|
A principios de junio los depósitos totales
en el sistema financiero se acercaban a los $ 75.000 millones.
De ese monto global, alrededor de la mitad está constituído por depósitos a
plazo fijo, los que en las últimas semanas han mostrado una tendencia a atenuar
su tasa de crecimiento.
Es así que mientras en enero se ubicaban en el orden de los $ 32.500 millones y en marzo
alcanzaban los 35.700 millones, a comienzos de junio parecían encontrar una meseta en los
38.700 millones.
Cabe destacar que dentro de este total se encuentran las imposiciones obligatorias
a 90 y 120 días de plazo que debieron efectuar los ahorristas que decidieron desprogramar
sus depósitos “acorralados” con montos en origen que superaban los $ 42.000 y
100.000, respectivamente.
La apertura del denominado “corralón”, que finalizó en la última semana de
mayo, dejó como saldo que algo más de 50% de los Certificados de Depósitos
Reprogramados (CEDRO) no fueron desactivados.
El crecimiento de los depósitos totales se explica por el mayor nivel de monetización
que viene mostrando la economía en los últimos meses, impulsada por la emisión
monetaria que realiza el Banco Central con el objetivo de intervenir -casi
diariamente- en el mercado cambiario para evitar un descenso aún mayor de la cotización
de la divisa norteamericana.
Sólo en la primera semana de junio, las compras del BCRA alcanzaron los u$s 329 millones,
por los cuales debió entregar unos $ 900 millones.
De este modo, la base monetaria ampliada (que incluye las denominadas
“cuasimonedas”) se ubicaba en ese momento en los $ 40.900 millones.
Con respecto a la evolución más tranquila de los depósitos a plazo fijo, la misma puede
interpretarse como una especie de resistencia, por parte de los ahorristas, a aceptar tasas
de interés cada vez más bajas por la colocación de sus fondos.
El rendimiento promedio para depósitos de entre 7 y 59 días de plazo, que se ubicaba en
20% anual en marzo último, caía a 10% a comienzos de junio, aunque las entidades
financieras premian con una sobretasa las colocaciones a más largo plazo.
Una caída similar se verifica en las tasas que surgen de las distintas licitaciones de Letras
del Banco Central (LEBAC). A 30 días de plazo, descendieron un punto, a 5,9%
anual en el último mes, en tanto que a 60 días cayeron dos puntos porcentuales,
ubicándose en 6,6%. |
|
A pesar del incremento observado en los
depósitos totales del sistema financiero, los bancos siguen reduciendo en cierta
medida su cartera crediticia. El stock de préstamos totales ha caído unos $
12.000 millones desde la crisis que implicó la salida de la convertibilidad.
Este tema ha generado algunas rispideces entre las autoridades económicas y los
banqueros.
El mercado crediticio se encuentra afectado tanto por el lado de la oferta, como por el de
la demanda. Muchas entidades financieras atraviesan agudos problemas de
liquidez -en especial buena parte de la banca pública- y aún deben resolver el problema
de los adelantos y redescuentos otorgados oportunamente por el Banco Central.
Otros bancos, en cambio, si bien presentan una mejor situación en términos de liquidez,
no conocen bien su situación en cuanto a la solvencia de mediano y largo plazo, debido a
que aún quedan por resolver temas muy importantes como las compensaciones que reclaman
por la pesificación e indexación asimétrica de depósitos y préstamos y por los pagos
efectuados a ahorristas con amparos judiciales.
En este contexto, cabe destacar que ha sido creada la Unidad de Reestructuración
del Sistema Financiero, comisión integrada por miembros nombrados por el
Ministerio de Economía y por el Banco Central.
Por el lado de la demanda, el mercado de préstamos se ve afectado por el
aún elevado nivel de las tasas de interés activas, que superan la rentabilidad esperada
de gran parte de las actividades productivas. |