Informe Económico de Coyuntura

Nº 236 - Noviembre 2003 - AÑO 22

Las exportaciones de carnes y el tema de la aftosa

Los precios del ganado vacuno quebraron su tendencia al alza. En setiembre, el precio del novillo cayó 2,83% en relación con el mes anterior, anulando la recuperación de agosto. En comparación con setiembre de 2002, la caída alcanza a 10,1 %.

Una razón del retroceso de los precios reside en las condiciones del clima, que obligaron a aligerar los campos. La otra razón es la decisión de la Unión Europea de ampliar la zona de exclusión para la compra de carnes argentinas, incluyendo ahora a las provincias de Chaco y Jujuy y a la totalidad de las provincias de Salta y Formosa, que sólo registraban prohibición de compra para algunos departamentos.

Las nuevas autoridades del SENASA viajarán a Bruselas para tratar de revertir esta situación, ya que a su juicio, el brote de aftosa estaría totalmente controlado.

Las ventas al exterior muestran una interesante recuperación: en los primeros ocho meses del año se exportaron carnes bajo todas las modalidades -frescas, cocidas, cuota Hilton, etc.- por u$s 381,5 millones, lo que significa 28% más que en igual período del año anterior. La Unión Europea sigue siendo el principal cliente, con compras por u$s 279,6 millones de dólares; Chile, a su vez, fue el primer importador de carne fresca.

Precios récord de la soja

Los operadores de mercado esperaban con gran expectativa la actualización de las estimaciones para la soja del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. El pronóstico del USDA se ubicó en 67,2 millones de toneladas (en agosto la estimación era de 77,9 millones; en setiembre, 71,9 millones). Las consultoras privadas, con estimaciones de 71,3 y 69,8 millones de toneladas, confirmaron que pecaban de optimistas, ya que en su momento pronosticaron una "supercosecha" estadounidense superior a las 80 millones de toneladas.

A la luz de la nueva estimación, que condujo también a un nuevo ajuste de la cosecha mundial (200,1 millones de toneladas), los precios llegaron a niveles récord. Desde julio los futuros en Chicago crecieron alrededor de 38% y el precio de mediados de octubre es el más alto de los últimos seis años.

Asimismo, el Departamento de Agricultura corrigió al alza la cosecha de soja de Brasil, ubicándola en 60 millones de toneladas, frente a los 56 millones estimados en setiembre. Seguramente pesó en el cálculo la decisión brasileña de levantar la prohibición de utilizar semillas genéticamente modificadas. Los analistas, sin embargo, dudan que Brasil pueda contar con el volumen suficiente de semillas certificadas para dar un envión decisivo a la siembra.

Para la Argentina la evolución de los precios es una buena noticia. La soja tiene mayor amplitud de siembra que otros cultivos de la cosecha gruesa, lo que permitiría soportar mejor las condiciones climáticas.

Con una cosecha estimada en 37 millones de toneladas, los ingresos por su venta podrían llegar fácilmente a los u$s 7.500 millones, lo que implicaría una recaudación fiscal de más de u$s 1.500 millones. Los productores también tienen en sus manos cerca de 10 millones de toneladas de la cosecha anterior, como "caja" para financiar la próxima campaña.

El panorama en girasol, en cambio, no es tan alentador, producto de las condiciones climáticas desfavorables. La primera estimación de intención de siembra para la campaña 2003/04 muestra una reducción en el área de 7%. La producción estimada sería levemente superior a los 3,5 millones de toneladas.

Economías regionales con buenas expectativas

La situación de las economías regionales también muestra buenas perspectivas, al menos a partir de los montos vendidos al exterior. En los primeros ocho meses del año las exportaciones de frutas y hortalizas frescas y de legumbres totalizaron u$s 542,7 millones, lo que representa casi 5% de las exportaciones agroalimentarias (productos primarios y manufacturas de origen agropecuario).

Las ventas de frutas frescas crecieron 12% en los ocho primeros meses en relación con igual período de 2002; las hortalizas y legumbres, 8%. La distribución regional de las diferentes producciones asegura que no sólo hay beneficios importantes para la agricultura cerealera.

Otro avance importante es el que se espera de la producción algodonera. Para la campaña próxima la superficie sembrada pasaría de 174.000 a 300.000 hectáreas. La producción nacional de fibra de la campaña pasada fue de 64.000 toneladas, pero la industria textil demandó casi el doble, 125.000 toneladas. La brecha se cubrió con importaciones.

El aumento de la superficie sembrada permitiría el autoabastecimiento. Por supuesto que la realización de las intenciones dependerá de las condiciones climáticas en la respectiva zona.