Sector Agropecuario
Situación
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En un marco en que el rumbo de la economía está marcado por la necesidad de
dar tranquilidad a los mercados financieros, en el mes de octubre se han adoptado
algunas medidas de carácter global que tienen incidencia sobre el sector agropecuario.
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En cambio, no ha habido respuesta directa alguna a la medida de fuerza tomada
por tres de las entidades del sector, consistente en una semana de paro tranqueras
afuera.
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Tampoco las medidas adoptadas y anunciadas por el Presidente el 10 de noviembre
muestran evidencias a priori de incidir sobre el sector, ya que contienen a
las anunciadas con anterioridad. Sin embargo, los cambios en el déficit fiscal
estimado para el año 2000, implicarán modificaciones en la Ley de Presupuesto
aprobada días antes de los anuncios, que podrían tener alguna incidencia no
explicitada.
Alzas
en los precios minoristas y mayoristas.
Con el objeto
explícito de lograr la reactivación de la economía a través de un mayor nivel
de inversiones se anunciaron, en el mes de octubre, una serie de medidas, dos
de las cuales – la relacionada con el descenso gradual del impuesto a los
intereses y de la renta presunta –tendrían repercusión sobre la actividad
agropecuaria. Así lo entendió el titular de la cartera de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación, quien sostiene que la prevista rebaja al impuesto a los
intereses en 5 puntos en una primera etapa y de 2 puntos más a partir de julio
próximo, contenida en el proyecto de presupuesto (ahora en revisión) -al que
se une la posibilidad de ser aplicado contra ganancia mínima presunta-, así
como la práctica desaparición de esta última imposición para la mayor parte
de los productores, según su interpretación (la del Secretario) del mínimo no
imponible, de $ 400.000, con campos fraccionables en partidas, satisfacería
los dos reclamos básicos del sector, al menos de la parte representada por la
SRA.
No lo vieron así los productores que a través de distintas expresiones trazaron
un cuadro de situación muy demandante de medidas adicionales. Las entidades
entienden que en el marco de precios deprimidos -ubicados en bajos niveles por
la gran oferta de granos que la vigencia de subsidios impide corregir-; de la
presencia en el mercado internacional de competidores que pueden utilizar instrumentos
como la devaluación para recuperar competitividad, como Brasil en enero de 1999
pero también como Nueva Zelanda y Australia; de tasas de interés internas incompatibles
con prácticamente cualquier actividad económica, y de la continua devaluación
del euro encareciendo nuestras exportaciones hacia ese destino, las medidas
mencionadas son insuficientes.
Ante este cuadro, el máximo dirigente de CONINAGRO se atrevió a mencionar los
reintegros como mecanismo capaz de devolver la rentabilidad perdida.
El conjunto de adversidades es tan complejo y las posibilidades de respuesta
a la altura de la sugerencia de CONINAGRO tan remotas, que es tal vez el momento,
para los que subsistan en la actividad agropecuaria día a día más concentrada,
de imaginar usos alternativos a los "commodities", es- pecialidad principal
del campo argentino. En este sentido cabe tener en cuenta que nada menos que
el USDA anunció un programa para apoyar el desarrollo de los biocombustibles,
promoviendo el uso de energía renovable, beneficiando al medio ambiente y reduciendo
la dependencia del petróleo. Los granos a ser estudiados en el mencionado programa
son el maíz y la soja.
La potencial producción de bíodiesel que multiplicando su poder lubricante,
elimina la producción de azufre, combinaría muy bien con la tecnología de siembra
directa -en franca expansión en la Argentina-, ya que su empleo aumenta la materia
orgánica de los suelos, quitando CO2 del aire.
El primer
mundo y sus paradojas
No
sólo la de plantear la libertad de comercio mientras aplican subsidios crecientes
a su producción agropecuaria y realizan un despliegue de imaginación para abarcar
un abanico de funciones por las cuales tales subsidios se justifican, es la
paradoja de los países desarrollados, particularmente los europeos. También
se trata del enfoque del principio precautorio, a través del cual pretenden
trabar el ingreso de una cantidad de insumos y productos agropecuarios entre
los que se encuentran los organismos genéticamente modificados. En efecto,
mientras aplican una fuerte resistencia a su ingreso y pretenden imponer etiquetados
que discriminen productos cuya inocuidad para la salud humana y el medio ambiente
hasta el presente no ha sido desmentida por evento alguno, es recién ahora a
fines del 2000 que Francia prohibió el uso de las proteínas animales -principales
responsables de la enfermedad de la vaca loca-, a pesar de que ya en 1995 se
había detectado que era ésa la causa de dicho mal.
El gasoil agropecuario
A pesar de las quejas iniciales de los productores en
torno a la calidad del gasoil agropecuario por su elevado contenido de azufre,
la aplicación del mismo ha sido masiva, absorbiendo la totalidad de la oferta,
escasa por cierto y representada sólo por la empresa Repsol que ha colocado
un promedio de un millón de litros diarios. Hoy la queja de los productores
es precisamente la escasez del producto, a la que se ha agregado, a principios
del mes de noviembre, un incremento de los precios, al haber pasado de $ 0,399
por litro a 0,439 a nivel minorista y de $ 0,36 a 0,412 para compras mayoristas.
Perspectivas
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La ganadería
ha logrado ir remontando el problema de la aftosa, registrándose pautas como
la actitud de Nueva Zelanda que levantó las restriccciones al ingreso de carne
vacuna argentina. Además, los ministros del área de Brasil y de Uruguay propusieron
la creación de un programa regional para prevención de la propagación de la
fiebre aftosa en el Mercosur.
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Buenas perspectivas se presentan para el trigo de la cosecha 2000/01 como resultado
de un muy ajustado balance de oferta y demanda, debido a una caída en la disponibilidad
de saldos exportables en Estados Unidos, Canadá y Australia. Algo similar sucede
con el maíz, cuyo panorama cambió favorablemente.
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Sin embargo, estas perspectivas se ven relativizadas por las condiciones climáticas
que, con exceso de lluvias, han provocado inundaciones en las zonas vulnerables.