Informe Económico de Coyuntura

Nº 219 - Mayo 2002 - AÑO 20

 MONEDA Y FINANZAS

SITUACION

El endurecimiento de la política monetaria, con su correlato en un aumento de las tasas de interés, es el resultado del cambio de estrategia del Banco Central para frenar el alza de la cotización del dólar.
Es preocupante la diferencia de criterio que existe en el equipo económico con respecto a la actitud a asumir frente a las restricciones al retiro de los depósitos bancarios, en momentos en que los ahorristas deben tomar decisiones fundamentales.

Endurecimiento de la política monetaria

El Banco Central dispuso una serie de medidas de carácter monetario, financiero y cambiario, con el objetivo primario de contener la cotización del dólar.

Del análisis de las resoluciones surge claramente un cambio en la estrategia de intervención de la autoridad monetaria en el mercado libre de cambios. El basamento actual de la política del BCRA es retringir la demanda de dólares actuando sobre la liquidez de la economía, tratando así de evitar el drenaje de las reservas de divisas en su poder.

Durante el mes de marzo, la entidad había llegado a vender más de u$s 130 millones diarios sin lograr acabadamente su objetivo.

Algunas de las medidas dispuestas han sido:

endurecer la política monetaria a través de la limitación y el encarecimiento de los redescuentos que otorga a los bancos ante situaciones de iliquidez transitoria; la tasa de interés que cobra por esta ayuda pasa a estar ligada a la tasa que se fije en las licitaciones de Letras del Banco Central (LEBAC), con lo cual aumentó sustancialmente;
castigar el incumplimiento en la integración de los efectivos mínimos por parte de las entidades financieras, con una tasa de interés que duplica la que surge de las licitaciones de letras;
acortar el plazo para la liquidación de divisas provenientes del comercio exterior;
establecer un cronograma para que los bancos entreguen las divisas en su poder que excedan el 5% de su “responsabilidad patrimonial computable”;
extender la lista de bancos y casas de cambio autorizadas a operar con dólares “por cuenta y orden del BCRA”;
diseñar nuevos instrumentos para que los bancos capten depósitos a plazo fijo;
colocar letras (LEBAC) con altas tasas de interés para absorber liquidez de la plaza financiera.

Un instrumento clave: las LEBAC

A mediados de marzo, el Banco Central comenzó a licitar letras, a un promedio de dos intervenciones semanales, con el objetivo de generar una alternativa a la compra de dólares por parte de los tenedores de pesos.

A su vez, la tasa de corte de las licitaciones se ha transformado en un referente obligado del mercado, ya que no sólo es una tasa testigo para el resto de las operaciones, sino que sirve de base para el cálculo tanto de la tasa de redescuento del BCRA, como del castigo de los incumplimientos de las entidades ante la autoridad monetaria.

Las LEBAC están nominadas en pesos, aunque existe la opción de ajustar el capital según la evolución de la cotización de la divisa estadounidense.

La tasa de corte arrancó, a mediados de marzo, con un nivel de 35% anual, ascendiendo bruscamente al 90% hacia fines de mes, para llegar al 60% al comenzar abril.

En cuanto a las letras “dolarizadas”, comenzaron operando con un rendimiento de 4,75%, para alcanzar el casi insostenible nivel de 41% anual a principios de abril.

Cabe destacar que la tasa de interés subió de manera drástica cuando se trataba de capturar fondos que se encontraban fuera del denominado “corralito bancario”.

Al ritmo del movimiento de estos rendimientos de las LEBAC y del encarecimiento de los redescuentos, las tasas de interés de todos los segmentos del mercado comenzaron a aumentar.

Las entidades financieras se vieron en la necesidad de salir a captar liquidez, más allá de la que podía otorgarles el Banco Central; de este modo, la tasa interbancaria (“call money”) registró valores superiores al 90% anual, en tanto que a los ahorristas se les ofrecía más de 60% anual por sus pesos fuera del circuito bancario.

Problemas con el "corralito"

A comienzos de abril, el Banco Central dispuso que a partir de enero del 2003 los bancos podrán devolver los depósitos a plazo fijo que se encuentran reprogramados. Se trataba de una medida opcional para cada entidad y generó profundas controversias dentro del equipo económico.

Finalmente, se habría decidido morigerar los efectos de la disposición a través de su futura reglamentación.

El episodio descripto marca el grado de preocupación que genera la salida permanente de depósitos que erosiona la liquidez del sistema financiero.

El denominado "efecto goteo", que perfora las restricciones al retiro de fondos instauradas en diciembre último, alcanza, en los primeros 100 días del año, los $ 8.500 millones. De este monto, cerca de la mitad corresponde a retiros como consecuencia de amparos judiciales.

Dado que en marzo la salida de dinero de los bancos registró un promedio diario de $ 100 millones, las autoridades avanzan en una serie de medidas tendientes a frenar las mencionadas acciones de amparo.

Además, se decidió posponer, hasta fin de abril, la fecha tope para canjear por BONUS los depósitos reprogramados, sin limitaciones en cuanto al monto.

PERSPECTIVAS

De la solución de los problemas generados en el “corralito” y de la decisión de los ahorristas respecto a la opción por los bonos del Estado, dependerá gran parte del futuro del sistema financiero local.
En el mediano plazo deberá encararse necesariamente un proceso de saneamiento y reestructuración de la banca, que permita un progresivo apoyo a la actividad productiva.

Gráficos

Tablas