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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 229 - Abril 2003 - AÑO 21 |
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El
comportamiento del mercado cambiario |
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Uno de los temas importantes del debate económico actual
está centrado en el comportamiento del tipo de cambio, en particular por la persistente
tendencia a la baja observada desde hace varios meses. Más concretamente, desde un
máximo de $ 3,85 por dólar que se registró en junio del 2002, a un valor de alrededor
de $ 3,15 por dólar vigente a mediados de marzo de 2003, la caída de la paridad
cambiaria nominal ha sido del 18%. En dicho lapso, además, la variación de los
precios -tanto mayoristas como al consumidor-, si bien resultó moderada fue de signo
positivo, con lo cual la contracción del tipo de cambio real fue todavía más
significativa.
La principal explicación del descenso de la paridad cambiaria está expresada por
el superávit en cuenta corriente del balance de pagos, que se estima habría
ascendido a unos u$s 9.000 millones en 2002 y se prevé, según el memorando de
entendimiento con el FMI, en aproximadamente u$s 6.500 millones para el corriente año.
Ese excedente de divisas, cuya fuente más importante es el resultado del comercio
exterior de bienes, genera una presión de oferta que obliga al Banco Central a
compatibilizar la adquisición de moneda extranjera con el programa monetario y a
establecer los grados de libertad del mercado cambiario.
En tal sentido, el programa monetario restrictivo acordado con el FMI limita los
márgenes de compra de divisas por parte del Banco Central o bien obliga a la
absorción de dinero excedente a través de la colocación de Letras del Banco Central
(Lebac) para evitar presiones inflacionarias. En la práctica, la intervención del Banco
Central en el mercado cambiario, en lo que va del corriente año, ha mermado
sensiblemente.
Acompañando la menor demanda de divisas por parte de la autoridad monetaria, se
han flexibilizado gradualmente las restricciones existentes para la compra de divisas por
el sector privado, incluyendo el pago anticipado de importaciones y la
cancelación total o parcial de deudas vencidas hasta un determinado monto. Con ello, se
procura incrementar la adquisición de divisas por parte de agentes distintos del Banco
Central.
La reducción de la paridad cambiaria altera, por un lado, cifras contenidas en el
Presupuesto 2003 -especialmente en retenciones a la exportación e intereses de la deuda
externa-, ya que el mismo fue confeccionado suponiendo un tipo de cambio promedio de $
3,63 por dólar. Por otra parte -y este es el punto más significativo-, genera
mayor incertidumbre a futuro sobre la estabilidad de la estructura de precios relativos,
en el contexto de una economía que necesita garantizar un saldo altamente positivo de
comercio exterior para hacer frente a los compromisos de la deuda externa, cuya
renegociación debería iniciarse en los próximos meses. Adicionalmente, resulta claro
que la baja del tipo de cambio opera como un factor limitante de la tasa de inflación,
como puede apreciarse en los últimos meses.
De todos modos, la determinación del nivel de equilibrio del tipo de cambio real a más
largo plazo es todavía una incógnita, en gran parte por la incertidumbre sobre las
condiciones de refinanciación de la deuda externa y por lo tanto, sobre el excedente de
divisas que debería generar el comercio exterior para hacer frente a los compromisos que
se asuman.
El tipo de cambio real promedio del año 2002 superó en más de 30% a la también elevada
paridad que rigió en la década de los ochenta (excluido el período hiperinflacionario)
y en consecuencia, podría suponerse que a futuro la paridad real debería
descender. Sin embargo, sería más congruente que dicho descenso se verificara
por el incremento de algunos precios clave -básicamente salarios y tarifas- que han
quedado rezagados, más que por una caída en la cotización nominal de las monedas
extranjeras. |
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Primera
revisión del acuerdo con el FMI |
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El acuerdo de crédito suscripto por el
Gobierno con el FMI fija metas cuantitativas -que están
interrelacionadas- en materia fiscal, monetaria y de reservas internacionales. Esas metas
se refieren al fin de los meses de enero, marzo, mayo y junio, siendo algunas obligatorias
(criterios de desempeño) y otras indicativas.
Además, establece diversos compromisos de medidas de política económica,
incluyendo algunos de sanción legislativa.
En el área fiscal, el superávit primario base caja
-antes del pago de intereses- del sector público nacional deberá alcanzar como mínimo a
$ 1.500 millones a fin de mayo. Dicho superávit fue en enero de 854 millones (duplicando
la meta de 424 millones) y en febrero de 449 millones, sumando así 1.303 millones.
Suponiendo para marzo una recaudación tributaria similar a la de febrero y un
comportamiento estable del gasto, se prevé que el primer trimestre arrojará un
sobrecumplimiento de la meta fijada.
La meta indicativa de resultado financiero o total (incluyendo el pago de
intereses) del sector público nacional es para el primer trimestre un déficit máximo de
$ 2.307 millones. Esto implica que se pagan intereses por 3.807 millones a los organismos
internacionales de crédito y a los tenedores de bonos y préstamos colocados
internamente.
Considerando que no han ocurrido cambios en las previsiones de pago de intereses, cabe
estimar -dado el sobrecumplimiento en el superávit primario-, que también la meta de
resultado fiscal total sería alcanzada en exceso y en igual cuantía que la meta de
superávit primario.
En el área monetaria, el acuerdo establece para la base
monetaria ajustada metas indicativas máximas de $ 37.250 para fin de enero y de
37.650 para fin de marzo. Con un nivel de casi 37.000 millones, la meta de enero fue
sobrecumplida y cabe prever un similar comportamiento para fin de marzo. Ello refleja
menores necesidades de financiación del Banco Central al Gobierno y al sistema
financiero, con respecto a lo previsto, así como la menor intervención compradora en el
mercado de cambios para sostener la cotización del dólar, esto último, siguiendo lo
expuesto en el memorando con el FMI.
Por lo tanto, han disminuido notoriamente los requerimientos de esterilización de la
emisión monetaria excedente, que realiza el Banco Central mediante la colocación de
LEBAC.
A su vez, la meta obligatoria para las reservas internacionales netas
-fijada en u$s 3.900 millones para enero y marzo- se ha sobrecumplido y también se lo
haría a fin del primer trimestre, debido básicamente a las compras de dólares al sector
privado que viene efectuando el Banco Central.
El nivel del crédito interno neto constituye la otra meta obligatoria en
esta área y está definido como la diferencia entre la base monetaria ajustada y las
reservas internacionales netas. Por consiguiente, dado el cumplimiento previsto arriba
para estos dos conceptos, se deduce el cumplimiento también para dicho nivel.
En lo referente a medidas tendientes a incrementar la recaudación,
fueron ya sancionados los proyectos relativos a derogar la exención del impuesto a las
ganancias para los reintegros a exportaciones y a derogar los planes de competitividad,
hallándose pendiente -a mediados de marzo- la modificación del impuesto a los
combustibles transformando la carga fija en una tasa porcentual sobre los precios.
Con respecto a medidas o acciones económicas comprometidas -con plazo
estipulado- en el acuerdo con el FMI, se han cumplido, entre otras, las
siguientes:
firma de los acuerdos de cumplimiento
de las metas fiscales por parte de los gobernadores de las provincias que representan al
menos 80% del déficit provincial total de 2002; |
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designación de asesores externos
(Lazard Fréres) para la reestructuración de la deuda pública en manos de acreedores
privados; |
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determinación de las bases para el
apoyo de liquidez del Banco Central a favor de los bancos. |
Entre
las acciones incumplidas, cabe mencionar:
presentación al Congreso de un
proyecto de modificación de la Ley de Entidades Financieras, relativo a los
procedimientos para resolver la situación de bancos en problemas; |
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presentación de un proyecto de ley
sobre un programa integral para respaldar arreglos extrajudiciales entre empresas con
problemas financieros y sus acreedores. |
En
definitiva, el Gobierno y la misión del FMI expresaron a principios de marzo que se
cumplieron todas las metas cuantitativas de fin de enero con un buen margen y que se
recomendaría su aprobación al directorio del organismo, lo cual se
verificó últimamente.
Las restantes revisiones serán antes del 15 de mayo y 15 de julio, finalizando el
período del acuerdo el 31 de agosto. Pero considerando el próximo cambio de gobierno -y
las crecientes metas fiscales-, cabe prever que a partir de su asunción comenzará un
proceso de delicadas negociaciones. Estas incluirían diversos temas estructurales y
también especialmente, la muy difícil cuestión de la magnitud relativa del superávit
fiscal primario a conseguir con vistas a atender los compromisos de la deuda pública. |
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