Moneda y Finanzas

Situación

l Ante las presiones de los mercados y la incertidumbre acerca del cumplimiento de los pagos vinculados con la deuda externa, a principios de noviembre aumentaron abruptamente tanto el riesgo-país -medido en términos de caída de los precios de los títulos públicos- como las tasas de interés.

l Esto llevó al anuncio de una serie de medidas que permita acceder a un apoyo local e internacional, denominado ahora “blindaje financiero”.


Fuerte suba de la tasa de riesgo-país

El creciente nivel de la deuda pública, en un contexto de recesión o estancamiento prolongado y de falta de competitividad de la economía, se ha manifestado, de manera previsible, en el sector financiero.

La percepción de los operadores económicos de que, de prolongarse esta situación, nuestro país corría un riesgo de incumplimiento de los pagos de deuda externa en los próximos meses, redujo sensiblemente el flujo de inversiones financieras hacia la economía local.

Esto se vio claramente reflejado en el derrotero que siguieron las distintas colocaciones de títulos durante las últimas semanas:

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a fines de octubre se colocaron Letras del Tesoro (LETES) por u$s 250 millones, a 91 días de plazo y al 9,47% anual; la operación similar anterior había sido al 7,80%;

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en esos momentos se colocaron series de Bonos del Tesoro (BONTES) con vencimiento en los años 2003 y 2005, por u$s 200 millones cada una; las tasas pagadas fueron de 13,88% y 14,1%, respectivamente;

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hacia fines de octubre, el riesgo-país -medido en términos de sobretasa respecto a la que devenga un bono similar estadounidense- se ubicaba en 8,5 puntos porcentuales anuales;

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en ese marco, las autoridades colocaron en forma directa -sin licitación- en el mercado local un bono-pagaré por u$s 1.200 millones, a 13% de interés anual y a dos años de plazo;

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en la primera semana de noviembre -luego de una ardua negociación con las entidades financieras locales-, se procedió a una nueva licitación de LETES a 91, 182 y 364 días de plazo, por un total de u$s 1.100 millones, y a tasas del 13%, 14,5% y 16%, respectivamente.

De esta forma, el nivel de riesgo-país llegó a ubicarse en casi 10 puntos porcentuales anuales.


Suba de las tasas y medidas del BCRA

En sintonía con lo que ocurría en las diversas colocaciones de títulos públicos, las tasas de interés que se registraban en el mercado financiero local alcanzaban los máximos niveles en mucho tiempo.

Las tasas de plazo fijo superaban el 9% en dólares y el 11% en pesos, en tanto que la tasa representativa del mercado interbancario (“call money”) llegaba a ubicarse por encima de los 20 puntos en los momentos más turbulentos.

Con posterioridad al estallido de la crisis y con el objetivo de aumentar la liquidez disponible del sistema financiero, el Banco Central dispuso dos medidas:

l reducir a la mitad los encajes sobre los depósitos a la vista de los Fondos Comunes de Inversión, con lo cual la indisponibilidad de las imposiciones en cuentas corrientes y cajas de ahorro desciende al 50%;
l autorizar a las entidades financieras a modificar el plazo para el cálculo y el cumplimiento de los requisitos mínimos de liquidez; en lugar de mensual, el período será trimestral -noviembre/enero-, lo que permitirá mayor libertad de acción a los bancos para el manejo de su posición de liquidez.

Intervención del FMI y otros organismos


Con el fin de despejar la incertidumbre que se ha instalado en el mercado financiero internacional, en lo referente a la capacidad de nuestra economía para hacer frente a los compromisos de deuda durante el año 2001, las autoridades negociaron un apoyo financiero extraordinario.

Dicho apoyo consiste fundamentalmente en fondos aportados por una serie de organismos financieros internacionales y entidades locales.

La base es aportada por el Fondo Monetario Internacional -a través de un programa de “Facilidad de reserva suplementaria”-, el Banco Mundial y el BID.

La mecánica para el apoyo sería similar a la de un préstamo contingente o “stand by”, con una serie de requisitos, que serían básicamente los siguientes:

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el cumplimiento de las medidas anunciadas por el Gobierno, especialmente en lo referido al sistema previsional y al acuerdo con las provincias para congelar el gasto primario (antes del pago de intereses);

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comprometer el aporte de bancos locales, a los que se agregarían las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones;

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la participación de otros organismos internacionales, así como de EE.UU. y algunos países europeos.


Perspectivas

l En el actual contexto, alejar en el corto plazo el peligro de la cesación de pagos dependerá principalmente del acuerdo económico y político al que se arribe con las provincias.

l En el mediano plazo, puede preverse una muy difícil posibilidad de obtener el nivel de “grado de inversión” para nuestra economía dentro de la actual gestión gubernamental.