manuel Alvarado Ledesma (diario “Ambito Financiero” 9/6/99), dicha baja fue de 50%. La totalidad de los analistas acepta como causa de la caída una sobreoferta de granos en circunstancias en que la demanda no tiene capacidad de absorción.

Pero el punto sobre el que existen diferencias es sobre el origen de esa sobreoferta. Gran parte la atribuye a una política proteccionista de Estados Unidos que, a través de un virtual sostén del precio de la soja (en detrimento del maíz), ha logrado una importante expansión del cultivo. Algunos van más allá en este razonamiento, alegando que esta política está especialmente dirigida a castigar el grano argentino, a cuyo crecimiento ven como una amenaza.

Lo curioso de esa apostura es que sigue visualizando a la Argentina como un mero tomador de precios en el mercado internacional, excepción hecha del girasol. Sin embargo, la fuerte expansión de la producción de soja de Argentina y de Brasil haría pensar que buena parte del incremento de la oferta de soja tiene origen en el MERCOSUR y que las cotizaciones del producto son sensibles a la oferta de los países que integran este bloque. Si a ello se agrega la reciente aprobación del uso de la soja transgénica en Brasil y los planes de expansión de la producción de granos de ese país para llegar a los l00 millones de toneladas de granos en la campaña 2000/2001, la posible influencia del MERCOSUR sobre los precios granarios quedaría ratificada.

La importancia de las diferencias de causalidad contenidas en estos diagnósticos estriba en los distintos acentos que se asignan a las políticas que podrían derivarse de uno y de otro. En la primera postura lo importante sería la lucha contra la política proteccionista de Estados Unidos en foros tales como la OMC, cuya próxima reunión tendrá lugar en el mes de noviembre en la ciudad de Seattle, Estados Unidos. En la segunda, cobraría prioridad el diseño de una estrategia conjunta de los países del MERCOSUR para la colocación de los productos en el exterior, que aproveche la importante capacidad instalada de molienda y producción de aceites que la industria aceitera argentina ha generado en la cuenca del Paraná en los últimos años, obviamente, sin descuidar la lucha contra los subsidios.

El seguro agrícola, una modernización pendiente

El riesgo climático de la producción agropecuaria es muy alto, a pesar de lo cual existe un muy escaso desarrollo del sistema de seguro agrícola, sobre todo si se lo compara con países como Estados Unidos o Canadá. En efecto, mientras que se estima que menos del 10% de la superficie nacional cultivada está asegurada, en Estados Unidos la cifra se eleva al 44% y en Canadá al 37%.

A nivel oficial existe una ley de emergencia agropecuaria que se ajusta muy poco a las necesidades que surgen de la ocurrencia de factores climáticos adversos, entre otras características, porque sólo implica prórrogas de pagos de las deudas fiscales y crediticias con bancos oficiales. El fenómeno de El Niño y de La Niña en circunstancias de baja rentabilidad del sector, ha promovido el interés por iniciar una reflexión y abrir un debate en procura de la generación de alternativas adecuadas a las características nacionales y a su diversidad. En este marco es que se realizaron las Jornadas sobre Emergencia, Riesgo y Seguro Agropecuario, organizadas por la SAGPyA y el INTA en la segunda semana de junio.

Perspectivas