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Una región tan heterogénea como la que conformarán los 34
países del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), donde convivirán naciones con
más de 200 millones de habitantes y u$s 30.000 anuales de ingresos per capita con otras
con apenas un par de millones de habitantes y apenas u$s 1.000 anuales por habitante, abre
un gran interrogante sobre los posibles efectos que la liberalización comercial puede
producir sobre las economías que participarán del Acuerdo. Adicionalmente, la gran
cantidad de bloques subregionales (MERCOSUR, NAFTA, CAN, MCCA, entre otros, que otorgan
preferencias arancelarias discriminatorias para el resto de los países de la región) y
los diferentes patrones de especialización exportadora de cada uno de los países, hacen
que las posibles consecuencias de la liberalización del comercio hemisférico no sean
fáciles de anticipar.
El objetivo del presente trabajo es estudiar el posible impacto sectorial sobre la
Argentina de la eliminación de aranceles en el marco del ALCA. A través de la
utilización de indicadores de especialización en el comercio y del análisis de las
barreras arancelarias se seleccionan sectores que tendrían margen para incrementar sus
exportaciones a los países más grandes de la región y sectores que podrían enfrentar
mayor competencia, tanto en el mercado local como en los principales destinos de
exportación de nuestro país.
Durante los noventa, la Argentina aumentó su intercambio con el mundo a un ritmo muy
superior al observado en la década previa. Al mismo tiempo, dentro de esa tendencia,
nuestro país se acercó a los socios del continente americano, creciendo la importancia
de los mismos en las exportaciones argentinas desde un 42% a principios de los noventa a
58% en el período 1999-2001.
No obstante, si se enfoca el análisis desde el mercado de destino, se observa que la
Argentina sólo tiene un papel relevante como proveedor en los mercados del Mercosur
ampliado y en Perú, mientras que en el resto del hemisferio los productos argentinos no
representan más del 1% del total de importaciones. Ello revela la potencialidad de
comercio que aún existe entre nuestro país y el resto del continente.
A través del Indice de Intensidad de Comercio (IIC), que ajusta la participación de un
país B en las exportaciones argentinas por la participación que tiene el socio B en el
comercio mundial, se alcanza una mejor idea de la participación de los países americanos
en las exportaciones argentinas porque, al tener en cuenta los cambios en el grado de
apertura de la economía del país B, observamos el cambio neto en las compras a la
Argentina. Los resultados son los esperables: la Argentina tiene un IIC mayor a 1 con la
mayor parte de los países de Sudamérica y menor a 1 con los países de América del
Norte.
A lo largo de la última década, EE.UU. y México pierden importancia relativa como
destino de las exportaciones argentinas, resultando notorio que en el caso mexicano dicha
tendencia se manifieste aún después de descartar el comercio con los socios del NAFTA.
Una mirada reciente, concentrada en la segunda mitad de los noventa, permite apreciar que
nuestro país ha desaprovechado oportunidades en dicho bloque. Cuando se
tienen en cuenta las importaciones más dinámicas de los países del NAFTA y, dentro de
ellas, aquellos sectores en los cuales la Argentina tiene especialización exportadora y
oferta exportable, se puede ver que nuestro país participó modestamente en las compras
de EE.UU. (2,1%), México (0,3%) y Canadá (0,1%), fundamentalmente en relación a la
participación que alcanzó Brasil. Cuando se realiza el mismo ejercicio para nuestro
vecino, que cuenta con un nivel de preferencias para el acceso al NAFTA similar al que
tiene la Argentina, se aprecian porcentajes muy superiores: EE.UU. (6,8%), México (1,7%)
y Canadá (0,5%). Si nuestro país hubiese mantenido la participación observada en la
primera mitad de los ochenta, actualmente el valor de las exportaciones argentinas al
mercado estadounidense sería un 45% más elevado.
Asimismo, se describen y evalúan las principales barreras que afectan al comercio entre
los países del ALCA. México (17%), la Comunidad Andina (12%) y el Mercosur (13%)
presentan los niveles arancelarios más elevados de la región (en promedio y según regla
de nación más favorecida), Chile se ubica en un nivel intermedio (7%, y en descenso),
mientras que Canadá y Estados Unidos ostentan los niveles más bajos (4% y 5%
respectivamente). No obstante, son también estos dos últimos países los que presentan
mayor nivel de dispersión en su estructura arancelaria, producto del uso intensivo de
picos arancelarios en las posiciones agro-alimentarias, pesca, cueros,
textiles y calzado, así como de la aplicación de escalonamientos
arancelariospara proteger la incorporación de valor agregado en el proceso
industrial (como en los casos de alimentos y bebidas, textiles y vestimenta).
Adicionalmente, los acuerdos subregionales entre los socios del hemisferio (Mercosur, CAN,
NAFTA, MCCA) distorsionan el panorama que muestran los promedios de nación más
favorecida, ya que otorgan preferencias a los socios que resultan discriminatorias para
los países que no forman parte del acuerdo. Ejemplo de esto es el caso mexicano, que en
virtud de múltiples acuerdos bilaterales o subregionales ofrece acceso preferencial
(aranceles que promedian el 3%) a Estados Unidos, Canadá, Bolivia, Colombia, Venezuela,
Chile y Uruguay. En Estados Unidos tienen acceso preferencial productos provenientes de la
Comunidad Andina y de América Central. En general, los productos argentinos son
"discriminados en buena parte del continente como consecuencia de los acuerdos
vigentes (es decir, casi siempre enfrenta el tratamiento universal de nación más
favorecida). En sentido inverso, la Argentina goza de un trato preferencial en el
Mercosur, Chile y Bolivia.
Con el objeto de determinar las oportunidades que brinda el ALCA a
nuestro país, se identificó a los eventuales ganadores en base a los siguientes
criterios:
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Sectores donde coincida la
especialización exportadora de la Argentina con la especialización importadora del
mercado de destino, a través del Indice de Complementariedad Comercial (ICC). |
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Productos que actualmente enfrenten
aranceles o barreras elevadas respecto a otros competidores potenciales (es decir otros
países que también tienen ICC superior a 1 con el país B), y que deberían tender a
desaparecer si se concreta el ALCA. |
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Sectores donde exista un tamaño
mínimo de mercado (importaciones del socio superan u$s 1 millón) y ya exista una oferta
exportable argentina relevante (exportaciones argentinas superiores a u$s 1 millón). |
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Con el objeto de hacer más
conservador el análisis de las oportunidades de la Argentina en el continente, se
estableció un criterio adicional para dividir las oportunidades en fuertes y
débiles. Las primeras serían aquellas en las que la competitividad
internacional de la Argentina, medida a través del indicador de Ventajas Comparativas
Reveladas (VCR), es independiente del acceso preferencial que tiene en Brasil; es decir,
en este caso, Argentina tiene especialización exportadora (VCR mayor a 1) aun cuando no
se tienen en cuenta las ventas a nuestro vecino. En el segundo caso, hablamos de
oportunidades débiles porque las VCR en un producto determinado, cuando no se
consideran las exportaciones a Brasil, son menores a 1. |
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En base a estos criterios, se pudo establecer que el tamaño
del mercado de oportunidades para la Argentina en el ALCA (es decir, los sectores que
cumplen los requisitos antedichos) asciende a casi u$s 78.000 millones: u$s 67.700
millones en los países del NAFTA y u$s 10.100 millones en los mercados de la Comunidad
Andina.
A nivel sectorial, se encontraron oportunidades fuertes en el NAFTA en
productos primarios y manufacturas de origen agropecuario (Carnes, Oleaginosas, Algodón,
Preparaciones alimenticias diversas, Bebidas y líquidos alcohólicos, Cereales, Cacao y
sus preparaciones, Grasas y aceites) y en algunas manufacturas de origen industrial
(Productos químicos orgánicos, Herramientas y útiles, Manufacturas de fundición hierro
y acero, Plásticos y manufacturas de plástico). El mercado potencial para estas
oportunidades, medido por el monto total importado en estos productos, alcanza a algo más
de u$s 19 mil millones.
Por otra parte, dentro de las oportunidades débiles para la Argentina en el
mercado del norte se encuentran fundamentalmente productos correspondientes a manufacturas
de origen industrial: Vehículos y sus partes, Máquinas y aparatos mecánicos, Máquinas
y material eléctrico, Caucho y manufacturas de caucho. Estos productos suman
importaciones en el NAFTA por poco más de u$s 48 mil millones.
Respecto a la Comunidad Andina, las oportunidades fuertes representarían poco más de u$s
4.000 millones, concentradas en productos como Cereales, Algodón, Preparaciones
alimenticias diversas, Químicos diversos, Manufacturas de fundición, Grasas y aceites.
Por su parte, las oportunidades débiles (casi u$s 6.000 millones)
involucrarían productos como Máquinas y aparatos mecánicos, Vehículos y sus partes,
Productos farmacéuticos y Plásticos y sus manufacturas, entre los más importantes.
Por otro lado, también se hizo el ejercicio inverso: identificar los sectores que
recibirán mayor competencia externa al perder las preferencias que hoy
gozan en el mercado intra-Mercosur (básicamente, Brasil, Chile y el mercado interno). Los
criterios establecidos para clasificar a un sector como amenazado también involucran
indicadores de especialización en el comercio y aranceles relativos: el grado de
complementariedad comercial de los países del NAFTA en el mercado analizado (Brasil, por
ejemplo), el arancel que enfrenta la Argentina versus el que enfrenta el país del NAFTA
(incluyendo las preferencias) y un tamaño mínimo de mercado. Para estudiar las amenazas
en Brasil, se siguió un criterio adicional para clasificar a las amenazas en
fuertes y débiles, incluyendo dentro de las primeras a aquellos
sectores en los cuales la Argentina no tiene especialización exportadora cuando se
excluye a Brasil (es decir, aquellos productos en los cuales las VCR sin Brasil son
menores a 1) y además el arancel Nación Más Favorecida de este país es mayor a 10%
(esto es, la Argentina cuenta con un acceso preferencial importante).
Los productos que la Argentina exporta a Brasil clasificados bajo amenaza
fuerte representan ventas anuales por u$s 2.000 millones. Dichas amenazas se
concentran en sectores como Vehículos y sus partes, Máquinas y aparatos mecánicos,
Máquinas y material eléctrico y Plástico y sus manufacturas. Estos mismos sectores
serían los que enfrentarían también un grado de competencia más intenso en el mercado
doméstico como consecuencia de la eliminación de preferencias en el ALCA. A ello habría
que agregar un mercado de más de u$s 1.600 millones identificado como amenaza débil (es
decir, sectores que si bien recibirán mayor competencia, los productos argentinos tienen
buenos niveles de competitividad internacional aún excluyendo el mercado brasileño).
Por otra parte, el análisis de las amenazas en Chile indica que el principal competidor
en dicho mercado serían los EE.UU. que, de acuerdo a los criterios utilizados en el
presente estudio, estarían en condiciones de disputar exportaciones a Chile por un valor
de u$s 340 millones.
(1)
Resumen ejecutivo del estudio realizado por el Centro de Economía Internacional
(CEI) del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Buenos
Aires, diciembre de 2002. |