Moneda y Finanzas
Situación
Para hacer frente a esta situación se ha avanzado en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y en una operación de canje voluntario de la deuda pública.
Clima financiero crítico
Un clima de desconfianza prevalece en el mercado financiero, en el que no están ausentes las presiones externas e internas.
En el fondo lo que se discute es no sólo la voluntad, sino la capacidad de nuestra economía para hacer frente a los vencimientos de deuda a corto plazo y más allá.
Esta situación se pone de relieve a través del comportamiento de algunas variables clave. Una de ellas es el indicador de riesgo-país, que alcanzó en lo peor de la crisis -la última semana de abril- casi el 13%, entendido como sobretasa que debería pagar el país con respecto a la que paga un bono estadounidense de similares características.
El bono a tasa flotante (FRB), tomado como uno de los más representativos de los títulos de deuda y emitido en el marco del Plan Brady, veía caer su cotización a u$s 75 para luego recuperarse lentamente.
En cuanto a las tasas de interés, la interbancaria (call money) ascendía a 20% en dólares, para caer a 6% poco después.
Colocación de títulos en el mercado local
Entre los factores de carácter coyuntural esgrimidos como argumentos para explicar la caída de las cotizaciones de los bonos públicos, estaba la disputa entre la autoridad económica y el Banco Central, que culminó con el cambio del titular del ente monetario.
Además, la abultada colocación de títulos en el mercado local, ante la virtual imposibilidad de hacerlo en el internacional, obligaba a los inversores institucionales a deshacer posiciones en algunos papeles para poder adquirir las nuevas emisiones.
En este contexto de escasez de fondos y altas tasas de interés, las autoridades decidieron suspender las licitaciones de Letras del Tesoro (LETES) y de Bonos del Tesoro (BONTES), por unos u$s 700 millones, correspondientes al último tramo de abril.
En la primera semana de mayo volvieron a colocarse LETES por
u$s 350 millones a 90 días de plazo. La tasa de interés en este
caso fue de 12,44%. Cabe recordar que en la última operación
similar, un mes antes, el costo había sido de 10,35%.
Canje de deuda pública
Ante la situación planteada, generada por la falta de confianza y de certidumbre, que se traduce en altas tasas de interés y bajas cotizaciones de títulos públicos y acciones, las autoridades avanzaron en dos delicadas operaciones.
Por un lado, se anunció un nuevo acuerdo con el FondoMonetario Internacional, el cual implica -para cumplir con la carta de intención- un fuerte ajuste fiscal y un elevado crecimiento económico durante la segunda mitad del año.
Como resultado de este acuerdo, se podría disponer durante
mayo de un tramo por u$s 1.260 millones correspondientes a una parte de lo comprometido
por ese organismo en el marco del llamado blindaje financiero. Además,
sirve para destrabar aportes del BID y del Banco Mundial, por unos u$s 1.320
millones.
Paralelamente, las autoridades han avanzado en la negociación de un
nuevo canje de deuda. La operación consiste en cambiar títulos
que vencen en los próximos cinco años por otros a largo plazo
y con una rentabilidad mayor.
Una de las cartacterísticas básicas de este canje es que es voluntario y serviría para descongestionar en parte los casi u$s 80.000 millones de deuda que vencen en el próximo quinquenio. El monto agregado de la operación aún es una incógnita, dado que las autoridades pretenderían acercarse a los u$s 20.000 millones, lo que la transformaría en la más abultada de las realizadas hasta el momento en los mercados emergentes.
Un punto de importancia para llevar adelante el canje con moderadas tasas de interés, es la obtención de una garantía adicional por parte de los tenedores de los nuevos títulos.
En este sentido, no se ha podido avanzar en conseguir
un respaldo por parte del FMI o del Banco Mundial, por lo cual las autoridades
se encuentran negociando -a pesar de fuertes críticas- una ley de
crédito público que permitiría asegurar el pago de
la deuda externa con la recaudación tributaria, rebajando a un segundo
escalón de prioridad la atención de las obligaciones salariales,
previsionales y con proveedores.
Perspectivas
El alivio que implicaría para las finanzas públicas descomprimir los vencimientos de corto y mediano plazo permitiría un descenso de los elevados niveles de riesgo-país y de tasa de interés.