Informe Económico de Coyuntura

Nº 233 - Agosto 2003 - AÑO 22

 ANALISIS GLOBAL

Nivel de actividad y ocupación laboral
Reforma insatisfactoria de la Política Agrícola Común (PAC)

Nivel de actividad y ocupación laboral

Las sucesivas cuantificaciones sobre la dinámica del proceso de reactivación económica a lo largo del corriente año muestran una moderación en las tasas de crecimiento del nivel de actividad, tanto en la comparación interanual como en el cotejo con el período inmediato anterior.

Más allá de efectos estadísticos en la comparación interanaual, dado que sucesivamente se irá relacionando con valores crecientes de 2002, lo concreto es que existen indicios de tal moderación, seguramente asociados al menor dinamismo del proceso sustitutivo de importaciones. La disminución de la paridad cambiaria y la falta de líneas de crédito -aunque se observan los primeros anuncios de su recomposición- explican, en gran medida, las dificultades para sostener el ritmo de expansión. El comportamiento de la producción industrial -medida a través del Estimador Mensual Industrial (EMI)- revela una contracción de 0,5%, cuando se compara el nivel del segundo trimestre del corriente año con el trimestre inmediato anterior, en términos desestacionalizados.

La cuestión clave sobre la sustentabilidad de la reactivación productiva se vincula con la expansión del consumo interno y ello está estrechamente asociado con la capacidad adquisitiva de la población. Es conocido, por otra parte, que tal capacidad de compra está severamente deteriorada, tanto por la fuerte caída del salario real como por los elevados índices de desocupación y pobreza.

Tomando como base el índice de salarios que elabora el Indec, se observa un incremento, en términos nominales, del orden de 15% entre mayo del corriente año y diciembre de 2001, o sea, inmediatamente antes de la devaluación cambiaria. En consecuencia, el salario real experimentó en ese período una contracción de 20%, vista la evolución del índice de precios al consumidor.

Por otra parte, el comportamiento salarial señalado expone una fuerte heterogeneidad cuando se discrimina por categoría laboral. En efecto, el índice de salarios para el período indicado muestra que las remuneraciones en el sector privado registrado (en blanco) cayeron 10% en términos reales, en el sector privado no registrado (en negro) la reducción fue de 34% y en el sector público de 27%. Dado que en este cálculo ya estaban comprendidos los $ 200 no remunerativos que se habían otorgado a los trabajadores registrados del sector privado, la reciente decisión de convertirlos en remunerativos no altera significativamente los valores expresados.

En lo que respecta al tema de la ocupación laboral, la información más reciente se refiere a la industria manufacturera y corresponde al segundo trimestre del año en curso. De acuerdo a información relevada por el Indec, la cantidad de obreros ocupados en dicho período superaba en 4,3% a los computados en igual lapso del año 2002. Como primera conclusión puede señalarse que la ocupación en la industria ha crecido significativamente menos que la producción de dicho sector, ya que la misma se expandió 14,9% entre el segundo trimestre del 2003 e igual período del año anterior.

La diferencia entre ambos incrementos fue compensada por el aumento en las horas trabajadas, que se incrementaron 11,6% entre ambos trimestres. Esta información, por otra parte, está revelando un comportamiento conservador de los empresarios en cuanto a demanda de mano de obra, lo cual coloca al tema de la desocupación laboral como uno de los núcleos duros de la problemática económica y social a resolver a mediano plazo.

En definitiva, el panorama que reflejan tanto la evolución del salario real como los indicadores de ocupación laboral sugieren que la expansión del consumo constituye un proceso muy gradual y que, sin duda, requeriría de ciertos estímulos específicos para tener mayor dinamismo. En tal sentido, se destacan el anunciado plan de obras públicas por su impacto sobre la ocupación y la reaparición del crédito bancario por su influencia, entre otros múltiples factores, sobre la demanda de bienes durables de consumo.

Por último y siempre con referencia al tema del consumo, hay un dato más bien cualitativo que es el índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad Di Tella. Este indicador experimentó en junio último un crecimiento de más de 20% con respecto al mes anterior y de más de 70% con relación a un año atrás, lo cual estaría sugiriendo, en principio, que la población tiene una percepción positiva respecto a su situación de ingresos en el futuro próximo y que podría mejorar su nivel de consumo, seguramente debilitado o postergado durante el prolongado período de recesión y crisis.

Reforma insatisfactoria de la Política Agrícola Común (PAC)

A fines de junio último, los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) dieron su aprobación a la modificación de algunos aspectos de la Política Agrícola Común (PAC).

El cambio principal se refiere a los subsidios vinculados a las cantidades producidas por los agricultores, que al estimular la producción -independientemente de la demanda-, genera ofertas excedentes que reducen los precios internacionales, perjudicando especialmente así a las respectivas exportaciones de los países en desarrollo.

Los ministros aprobaron que los Estados miembro podrán individualmente mantener -del total de subsidios actuales a la producción- hasta un 25% para los cereales, hasta un 50% para ovinos y caprinos y hasta un porcentaje variable -pero considerable y a elección- para el ganado vacuno. Esta desvinculación de los subsidios con respecto a la producción regirá desde 2005, pero los países podrán individualmente postergar la modificación hasta 2007. Se deduce de lo anterior que la PAC sería menos “común” en los próximos años. Cabe agregar que otras producciones, como el azúcar y el aceite de oliva, no son afectadas por la desvinculación.

Esta reforma tiende, en cierta medida, a orientar la promoción o ayuda interna del Estado más a los productores que a la producción, haciendo el apoyo menos “distorsivo” de los mercados. Los productores recibirán pagos directos en función del tamaño de la granja, que aumentarán si demuestran que respetan el medio ambiente, el bienestar animal y favorecen el desarrollo rural.

En cuanto a los precios sostén -otra forma de ayuda interna-, se mantendrán los correspondientes a los cereales y oleaginosas (excepto el de arroz, que bajará en un 50%), en tanto que disminuirán los de manteca y leche en polvo.

La reforma aprobada resultó finalmente bastante menos amplia que el proyecto original, a fin de obtener el apoyo de los países más resistentes al cambio. Con el liderazgo de Francia, estos países -España, Portugal, Irlanda- son los mayores receptores de los fondos de la PAC.

A pesar de las modificaciones acordadas, el total de la ayuda estatal al agro seguirá siendo el mismo: unos 43.000 millones de euros anuales, casi la mitad del presupuesto comunitario.

Importa señalar especialmente que -aparte de los mecanismos de ayuda interna- la reforma no abordó las otras dos áreas de distorsión, es decir, los aranceles a la importación de productos agrícolas y los subsidios a las exportaciones respectivas.

Estos últimos aspectos revelan el carácer exiguo de la reforma encarada, la cual no satisface significativamente los reclamos de los países en desarrollo perjudicados por los efectos de la PAC.

Por otro lado, la UE ha aprobado recientemente normas sobre producciones que incluyen organismos genéticamente modificados (OGM), las cuales obligan a la identificación de los granos y al etiquetado de los productos derivados. Esta medida implicará mayores costos a la producción y ha sido calificada como una nueva traba paraarancelaria. Cabe apuntar que una tercera parte de las exportaciones agroalimentarias de la Argentina a la UE corresponde a productos OGM o que incluyen algún componente de este tipo.

La reforma de la PAC se inscribe dentro del proceso de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que después del fracaso de Seattle, fueron lanzadas en Doha (Qatar) en 2001. En marzo último no hubo acuerdo en la reunión de la OMC sobre reducción de subsidios y distorsiones en materia agrícola.

En un marco de creciente preocupación con respecto a que la Ronda de Doha no finalice según lo previsto -a fines de 2004-, a mediados de setiembre se reunirán en Cancún (México) los ministros de Comercio de los 146 países que integran la OMC, para debatir una mayor apertura del comercio mundial de bienes y servicios.