Durante
la década del 90, los sucesos ocurridos a nivel local, regional e internacional
han modificado la configuración del sistema económico argentino. El objetivo
de este trabajo consiste en indagar los efectos que los mencionados cambios
han producido en el patrón de especialización internacional de la República
Argentina.
En efecto, podemos distinguir dos grandes categorías de sucesos que han impactado
sobre el patrón de especialización internacional argentino: cambios estructurales
e impactos coyunturales. Entre los cambios estructurales podemos mencionar en
primer lugar la sanción de la ley de convertibilidad. Esta ley no sólo fijó
el tipo de cambio sino también acotó los márgenes de política económica y redujo
de manera importante la cantidad de herramientas para llevar a cabo políticas
activas. La fijación del tipo
de cambio a las fluctuaciones del dólar conjugada con el desempeño estadounidense
de crecimiento del producto y de aumento de precios en los mercados de factores
de la producción, generó a lo largo de la década una progresiva apreciación
del peso, en detrimento del sector exportador argentino, encareciendo el precio
de sus
productos o bien recortando sus márgenes de rentabilidad.
La adopción de criterios que siguen en sus lineamientos generales al consenso
de Washington, tales como la liberalización de la economía (mercado interno,
flujos de bienes y de capitales, defensa de la competencia) dieron lugar a un
sistema económico con un mayor grado de apertura. Efectivamente, mientras el
valor de las exportaciones totales aumentó en un 88,7% durante la década (esta
suba es del 114% si se mide hasta antes de la crisis en el Brasil), el de las
importaciones
experimentó una suba del orden del 526%.
Otro suceso de fundamental importancia ha sido la concreción del MERCOSUR. La
puesta en funcionamiento de la zona común arancelaria ha provocado cambios que
no pueden ser acotados sólo al comercio exterior. Además del presumible crecimiento
del comercio intrazona, han tenido lugar fenómenos tales como la ampliación
del mercado interno (percibido por el sector productivo como un mercado único
a efectos de la comercialización) y la aparición de estrategias de complementación
productiva que han influido en la estructura productiva argentina.
Los factores mencionados tienen un peso importante en el patrón de especialización,
en el ingreso de capitales y en su configuración dentro de la economía argentina.
Los regímenes especiales de exportación (especialmente el régimen automotriz)
y la instrumentación de reintegros a las mismas tuvieron un impacto importante
en el desempeño exportador argentino, impacto restringido sólo en los sectores
alcanzados por tales incentivos.
Por último, las privatizaciones llevadas a cabo en la década pasada, especialmente
las sucedidas en el sector energético, han tenido fuerte impacto sobre la composición
de las exportaciones y, en particular, sobre el dinamismo exhibido por el rubro
de combustibles y energía.
En cuanto a los impactos coyunturales, podemos mencionar centralmente la mayor
exposición de la economía argentina al contagio frente a los shocks externos
(Tequila, Sudeste Asiático, Vodka, Caipirinha) y a los cambios en el humor de
los inversores y de las grandes administradoras de capital.
Durante el decenio transcurrido entre 1990 y 1999, el comercio exterior argentino
sufrió una transformación sin comparación. Si nos guiamos por los montos totales
exportados, podríamos hablar con propiedad del “milagro exportador argentino”,
aunque varias salvedades hacen que, a nuestro entender, la expresión "milagro"
resulte inadecuada.
En términos generales, el aumento del monto total exportado fue del 88,7%,
a un ritmo anual de 7,3%. Este aumento se produjo exclusivamente debido
a un incremento más que proporcional en la cantidad exportada. De hecho, la
cantidad real exportada durante el período aumentó un 106,84% (con un aumento
máximo hasta
el año 1998 del 108,3%) al mismo tiempo que el índice de precios general de
las exportaciones muestra un comportamiento errático a lo largo del decenio;
con un continuo crecimiento hasta el año 1996 y, desde ese momento, una baja
de mayor proporción, de forma tal que la variación a lo largo de todo el período
resulta negativa (-8,71%).
De todos modos, en la órbita del comercio exterior, el comportamiento más destacado
corresponde a las importaciones, mucho más dinámicas que las exportaciones.
El valor de las importaciones totales de bienes y servicios durante la década
del 90 aumentó el 526,34% y, de igual manera que las exportaciones, dado
un comportamiento bastante errático de los precios (desde 1990 hasta 1999 cayeron
un 15%) el aumento del monto importado se debe a un aumento más que proporcional
de las cantidades reales importadas, que variaron a un ritmo del 23% anualizado
aproximadamente (una variación real en el período considerado del 639%).
A partir del año 1989 se puede diferenciar el comportamiento de los sectores
en función del cambio de su participación en las exportaciones totales, pudiendo
agruparlos
en tres categorías distintas, según que aumenten, mantengan o disminuyan su
grado de participación en las exportaciones totales.
A lo largo de la década del 90 sólo el gran sector Combustibles y Energía
aumentó significativamente su participación en el total de las exportaciones
argentinas. De una participación del 3% en 1989 pasó a representar el 15,84%
de las exportaciones reales en 1999, mientras que el monto total exportado por
el sector creció de 296,3 millones de dólares en 1989 a 2.970,2 millones en
1999, un aumento del 902% en los diez años, aproximadamente un 26% de aumento
anualizado.
Los sectores que no variaron su participación en las exportaciones argentinas
(es decir, que crecieron a similar ritmo que las exportaciones totales) han
sido los sectores exportadores de Bienes Primarios y de Manufacturas de Origen
Industrial. En cuanto a los Bienes Primarios, cuyas exportaciones se
encontraban en descenso hacia 1989 (tanto el monto total exportado por el sector
como la participación en las exportaciones totales), comienzan a crecer, con
altibajos,
al mismo ritmo que las exportaciones totales, manteniendo una participación
promedio del 25% de las exportaciones totales. En efecto, en el período comprendido
entre los años 1989 y 1999 el monto exportado por el gran sector de Bienes Primarios
aumentó un 152% (el aumento del monto de exportaciones totales en el mismo
período fue del 143%, mientras que los precios de los Bienes Primarios aumentaron
un 3,1%).
El otro gran sector que no varió significativamente su participación en las
exportaciones totales ha sido el sector exportador de Manufacturas de Origen
Industrial. Si bien entre
1989 y 1999 el monto total exportado de dichas manufacturas aumentó un 116%
(equivalente a un 8% de crecimiento anualizado), este aumento
fue inferior al aumento de las exportaciones totales en el mismo período y también
fue menor al aumento experimentado por las exportaciones de Manufacturas de
Origen Industrial entre los años 1987 y 1989 (aumentando a un ritmo del 37%
anualizado). De hecho, en el año 1989, las exportaciones de Manufacturas de
Origen Industrial como porcentaje del total significaban el 31%, el mismo nivel
alcanzado en los años 1997 y 1998 (antes de la crisis cambiaria brasileña) y
ligeramente inferior al nivel de 1999,
año en el cual la participación fue del orden de 28%.
A lo largo de la década, en la participación de las exportaciones industriales
como porcentaje de las exportaciones totales se pueden diferenciar claramente
tres fases:
1. una fase de contracción que abarca los años 1990, 1991 y 1992, año en el
cual las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial representan sólo
el 22% del total de exportaciones, siendo el mínimo absoluto para este tipo
de exportaciones en el período 1986-1999;
2. una segunda fase de aumento de la participación de Manufacturas de Origen
Industrial en las exportaciones totales, que va desde el año 1993 hasta el año
1998, alcanzando niveles similares a los existentes en el año 1989, y
3. una tercera fase a partir del año 1999 de caída de la participación de bienes
industriales en las exportaciones totales, explicada satis- factoriamente a
partir del efecto conjunto del aumento que se verificó en estos años del comercio
de este tipo de bienes con el Brasil y de la devaluación del real a principios
del año.
Al estudiar la evolución de la composición de las exportaciones de Manufacturas
de Origen Industrial deflacionadas por su índice de precios, podemos distinguir
dos tendencias inequívocas. Por un lado, las exportaciones vinculadas con el
régimen automotriz presentan una participación creciente, llegando a representar
en 1998 el 54%
de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial. Por otro lado, más
allá de las oscilaciones experimentadas durante el período 1989-1999, el
desempeño del sector Manufacturas de Origen Industrial una vez excluido el sector
automotriz es claramente menos dinámico que el desempeño de las exportaciones
totales, 74% (equivalente a un 5,7% anualizado) contra 144% respec- tivamente,
perdiendo este sector peso relativo en el total de las exportaciones
argentinas y resultando el sector menos dinámico del comercio exterior.
Esto último implica que la aparente conservación de la participación relativa
de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial en las exportaciones
totales se
puede explicar completamente a partir del comportamiento dinámico de las exportaciones
del sector automotriz, al tiempo que el resto de las exportaciones del rubro
presenta una tendencia decreciente como porcentaje de las exportaciones totales.
Finalmente, el único gran sector (hecha la excepción de las Manufacturas
de Origen Industrial sin considerar el sector automotriz) que presenta a
lo largo del
período una significativa pérdida de participación en el total de las exportaciones
argentinas es el sector exportador de Manufacturas de Origen Agropecuario. Durante
el decenio 1989-1999 las exportaciones del sector aumentaron un 105% (a un ritmo
de 7,5% anualizado) al tiempo que los precios de
las Manufacturas de Origen Agropecuario aumentaron, en el mismo período, un
17%. De esta manera, la participación real de las exportaciones de Manufacturas
de
Origen Agropecuario en el total de exportaciones cayó del 45% correspondiente
al año 1989 hasta un 34% en 1999.
De la situación descripta se deducen dos conclusiones principales:
m
Se verifica un proceso de creciente primarización en las exportaciones argentinas.
Este proceso se da más allá del aumento de las exportaciones e incluso de la
diversificación que se ha verificado en cuanto a los productos de exportación.
Esta conducta agregada es esperable en un contexto de apertura comercial con
tipo
de cambio sobrevaluado y ausencia de políticas industriales y/o comerciales.
Estos factores influyen sobre la distribución de recursos generando incentivos
conducentes
al aprovechamiento de las ventajas comparativas, generalmente de origen natural
y de baja (en el mejor de los casos) intensidad laboral.
m
Se observa también el impacto que han tenido las políticas sectoriales aplicadas
tanto en el sector automotriz como en el sector petrolero y energético, a la
luz de los resultados cosechados en cuanto a las ventas externas.
(1) Extracto del trabajo del Centro de Estudios para el Desarrollo, Documento de Trabajo N° 7; Buenos Aires, agosto de 2000.