Informe Económico de Coyuntura

Nº 217 - Marzo 2002 - AÑO 20

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

El abandono del régimen de convertibilidad, la devaluación del peso y las medidas tendientes a la pesificación de las deudas al viejo tipo de cambio en el que un peso equivalía a un dólar, medidas en su mayor parte vigentes a partir del 11 de febrero, aunadas a la reapertura del mercado europeo a las carnes argentinas, configuran el mejor de los escenarios para el sector agropecuario. 
Cabe señalar, sin embargo, que desde el 20 de diciembre la comercialización de granos y en particular del trigo, que se halla en pleno período de cosecha, fue prácticamente nula.

Sin definiciones, el mercado de granos se paralizó

Desde la renuncia del Poder Ejecutivo, el 20 de diciembre de 2001, hasta el 11 de febrero de 2002, día en que se inicia la operatoria del mercado libre cambiario la comercialización de granos se vio inmersa en un cuadro de incertidumbre y de medidas contradictorias, referentes básicamente a cuatro factores, a saber:

Nivel del tipo de cambio nominal y características del mercado cambiario al que se liquidarían las divisas, hecho determinante de los precios al productor.
Nivel del tipo de cambio real que resultaría según se aplicaran o no retenciones a las exportaciones, siguiera teniendo vigencia el factor de convergencia, se mantuvieran los reintegros a la exportación de algunos bienes con valor agregado, etc.
Cronograma y tipo de cambio a emplear para la devolución del IVA a las exportaciones.
Modificaciones al IVA granario.

Este cuadro de incertidumbre acerca de aspectos impositivos, cambiarios y financieros impidieron la formación de precios capaces de satisfacer a ambas partes de la transacción, por lo que la comercialización de granos sólo registró muy escasas operaciones durante el mes de enero.

Medidas y acuerdos muy favorables

Conocedores de la necesidad del ingreso de divisas y de contención del tipo de cambio en el momento de su liberación, exportadores y productores obtuvieron ventajosas condiciones en la negociación con las autoridades. El campo se encontró ante las siguientes medidas:

Unificación del tipo de cambio con un grado de intervención del Banco Central que a la fecha se desconoce.
Pesificación a una tasa de un peso igual a un dólar de la totalidad de las deudas del sector.
Reducción del IVA granario del 21 al 10,5 %, con igual reducción para la compra de insumos agropecuarios.
Eliminación del impuesto a los intereses.
Acuerdo de devolución de la deuda por IVA y por factor de empalme a los exportadores, por un monto de u$s 590 millones y u$s 100 millones respectivamente, en 19 cuotas mensuales a partir del mes de marzo, al tipo de cambio que se registre en el momento del pago de cada cuota.

Efectos esperados

Por la primera de estas medidas el sector productor obtendrá mayores ingresos que si el tipo de cambio hubiera quedado fijado en $ 1,40 por dólar, como hubiera sido en el caso de la vigencia de dos tipos de cambio, ya que ese era el nivel inicialmente estipulado para el dólar comercial al que se liquidarían las exportaciones.

La pesificación de la deuda del sector implica un alivio extraordinario, habida cuenta del elevado nivel de endeudamiento del mismo, tanto con el sistema bancario como con el comercial. Cabe destacar que las deudas pendientes con el sector bancario contarían con la ventaja adicional de que podrían ser canceladas con títulos públicos, cuya cotización equivale a aproximadamente el 30 % de su valor nominal.

En relación a la deuda comercial la licuación que implicaría igual tratamiento que la deuda bancaria sería de alrededor de 1000 millones de dólares, según estimaciones de la Asociación de Cámaras de Tecnología. De hecho, existe un consenso bastante generalizado en torno a la necesidad de negociar alguna forma de reconocimiento más justa. Así lo entienden tanto la SRA como AACREA. La propuesta más difundida consiste en “cerealizar” o “granificar” las deudas, es decir convenir en que las mismas se paguen a valor cereal.

La reducción del IVA a los granos busca disminuir la evasión impositiva a la que induce un nivel tan alto de tasa como el ahora modificado. Esta expectativa se fundamenta en los logros obtenidos cuando se estableció la reducción del IVA ganadero. Por su parte, la reducción del IVA a la compra de insumos eliminó las resistencias del sector, ante la posibilidad de acumular saldos acreedores en la AFIP de difícil recupero.

La última de las medidas mencionadas permitirá, a nivel sectorial, la reanudación de la comercialización interna de productos agrícolas y el envío de los mismos a los mercados correspondientes, evitando la sustitución de los productos argentinos por otros provenientes de competidores que, inclusive, acuden a prácticas desleales como son los subsidios. El sector exportador se comprometió, por su parte, a liquidar ante el Banco Central las divisas que ingresen, estimadas en unos 1.000 millones de dólares, entre febrero y marzo, a cambio del mencionado compromiso de liquidación de los montos del IVA y del factor de convergencia adeudados.

PERSPECTIVAS

Una única sombra se cierne sobre el favorable panorama del sector agropecuario en lo que hace a su rentabilidad: la posibilidad de la aplicación de retenciones a la exportación. La concreción de esa medida dependerá del grado en que ese recurso resulte imprescindible para la consecución de distintos fines, simultáneos o alternativos: mantener en niveles aceptables la tasa de inflación, contribuir a cerrar la brecha fiscal, transferir recursos a otros sectores productivos.
La noticia de la reapertura del mercado europeo de carnes tendrá como consecuencia inmediata la elevación del precio del ganado que, de hecho, sufrió durante el mes de enero un incremento del 28 %, tomando como referencia el precio del novillo en el Mercado de Liniers.
La sanción de la Ley 25.507 que crea el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina contribuirá, seguramente, a través del fomento del consumo de carnes argentinas, a que la exportación recobre protagonismo en la composición de la demanda.

Gráficos

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