SECTOR AGROPECUARIO


Situación

A principios del mes de agosto tuvo lugar el último acto de presencia del actual gobierno en la Exposición Rural. La historia de una década que le devolvió al sector la totalidad de sus ingresos y la inminencia del cambio de gobierno, fueron suficientes como para que los reclamos expresados si bien recios, lo fueran en un tono entre agradecido y poco esperanzado.


A menor rentabilidad, mayores impuestos

Esta es la lectura de los productores agropecuarios que encuentran en la presión impositiva el mayor de sus problemas. En efecto, un sondeo de opinión realizado por la consultora Icasa/Mora y Araujo, sobre 800 productores, dio como resultado que el 80% de los productores considera que ese factor aunado a la baja de los precios -factor mencionado en segundo término- son los responsables de la falta de desarrollo de sus explotaciones.

Tres son los impuestos que mayor irritación producen en la sensible piel del sector: el impuesto de 12 ctvs. al litro de gasoil, el gravamen del 15% sobre las tasas de interés y, muy especialmente, el impuesto a la renta presunta, todos ellos surgidos con la última reforma impositiva cuando la caída de los precios internacionales ya había afectado al sector, constituyendo una verdadera política procíclica.

Es en torno al nivel de rentabilidad o más exactamente a si se ve afectada la competitividad, que hay más de una posición y ellas tienen una alta correlación con el tamaño de las explotaciones. Así por ejemplo, un informe del secretario de Industria, Comercio y Minería afirma que la caída del valor de las exportaciones registrada durante los primeros cinco meses del año, nada tuvo que ver con la falta de competitividad y mucho con la caída de la demanda y los menores precios internacionales. La oferta nacional no se vio restringida y si hubo algún desplazamiento de la oferta argentina por otros competidores ello fue por el papel de los subsidios aplicados por los países que conforman la OCDE, que en 1998 se elevaron a alrededor de u$s 340.000 millones (10% superior a los de1997). Se trata, ciertamente, de una apreciación de tipo macroeconómico que encubre distintas situaciones a nivel de explotación y aún de productos y regiones.

El pez grande se come al pez chico

Sin embargo, aún para los que consideran que los mayores impuestos afectan la competitividad de las exportaciones existen resortes fuera de la disminución de la presión fiscal, que podrían afinarse para disminuir los costos del sector.El logro de mayores escalas productivas es uno de ellos, que en otras palabras implica la concentración de explotaciones para compartir una administación única. La agricultura de precisión, que permite ajustar la utilización de insumos a los estrictos requerimientos de los suelos, es otro factor al que están en mejores condiciones de acudir los grandes productores, dada la necesidad de contar con instrumentos y/o acudir a la contratación de expertos en circunstancias en las que el capital operativo, dado el nivel de endeudamiento de los pequeños y medianos productores, es un factor que escasea.

El papel del Estado

Existe, sin embargo, un instrumento poco desarrollado en la Argentina que parece ir adquiriendo una tímida relevancia y es el referido al seguro agropecuario, muy generalizado en los países que desarrollan la actividad.

Esta herramienta presenta una doble ventaja, la de cubrir a los productores por pérdidas climáticas y la de servir de garantía para la obtención de créditos bancarios ayudando a superar las reticencias de los bancos privados a otorgar préstamos al sector, precisamente por el riesgo climático que la actividad conlleva.

Pero es necesario tener en cuenta que de crearse el instrumento, la prima esperable por parte de las aseguradoras sólo podría ser parcialmente cubierta por los productores. Como en otros países el resto, si no la totalidad, como ocurre en los Estados Unidos, debería quedar a cargo del Estado cuyo interés en el tema es también importante como forma de substituir los costos derivados de la aplicación de la anacrónica Ley de Emergencia Agropecuaria.

Un repaso de las medidas

- Eliminación del impuesto al gasoil.

- Reducción para PyMEs del impuesto al interés de los préstamos.

- Créditos subsidiados para la siembra gruesa, por un total de $ 800 millones.

- Rebaja del 25% en el peaje que paga el transporte de productos agrícolas y forestales.

- Eliminación de las retenciones a la exportación de oleaginosas a partir del 1º de enero.

- Suspensión del remate de campos.

- Aumento del 30% del arancel para los lácteos.

- Proyectos conjuntos con el BID por u$s 308 millones.

- Refinanciación de deudas bancarias a 20 años de plazo, con el pago para acceder al beneficio desdoblado en 3 cuotas.

- Eliminación del 5% del IVA adicional para la adquisición de insumos.

Las medidas no conforman al sector y abren dudas respecto de la oportunidad de su instrumentación.


Perspectivas

La amenaza de que la sequía de los Estados Unidos afecte seriamente los cultivos de la cosecha gruesa ha tenido un efecto alcista sobre los precios, que continuará de verse confirmado el daño y de persistir las condiciones que lo produjeron.

Japón aceptó negociar las condiciones para la compra de carnes argentinas antes de que la Oficina Internacional de Epizootias le otorgara al país el status de país libre de aftosa sin vacunación. La medida es más que promisoria si se piensa en las 600.000 toneladas anuales que ese país importa.