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La economía argentina se encuentra transitando una coyuntura
particular, inmersa en un período caracterizado por importantes definiciones en
el corto plazo, pero de efectos prolongados, tanto de naturaleza política como
más estrictamente, de índole económica. Entre las primeras, sobresale la realización
de elecciones en prácticamente todas las jurisdicciones provinciales, lo que definirá el
posicionamiento político del Gobierno y de la oposición para los próximos años.
En el plano económico, los aspectos más relevantes de próxima definición se vinculan
con: 1) el acuerdo con el FMI, 2) la refinanciación de la deuda externa, 3) la
renegociación de los contratos y las tarifas de los servicios públicos privatizados y 4)
la compensación al sistema bancario por la indexación asimétrica y los amparos
judiciales. Estos temas fijarán las premisas básicas del escenario
macroeconómico que se proyectará hacia el futuro. No establecen,
necesariamente, todos los determinantes del proceso de crecimiento económico, pero
constituyen condiciones necesarias insoslayables.
En el caso particular del acuerdo con el FMI existe una vinculación entre los compromisos
que debe asumir el país en el ámbito económico y el impacto político de su anuncio en
plena campaña electoral. En tal circunstancia, se vislumbra la posibilidad de un acuerdo
a tres años, pero estableciendo metas puntuales, por el momento sólo para el primer
año.
En tal contexto, una cuestión central, sin duda, consiste en proyectar la tasa de
crecimiento que puede preverse hacia el mediano plazo, las variables principales que
pueden explicar dicho crecimiento y las exigencias en materia de ampliación de la
capacidad productiva.
Los datos actuales sobre el desempeño de la producción -medida a través del Estimador
Mensual de Actividad Económica (EMAE)- señalan que en el primer semestre del corriente
año se verificó un incremento de 6,5% con respecto a igual período del año anterior.
Esta evolución, sumada a una mejora en la producción industrial en el mes de julio
-luego de un comportamiento menos dinámico en el segundo trimestre-, ha inducido
a las autoridades económicas a elevar hasta 6% la proyección de crecimiento del producto
interno bruto (PIB) para el año en curso. Por su parte, para el próximo año la
hipótesis oficial de crecimiento sería, en principio, del orden de 5%. En ambos casos,
los sectores productores de bienes -industrial, agropecuario, construcción- son los
principales factores explicativos del aumento esperado del PIB.
Desde el punto de vista de la demanda agregada, la evolución del principal componente, el
consumo -que equivale aproximadamente a 80% del PIB- tiende a mostrar un comportamiento
positivo, si bien partiendo de niveles extremadamente bajos. Los últimos datos
sobre ocupación laboral -que muestran una reducción del desempleo abierto del 21,5% en
mayo de 2002 a 15,6 % en mayo de 2003- y las mejoras salariales, especialmente en el
sector privado formal, sugieren un incremento en la capacidad de consumo del sector
privado. El incremento de la recaudación del IVA en casi 14%, en moneda constante, entre
julio del corriente año e igual mes de 2002 y el reciente anuncio del aumento de las
ventas de supermercados -después de exponer durante más de dos años valores
interanuales negativos-, parecen confirmar esta apreciación.
Las exportaciones, por su parte, experimentaron un incremento de 16% en la primera
mitad del corriente año, con relación a igual lapso del año precedente. El
monto acumulado, de u$s 14.513 millones, constituye un valor récord de la serie
histórica. Las razones que explican el aumento se vinculan tanto con los precios como con
las cantidades exportadas, ya que los primeros aumentaron 11% y las segundas, 5%. El
principal aporte al crecimiento del flujo exportador correspondió al complejo sojero, que
explica 70% del incremento de las ventas totales al exterior.
En cuanto a la utilización de la capacidad instalada de producción, o sea el margen para
ampliar la producción sin efectuar nuevas inversiones, el panorama es, por cierto,
bastante heterogéneo. Algunas estimaciones indican que el uso promedio de la
capacidad instalada se ubica en torno a 70%, pero determinadas actividades -como
el complejo oleaginoso, aluminio, acero y petroquímica- están operando en niveles
cercanos al límite de su capacidad productiva. En este contexto, la inversión se está
recuperando desde valores extremadamente bajos -recordar que cayó aproximadamente 60%
durante la recesión 1998/ 2002- y además está operando bajo una situación de fuerte
restricción crediticia. Un dato más coyuntural revela, sin embargo, que la importación
de bienes de capital en el primer semestre del año en curso aumentó 43% con respecto a
igual período de 2002.
En definitiva y a modo de conclusión, puede señalarse que la economía argentina
transita un período de alta incertidumbre frente a la inminente definición de
temas clave, pero que al mismo tiempo, persiste la tendencia hacia la reactivación
productiva, si bien a un ritmo probablemente inferior al que se observó en la primera
mitad del año. |
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Recientemente el Banco Central dio a conocer el balance
cambiario del primer semestre del año, juntamente con las cifras
correspondientes a 2002. Dicho balance comprende las operaciones del mercado de cambios
-único y libre desde febrero de 2002-, es decir, el ingreso y egreso de divisas del país
con el exterior. A diferencia, el balance de pagos constituye un estado
estadístico de las relaciones económicas con el exterior en términos devengados.
En la primera mitad de 2003, el balance cambiario arrojó un superávit de u$s
3.631 millones, frente a un déficit de 584 millones en igual lapso del año
precedente. Dicho superávit se explica por un saldo positivo de las transacciones
corrientes de 5.781 millones y un déficit de las transacciones de capital de 2.150
millones.
Los saldos favorables del período pueden dividirse en dos etapas: el primer
cuatrimestre del año con un superávit promedio de u$s 420 millones mensuales y
el bimestre mayo-junio, cuando los excedentes promedio fueron de unos
1.000 millones mensuales. Estos últimos respondieron en gran medida a las estacionalmente
mayores exportaciones aceiteras y cerealeras, y en menor parte, a la reducción de la
formación neta de activos externos privados.
Operaciones
del mercado cambiario |
Período |
Cobro de export. |
Pago de import. |
Servicios netos |
Renta
neta |
Capital neto |
Otros
netos |
Total |
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Enero |
1.862 |
-753 |
0 |
-258 |
-268 |
12 |
595 |
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Febrero |
1.634 |
-743 |
-7 |
-144 |
-344 |
17 |
413 |
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Marzo |
1.851 |
-862 |
-15 |
-113 |
-540 |
14 |
335 |
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Abril |
2.064 |
-943 |
-72 |
-233 |
-496 |
16 |
337 |
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Mayo |
2.436 |
-983 |
-13 |
-252 |
-276 |
16 |
928 |
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Junio |
2.427 |
-960 |
-44 |
-201 |
-226 |
26 |
1.022 |
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Acumulado
2003 |
12.274 |
-5.243 |
-151 |
-1.201 |
-2.150 |
102 |
3.631 |
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Datos provisionales
sujetos a revisión.
Fuente: Banco Central de la República Argentina |
Operaciones cambiarias por transacciones corrientes
El superávit de u$s 5.781 millones por operaciones de la cuenta
corriente (mercancías, servicios, rentas) en la primera mitad del año, se originó
básicamente en el importante excedente comercial de 7.031 millones, parcialmente
compensado por egresos netos en concepto de servicios (151 millones) y rentas (1.201
millones).
El resultado comercial obedeció al cobro de exportaciones de bienes por
u$s 12.274 millones (53% más que en igual lapso de 2002) y pagos de importaciones por
5.243 millones (31% más).
Cabe señalar que existen exportaciones de ciertos bienes que están exentas de la
obligación de ingresar divisas al país, que son las de petróleo y derivados (en un 70%)
y de minería (100%).
Con relación a las rentas, se pagaron intereses por u$s 850 millones,
incluyendo las regularizaciones de intereses atrasados dentro de acuerdos de
refinanciación alcanzados por empresas privadas. Los pagos de intereses representan algo
menos de la mitad de los intereses devengados por el sector privado, según la estimación
del balance de pagos. Asimismo, en concepto de utilidades y dividendos se
registraron egresos por 411 millones.
Operaciones
cambiarias por transacciones de capital
La cuenta de capital cambiaria presentó en el primer semestre del año un déficit
de u$s 2.150 millones, explicado fundamentalmente por la formación neta
de activos externos del sector privado, pues los flujos netos por los restantes
conceptos no tuvieron montos significativos. Importa señalar que dicha salida neta de
capitales se ha reducido fuertemente con relación a los mismos meses del año precedente.
En lo que se refiere a la entrada bruta de capitales de largo plazo, se
destacó un incremento de los préstamos financieros mayores a un año de más de u$s 40
millones mensuales en el segundo trimestre de 2003, tanto con respecto al primer trimestre
como frente al mismo período de 2002.
Asimismo, las inversiones directas en el país aumentaron en promedio unos u$s 50 millones
mensuales en el segundo trimestre con relación al primero, manteniéndose en los niveles
de igual lapso del año anterior.
Los ingresos de capitales financieros de corto plazo (que comprenden los
préstamos financieros menores a un año, la reducción de activos externos de residentes
-venta de billetes más repatriación de inversiones- y los ingresos por otras inversiones
de no residentes) registraron en el segundo trimestre un incremento, tanto respecto del
primer trimestre como frente al mismo período de 2002.
Destinos
del superávit cambiario
El superávit de u$s 3.631 millones fue básicamente absorbido por las compras
netas del Banco Central por 3.174 millones. El resto del excedente fue destinado
a incrementar la posición general de cambios de las entidades financieras en 267 millones
y a otros conceptos por 190 millones.
Al respecto, entre los dos trimestres de la primera mitad del año se observó un comportamiento
disímil:
en el primer trimestre las compras netas del Banco Central
sumaron u$s 980 millones, ascendiendo en el segundo trimestre a 2.194 millones;
las compras netas del primer trimestre fueron utilizadas para la
cancelación neta de deuda con organismos internacionales -registrándose un aumento de
sólo u$s 40 millones en las reservas internacionales del período-, mientras que la mayor
parte de las compras del segundo trimestre se reflejaron en el incremento de las reservas
internacionales en 1.667 millones durante el período. |