Sector Agropecuario

Situación


Ataque de pánico

Poco menos que eso es, según las encuestas y los volúmenes de ventas, lo que está sufriendo la población europea a partir del recrudecimiento de la encefalopatía espongiforme bovina (BSE), conocida como enfermedad de la "vaca loca", y de su aparición en países en los que hasta ahora no se habían presentado casos.

La enfermedad, surgida en Inglaterra en la década de los 80 parece ser consecuencia de la alimentación del ganado con los desechos pro- cesados de huesos y vísceras de ganado vacuno, práctica ampliamente utilizada en la Comunidad Europea, no sólo para alimentación del propio ganado, sino también como producto de exportación. Es este último factor el que habría conducido a la aparición del mal en países como España, Alemania e Italia. Hay muchos as- pectos de la propagación del mal y de sus agentes transmisores que per- manecen desconocidos. A ello se agrega la inexistencia total de tratamientos posibles ante su emergencia, la transmisión a los humanos y su carácter mortal, generando una verdadera reacción de pánico en la población europea parte de la cual, según encuestas, ha suprimido totalmente la carne vacuna de su dieta o ha disminuido drásticamente su participación.

Este hecho tiene y hubiera podido tener distintas consecuencias sobre la ganadería argentina. Entre las que hubiera podido tener y no tiene se destaca la de un mayor conocimiento acerca de la calidad de la carne argentina, alimentada exclusivamente a pasto y libre totalmente de la enfermedad y, por ende una mayor preferencia por su consumo actual y un excelente posicionamiento en el mercado para cuando lo peor de la crisis de consumo hubiera pasado. Ello es consecuencia de la falta de la sanción a la Ley de Promoción de Carnes, proyecto que existe hace más de cuatro años y que aún no ha podido ser puesto en ejecución por una intrascendente lucha, -- si se la compara con los perjuicios--, acerca del manejo de los fondos.

En las actuales circunstancias, es decir sin la existencia del Instituto de Promoción de Carnes cuya ley se halla nuevamente en el Congreso para su inminente tratamiento, fueron apenas $ 300.000 los que la SAGPyA pudo aportar para la difusión de la calidad y sanidad de nuestras carnes. Con ese exiguo monto, sólo se pudieron organizar algunas degustaciones en distintas embajadas, con alcances casi nulos.

Entre las consecuencias que es factible que se verifiquen, puede citarse un sensible incremento de la demanda de soja, dado que los sustitutos naturales de las harinas de origen animal son los granos, especialmente los oleaginosos y, entre ellos la soja, por su elevado contenido proteico. Su mayor utilización como harina para integrar alimentos balanceados podría compensar la caída sufrida por el precio de los aceites vegetales en el mercado internacional, debido principalmente a una gran producción de aceite de palma pero también de soja, cuyos stocks no parecen sufrir disminuciones, según los informes dados a conocer por el USDA.

Pero lo que debe evitarse es la necedad de desconocer que la crisis de la "vaca loca" o BSE afecta y afectará también el consumo de carne argentina. De hecho, el precio de la cuota Hilton cayó a la mitad, aún cuando en los últimos días se recuperó significativamente a raíz del incremento de la demanda alemana, cuyos stocks de animales sanitariamente confiables parecen haber caído excesivamente. La caída de nuestras exportaciones se produce no obstante las medidas que en este terreno sí se adoptaron oportunamente, desde el momento en el que la enfermedad se declaró. Cabe destacar que el comité científico permanente de la UE catalogó a la Argentina entre los cinco países del mundo con menor riesgo de contraer la enfermedad.Además fue excluída de la centena de países que la FAO acaba de citar como susceptibles de contraer la enfermedad.

Factibilidad de usos alternativos de los granos

El exceso de aceites que prevalece en los mercados, que se vería profundizado por la eventual mayor demanda de harina de soja, cuya producción implica la automática producción de más aceite, presiona los precios a la baja. Los actuales precios permiten suponer que la factibilidad técnica de producir combustible a partir de granos oleaginosos puede constituir también factibilidad económica. En esta línea han surgido del sector privado varias iniciativas dispuestas a emprender la fabricación de biodiesel. Para ello reclaman el compromiso de las autoridades, en este caso la Secretaría de Energía, de que no serían gravados con el ITC y cualquier otro impuesto que pueda gravar a los combustibles, ya que sólo bajo condiciones de exención dichos proyectos serían financieramente factibles. En este terreno han obtenido una respuesta satisfactoria a sus demandas.

Sin embargo, sería conveniente realizar estudios económicos de estos proyectos con rigurosos análisis de sensibilidad, que estimen simultáneamente los efectos de una importante caída de los precios del petróleo -causante fundamental de la elevación del precio del gasoil- y de un incremento del precio de los aceites. En otras palabras, emplear en el análisis precios de insumos y productos más cercanos a sus promedios históricos.


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