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El
índice de precios al consumidor de febrero aumentó 3,1% respecto del
mes anterior y de este modo, acumuló 5,5% en el bimestre. En comparación con igual mes
de 2001, el indicador minorista subió 4,0%.
En el análisis por rubros se verifica que los principales incrementos se concentraron en
equipamiento del hogar (7,4%), bienes y servicios varios (6,6%), esparcimiento (4,0%) y
alimentos y bebidas (4,0%). La mayor incidencia en la variación mensual correspondió al
rubro de alimentos y bebidas con 1,22%; le siguen equipamiento del hogar con 0,48%,
esparcimiento con 0,36% y gastos de salud con 0,31%.
En el rubro de alimentos y bebidas, las mayores alzas se dieron en aceite
mezcla (32,5%), harina de trigo (31,6%), aceite de maíz (20,7%), mayonesa (17,1%),
arvejas en conserva (16,3%) y tomates en conserva (10,5%), en tanto que las bajas de
precios se localizaron en frutas y verduras.
Desde el ángulo de la canasta familiar, los principales aumentos se originaron en aceites
y grasas (26,8%), artículos para mantenimiento del hogar (18,8%), productos de limpieza
(16%), artículos de tocador (15%), textiles para el hogar (14,1%) y artefactos para el
hogar (10,6%).
Si bien será el guarismo de marzo el que podría dejar establecida una tendencia, al
presente la repercusión inflacionaria del bimestre, derivada de la fuerte devaluación, no
parece demasiado alta. Sin embargo, esta circunstancia podría modificarse por una
serie de factores tales como el efecto del aumento de precios de los
combustibles, los resultados de las negociaciones con las prestadoras de servicios
públicos, el traslado postergado de nuevos costos de reposición y el efecto arrastre.
El índice de precios al por mayor (IPIM) de febrero presentó un elevado
incremento de 11,0% con relación al mes precedente, con lo cual acumuló 18,5% en el
bimestre, mientras que en los últimos doce meses tuvo un incremento de 12,1%.
En el examen por capítulos se observa que los precios de los productos nacionales
aumentaron 9,1%, con alzas en productos pesqueros (20,5%), caucho y plástico (18,1%),
textiles (18%) y máquinas y aparatos eléctricos (17,8%). Pero el alza del indicador
estuvo originada en gran parte por el fuerte aumento de 36,1% en los precios de los
productos importados, tales como máquinas y aparatos eléctricos (69,9%), papel y
derivados (43,9%) y productos minerales no metálicos (43,5%).
El índice del costo de la construcción registró un aumento de 5,5%
respecto del mes anterior, mientras que en los últimos doce meses acumuló un incremento
de 7,9%. En el análisis detallado se observa la fuerte influencia del rubro de
materiales, que presentó un alza de 11,4%. |
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Un informe del Gobierno revela que en enero
las empresas privadas redujeron sus dotaciones en las principales ciudades del país en
unas 30.000 personas, superando el récord anterior de 25.000 en
diciembre de 2001. Las mayores caídas se produjeron en las zonas industriales, como en
Córdoba y en Ciudad de Buenos Aires y conurbano, donde la ocupación laboral registra una
reducción de once y diez meses consecutivos, respectivamente.
El cuadro se agrava si se añade que las expectativas empresariales no
contemplan nuevas contrataciones y que el único sector que tomó más personal fue el
frigorífico, estimulado por el levantamiento de la veda de la aftosa y la mejora de
precios por la devaluación.
Cabe observar que si dichas cifras se extrapolan para todo el país, la pérdida de
empleos en enero se elevaría a unos 50.000 en total. Esta estimación es congruente con
la fuerte caída de la producción industrial (18%), el aumento de pedidos de las empresas
por los procedimientos de crisis, el incremento de solicitudes de seguro de desempleo y la
estimación del titular de Economía acerca de que el desempleo estaría próximo
al 22%, casi cuatro puntos por encima de la última medición de octubre de 2001.
Asimismo, se conoció de parte del Presidente el anuncio de un plan de subsidios
a instrumentarse a partir de mayo, que abarcaría a 1.200.000 jefes y jefas de hogar
desocupados con hijos menores de 18 años y que en una segunda etapa alcanzaría a dos
millones de personas.
Las condiciones de acceso serían que los beneficiarios estén enviando sus hijos a la
escuela y los hayan vacunado y en el término de seis meses estén cumpliendo una tarea
comunitaria o bien un trabajo en el sector privado con un salario parcialmente cubierto
por el Estado. |