Informe Económico de Coyuntura

Nº 230 - Mayo 2003 - AÑO 21

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

La guerra de Estados Unidos contra Irak introdujo un importante factor de incertidumbre en el mercado internacional de granos, sobre todo ante la duda acerca de la duración del conflicto. La rápida resolución del mismo aventó los temores respecto de un desplazamiento de los cereales argentinos como consecuencia de mayores costos de transporte hacia el Medio Oriente, importante zona compradora de granos del país. Sin embargo, persisten dudas acerca de la conducta del consumo de los países de la región en la etapa de ocupación territorial y de reconstrucción de Irak, así como ante la eventual apertura de nuevos focos de conflicto en la zona.
Mientras tanto, a nivel local, los cultivos siguieron prosperando a buen ritmo y en excelentes condiciones climáticas y tecnológicas, permitiendo la obtención de elevados rendimientos y la confirmación de que se está ante una nueva cosecha récord.

El monocultivo de soja, una discusión creciente

Cada vez son más las voces que han comenzado a cuestionar severamente la tendencia al monocultivo de soja al que se dedica buena parte del territorio cultivable nacional. En la presente campaña se obtendrán 35 millones de toneladas a partir de 12,6 millones de hectáreas cultivadas, un millón más que en la campaña pasada, ocupando algo menos de la mitad de la superficie sembrada con todos los granos del país.

Desde el punto de vista del corto plazo el cultivo presenta ventajas indiscutibles, como lo son una fuerte demanda en el mercado internacional sosteniendo los precios a pesar de la expansión de la producción más allá de límites conocidos, el bajo costo relativo del cultivo, la obtención de semillas de reproducción propia y las variedades disponibles de soja transgénica.

Sin embargo, según un estudio realizado por el INTA de la estación cordobesa de Manfredi, la soja es una gran extractora de nutrientes. "Podemos concluir que este tremendo incremento en la superficie y rendimiento del cultivo de soja, sin duda, genera una alta proporción de monocultivo de esta oleaginosa, siendo característico en su manejo la escasa fertilización que se le realiza". Y agrega: "no debe ser motivo de orgullo, sino de tremenda preocupación". En la misma dirección, el vicepresidente de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) sostiene: "Los argentinos estamos arrasando los suelos de nutrientes y, lo que es aún peor, en muchos casos se pulveriza la estructura física de los mismos. Es injustificable".

El proceso de sojarización se aprecia más cabalmente si se tiene en cuenta que la cosecha esperada de maíz, de 13,2 millones de toneladas -excelente en lo que a condiciones de desarrollo del cultivo se refiere-, será la más baja de los últimos siete años y estará muy lejos del récord obtenido en la campaña 1997/98, en la que se obtuvieron 19,4 millones de toneladas. También el cultivo del algodón fue desplazado casi en su totalidad por la soja, como consecuencia de los bajos precios del primero y de las ventajas de la segunda.

Primeros resultados del censo agropecuario

Los resultados del Censo Agropecuario 2002 muestran la desaparición de una cuarta parte (-24,5) de los productores agropecuarios en los últimos quince años. El hecho refleja el proceso de concentración llevado a cabo para obtener la escala que permitiera la competitividad que exigía el mercado. De hecho, la superficie promedio de los campos se incrementó en el período un 28 %.

Si bien analistas como Osvaldo Barsky sostienen que la disminución del número de explotaciones agropecuarias no indica un proceso de concentración de la propiedad de la tierra, ya que no debe confundirse la titularidad de la explotación agropecuaria con la propiedad de las tierras que se trabajan, es innegable que los productores que ya no lo son por haber cedido su campo en renta por falta de escala, son hoy espectadores de un proceso del que hubieran preferido, seguramente, seguir siendo protagonistas.

El proyecto agropecuario

En el ámbito de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se realizó el seminario denominado "Las ciento y una", aludiendo a la meta de alcanzar una producción de 100 millones de toneladas de granos y una exportación de un millón de toneladas de carne. Este objetivo se encuadra en proyecciones que indican que hacia el fin de la presente década, la demanda mundial de productos básicos se ubicaría en los 300 millones de toneladas, demanda a la que pocos países podrían contribuir a abastecer con volúmenes de significación. En ese seminario, expertos en el tema (Jorge Ingaramo y Eduardo Sierra) señalaron que con la tecnología actual se requeriría un área adicional de siembra de 12,34 millones de hectáreas para alcanzar esa meta o bien, 5,3 millones de hectáreas, si todos los productores adoptaran tecnologías de punta. La recomendación que realizan es la de una fuerte integración de la ganadería y la agricultura.

Cabe destacar la intervención de otro experto, Ernesto Liboreiro, quien destacó que si el crecimiento de la producción argentina se produjera de manera acelerada, sin acompañar el ritmo de crecimiento de la demanda, podría producirse un impacto negativo sobre los precios.

Dificultades en el quehacer ganadero

Varios factores confluyeron para producir un descenso de los precios ganaderos durante el mes de marzo, factores generadores de un exceso de oferta frente a una apática demanda, que llevaron a que las cotizaciones se ubicaran 15 % por debajo de las vigentes en la primavera de 2002. En primer término, el aumento estacional de la oferta que se presenta en los meses de otoño con la venta de vacas vacías y otros animales improductivos antes del invierno, se vio agudizado por problemas climáticos como la sequía en parte de la zona pampeana y las inundaciones en el Litoral. En segundo lugar, el permanente desplazamiento de la ganadería por la agricultura, dada su mayor rentabilidad.

A ello se agrega el menor ritmo de engorde que se está verificando, como consecuencia de la falta de suplementación con granos debido a la relación precio de los granos/precio de la carne, desfavorable para la ganadería, y al deficiente estado de las praderas, en las que debido al poco entusiasmo por la actividad ganadera, se invirtió poco y nada.

Por el lado de la demanda, la conformada por las exportaciones no presenta precios favorables a los productos que el país está en condiciones de colocar en los distintos mercados. En este sentido cada vez es más palpable la necesidad de la identificación de la hacienda. Precisamente, atendiendo a esta necesidad es que se creó la Comisión Nacional Asesora de Trazabilidad de Animales en Pie y Cadena Agroalimentaria, cuyo rol es el de ajustar la instrumentación de los sistemas de trazabilidad que están requiriendo los principales mercados.

A este cuadro se agrega la desalentadora noticia de que Estados Unidos y Canadá no reabrirían sus mercados a los cortes de mayor valor antes de avanzado el año 2004. Sin embargo, compensando esta noticia, Estados Unidos anunció la autorización a las importaciones de carne cocida, cubeteada y congelada, provenientes de la Argentina.

Cabe destacar que el valor de las exportaciones de carne del primer bimestre fue 15 % superior al de igual período de 2002, cuando aún no se habían recuperado los mercados que se habían cerrado como consecuencia de la reaparición de la fiebre aftosa.

Los reclamos del sector

Sigue vigente la totalidad de los problemas que desde hace varios meses declara tener el sector agropecuario, en su mayor parte relacionados con la presión impositiva y que se han ido agudizando con la revalorización del peso que ha tenido lugar en los últimos meses.

Las cuatro entidades más representativas del sector han presentado una propuesta de consenso al secretario de Agricultura. La propuesta consiste en una gradual eliminación de las retenciones, la neutralidad del IVA para los granos a través de la disminución del gravamen para los insumos y el ajuste de los balances por inflación, particularmente para el caso de la ganadería, evitando situaciones extremas como el pago de ganancias por mantener el mismo stock de cabezas de ganado. A ello se agrega el pedido de mayores plazos para la presentación de las declaraciones juradas del impuesto a las ganancias, cuyos vencimientos comienzan el 14 de abril y una reestructuración de plazos de las deudas con el Banco Nación.

Ante la esperada resistencia del Ministerio de Economía a ceder ante las demandas del sector, las entidades estarían dispuestas a aceptar una solución intermedia que consistiría en la actualización por inflación de sólo parte del patrimonio: las existencias.

PERSPECTIVAS

El techo para el desarrollo de la actividad agropecuaria como motor de la economía en su conjunto puede percibirse como muy cercano. Si bien existen señales favorables para el precio de los granos en el corto plazo -en el que se prevén incrementos tanto de la oferta como de la demanda internacionales de productos básicos-, las reglas vigentes en el mercado internacional para el comercio de productos agrícolas no favorecen el crecimiento de los países en desarrollo sobre la base de la expansión de ese tipo de productos aún para países que, como la Argentina, son altamente competitivos.
De hecho, el capítulo agrícola mostró un desacuerdo en las negociaciones internacionales debido a las posiciones de los bloques más poderosos, Estados Unidos y la Unión Europea, cuyas posturas son intransigentes cuando se trata de avanzar en las negociaciones referidas al acceso a mercados, competencia de las exportaciones y ayuda interna.

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