ANALISIS GLOBAL


Las cuentas públicas en el primer semestre

El sector público nacional (no financiero) presentó en los primeros cinco meses del año -según los últimos datos oficiales disponibles- un déficit global de $ 2.384 millones, con base caja y sin computar los ingresos por privatizaciones.

Considerando que la meta de déficit comprometida con el FMI para el primer semestre es de $ 2.850 millones, se deduce que su cumplimiento implica un margen de déficit adicional en junio de 466 millones.

Si bien las cifras disponibles para junio son sólo las del Tesoro Nacional (al que deben agregarse los organismos descentralizados y empresas públicas para completar el total del sector público nacional), las mismas son bastante representativas de dicho total. En este sentido, el déficit de $ 120 millones que arrojó en junio el Tesoro implicaría que se sobrecumplió la meta semestral con el FMI en aproximadamente 346 millones, monto que permitirá ampliar la meta de déficit comprometida para el tercer trimestre del año.

A este resultado contablemente satisfactorio se arribó incluyendo ciertos ingresos extraordinarios, principalmente:

Por otra parte, importa señalar que la meta de déficit ha tenido sucesivas ampliaciones -tras el impacto de las crisis en Rusia y en Brasil- desde el nivel original de $ 2.650 millones, pasando a 2.950 millones en diciembre, 4.950 millones en abril y 5.100 millones en mayo.

El déficit de las cuentas públicas durante el primer semestre obedeció, por el lado del gasto, a una suba de 1,9% en las erogaciones totales -cifras acumuladas a mayo-, como reflejo fundamentalmente de los mayores pagos de intereses de la deuda en 19,6%. El gasto primario -total sin intereses- se redujo 0,5%.

Por el lado de los ingresos fiscales, que cayeron 4,8% en el semestre, cabe mencionar los siguientes factores:

Más allá de que el actual cuadro recesivo impone indudables límites a una mejora de la situación fiscal, resulta claro que esta materia constituye uno de los factores claves para reducir el grado de vulnerabilidad externa de la economía.

Concepto Acumulado enero-junio
1998 1999 var.%
Recaudación total 25.200,7 23.991,1 -4,8
DGI y Aduana 20.061,6 19.259,1 -4,0
IVA Bruto (1+3+2) 10.485,6 9.395,1 -10,4
IVA DGI (1) 7.465,7 7.383,6 -1,1
Devoluciones (2) 824,1 960,1 16,5
IVA DGA (3) 3.844,2 2.971,6 -22,7
Ganancias 5.092,1 4.644,0 -8,8
Combustibles 1.675,9 1.699,2 1,4
Internos coparticipad. 731,1 737,7 0,9
Comercio Exterior 1.379,6 1.103,7 -20,0
Seguridad Social 5.138,0 4.732,1 -7,9
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea en base a Secretaría de Hacienda.


Situación económica de Brasil

Después de la devaluación del real que se produjo en el pasado mes de enero, la economía brasileña inició un difícil camino de recomposición de sus variables macroeconómicas, particularmente en lo que respecta al déficit fiscal, al saldo de la cuenta corriente del balance de pagos y a la evolución de la tasa de interés. Obviamente, todo ello en el marco de una fuerte incertidumbre sobre el comportamiento de los precios internos en la etapa posdevaluatoria.

Una prueba importante sobre la evolución de la economía brasileña consistía en la verificación de los compromisos asumidos por el gobierno de Brasil ante el FMI, como consecuencia del préstamo global encabezado por dicho organismo, que asciende a u$s 41.500 millones.

Recientemente, a principios de julio, la misión técnica del FMI auditó los principales guarismos de la economía brasileña y, de común acuerdo con las autoridades de ese país, se reformularon las metas para el resto del año.

En términos generales, puede observarse que en varios aspectos significativos la evolución económica ha sido, claramente, menos negativa que la inicialmente esperada. Así, por ejemplo, el impacto recesivo de la devaluación ha sido de menor intensidad, de manera tal que frente a una contracción del producto interno bruto (PIB) que se había estimado en 3,8% para el corriente año, en la actualidad se proyecta una caída de sólo 1% con respecto a 1998.

Sobre el comportamiento del proceso inflacionario -que, como se señalara, constituía un fuerte interrogante-, los registros más recientes permiten prever que los incrementos de precios podrían situarse en alrededor del 12% en el caso de los mayoristas y entre 7 y 8% para los minoristas, en ambos casos con referencia a todo el año 1999.

Como puede observarse, no se prevé desborde inflacionario alguno y ello hace que la devaluación en términos reales alcance niveles significativos, al tiempo que la tasa de interés de referencia continúa bajando para situarse en un nivel ligeramente superior a 20% anual a principios del mes de julio.

De todas maneras y a pesar de dicha devaluación de la moneda brasileña, el flujo de exportaciones no ha alcanzado el dinamismo esperado, por lo que las cifras de comercio exterior han sido corregidas en el sentido de esperar un menor saldo positivo que el previsto originariamente. En efecto, de un superávit estimado inicialmente en más de u$s 10.000 millones, en la nueva revisión con el FMI se redujo el mismo sustancialmente, a 4.000 millones.

Tal corrección a la baja del superávit comercial puede obedecer a dos factores de fuerte incidencia. En primer lugar, que al preverse una recesión menos aguda, el consecuente volumen de importaciones tenga un comportamiento menos contractivo. En segundo lugar, podría ser en alguna medida la expresión de un problema de competitividad de la economía brasileña -por cuestiones vinculadas con sus propios costos internos y con la caída de ciertos precios internacionales-, que no ha podido ser corregido a pesar de la devaluación del real.

Otro aspecto básico y riesgoso de la gestión macroeconómica en Brasil está vinculado con las cuentas fiscales, tema en el cual las autoridades se han comprometido a obtener un superávit primario -o sea, antes del pago de intereses de la deuda pública- equivalente a 3,1% del PIB durante el corriente año. Si bien es cierto que se han logrado avances al respecto, algunas demoras legislativas y dificultades de coordinación con determinados gobiernos estaduales, plantean inconvenientes que pueden traducirse en un incumplimiento del objetivo previsto.

De todas maneras, tanto el problema fiscal como el desequilibrio de la cuenta corriente del balance de pagos y el alto costo del endeudamiento externo, encuentran una compensación importante en el incremento de la inversión extranjera directa -en particular vía privatizaciones-, que prácticamente se duplicó en los primeros cinco meses del año en curso con relación a igual período de 1998.

Metas y Proyecciones de Brasil con el FMI para 1999
Variación del PIB 1%
Inflación 8%
Superávit fiscal primario 3,1% del PIB
Ingresos por privatizaciones u$s 7.600 millones.
Superávit del balance comercial u$s 4.000 millones.
Déficit de la cuenta del balance de pagos u$s 21.000 millones.
Deuda neta del sector público 51% del PIB
Deuda pública total al 31/12/99 R$ 513.500 millones.
Deuda pública externa al 31/12/99 u$s 93.700 millones.
Reservas internacionales líquidas al 31/12/99 u$s 23.300 millones.