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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 223 - Septiembre 2002 - AÑO 21 |
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Negociaciones
con el FMI y sistema financiero |
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En
un escenario de mayor equilibrio del panorama macroeconómico, vista la
ratificación en el incremento de los ingresos tributarios -en agosto crecieron 16,4%
respecto a igual mes del año anterior-, la estabilización de la paridad cambiaria y de
la tasa de inflación y el menor drenaje de depósitos del sistema bancario, las
posibilidades de un acuerdo con el FMI, sin embargo, continúan en un clima de
incertidumbre.
Lo que acontece es que no sólo entran en consideración las cuestiones macroeconómicas,
sino también aspectos que están fuera de la órbita decisional de la conducción
económica y aún del Poder Ejecutivo, como son determinados fallos judiciales
-amparos, restitución del 13% en salarios públicos y jubilaciones y eventual rechazo a
la pesificación- y del Poder Legislativo -prórroga en la aplicación del CER y de las
ejecuciones bancarias, entre otros-. Además, las declaraciones de varios candidatos
presidenciales, en el sentido de un eventual desconocimiento del acuerdo con el FMI,
también generan una desconfianza adicional y permiten al organismo multilateral dilatar
las negociaciones.
De todos modos, el FMI ha decidido prorrogar por un año el vencimiento de u$s 2.700
millones que el Gobierno argentino debía afrontar en el corriente mes de setiembre e
inclusive autorizó al BID a desembolsar un crédito por u$s 200 millones, destinado a
colaborar con el ajuste fiscal y para asistencia social.
En el contexto de estas contradicciones e incertidumbres, el gobierno nacional debe
continuar, de todos modos y a pesar de sus limitaciones políticas e institucionales, con
la decisión de asegurar el cumplimiento del programa fiscal y monetario, por un lado, y con
la recuperación gradual del funcionamiento del sistema financiero, por el otro.
Este último aspecto es vital para apuntalar el incipiente proceso de reactivación
productiva que se observa en los meses más recientes, basado en el mayor dinamismo de los
sectores productores de bienes transables internacionalmente (producción primaria y
algunas actividades industriales).
Con relación al funcionamiento del sistema bancario se ha dispuesto, desde el 1º de
setiembre, la posibilidad de la transferencia electrónica de una cuenta a otra de los
saldos de libre disponibilidad en depósitos a la vista (cuenta corriente y depósitos en
caja de ahorro) y, desde el 1º de octubre, la constitución de depósitos sin las
restricciones que hoy impone el corralito en cuanto a límites en los montos
de extracción y cobro de cheques en efectivo.
Esta última medida, además de ir en la dirección de flexibilizar el
corralito, procura crear condiciones más atractivas para captar los
fondos que están atesorados fuera del sistema financiero, o sea que están en
cajas de seguridad o destinos equivalentes. Según un reciente estudio elaborado por el
INDEC -Posición de Inversión Internacional de la Argentina-, los residentes
locales, al 31.12.01, poseían fondos en esas condiciones por u$s 28.076 millones.
Es obvio que la restitución de esos fondos al sistema financiero -bancos y otras
alternativas de colocación- no sólo depende de la confianza, sino también del
comportamiento esperado de la tasa de interés y del tipo de cambio. Con tasas
altas y estabilidad cambiaria la atracción por recolocar fondos en el sistema se
acrecienta, lo cual es un elemento positivo para una economía que prácticamente
carece de financiación.
Pero, por otro lado, si la tasa de interés exigida por los inversores financieros es
exageradamente elevada, ello conspirará contra el proceso de reactivación productiva,
por una parte y, por la otra, podría derivar en movimientos especulativos que a mediano
plazo -como hay larga tradición en la Argentina-, terminan generando más problemas que
soluciones. |
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Acceso
del país al Sistema Generalizado de Preferencias |
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A principios de agosto, el representante de Comercio de Estados
Unidos comunicó a las autoridades argentinas que facilitará el acceso al Sistema
Generalizado de Preferencias (SGP) en los próximos noventa días, lo cual posibilitará
la exportación de productos a ese país con arancel cero, habilitación
otorgable a países en desarrollo.
En 1997 Estados Unidos había aplicado una sanción comercial a nuestro país, reduciendo
a la mitad la lista de productos incluidos en el SGP, a raíz del conflicto sobre la
legislación de patentes argentina, en la cual se introdujeron modificaciones en abril
último.
En ese entonces, las exportaciones argentinas por dicho régimen preferencial sumaban poco
más de u$s 200 millones anuales, monto que la Cancillería espera ahora ampliar a unos
600 millones. Esto se lograría principalmente por la inclusión de nuevos bienes,
siendo el ingreso al SGP producto por producto.
En el marco del Consejo Bilateral de Comercio e Inversiones Argentina-Estados Unidos, el
Gobierno ha solicitado la aprobación para el SGP de una lista de 142 productos
alimenticios y otros, previéndose ampliar significativamente la misma.
La Cancillería argentina -a cargo de las gestiones del caso- ha indicado que la
incorporación de nuevos productos al SGP es un proceso complejo, que incluye en Estados
Unidos la consulta a varios departamentos o ministerios, así como la apertura a
procedimientos de oposición pública.
Un papel clave en dicho proceso lo tiene la Representación Comercial estadounidense -una
especie de ministerio de comercio exterior-, que está también a cargo de la
instrumentación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA),
existiendo versiones de que el Gobierno argentino se habría comprometido a priorizar su
contribución al avance del ALCA. Que todo el continente esté comercialmente
unido-como expresara el secretario del Tesoro en su reciente visita al país- es una
meta del mayor interés del gobierno estadounidense, que ahora trataría de acelerar los
pasos respectivos, aprovechando la reciente sanción de la ley que dispone la vía
rápida, denominada ahora Autoridad de Promoción Comercial.
Por ésta, se facilita especialmente al Poder Ejecutivo estadounidense la negociación de
acuerdos comerciales, ya que su posterior tratamiento por el Congreso debe consistir en la
respectiva aprobación o rechazo, sin posibilidad de modificaciones parciales sujetas a
presiones sectoriales y de trámite prolongado.
Los países beneficiados por el SGP deben -según información
periodística- colaborar en la guerra contra el terrorismo y contar con una legislación
contra el empleo infantil. Según la Cancillería, el país se compromete a otorgar un
acceso razonable y equitativo para los productos y servicios estadounidenses, una
protección efectiva de los derechos de propiedad intelectual y políticas de inversión
no distorsivas del comercio.
En una primera aprobación por parte del gobierno estadounidense, hacia fines de agosto se
incorporó al SGP una lista de 57 productos, los que podrán ingresar al
mercado del norte sin aranceles a partir de los 15 días de su publicación oficial.
Simultáneamente, la Representación Comercial de Estados Unidos habilitó un período de
cinco meses de discusión pública -que incluirá la participación de empresas
argentinas- para analizar la incorporación de otros nueve productos,
parte de los cuales enfrenta actualmente un mecanismo de cuotas de importación y
aranceles elevados. |
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