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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 236 - Noviembre 2003 - AÑO 22 |
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En el ejercicio fiscal cerrado en setiembre, Estados Unidos
registró finalmente un déficit presupuestario de u$s 374.220 millones -el más alto de
su historia-, equivalente a 3,5% del PIB, la mayor proporción desde 1993. Para el nuevo
ejercicio, se estimó oficialmente que el déficit aumentará probablemente a más de u$s
500.000 millones. |
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Ultimamente se han intensificado las presiones de Estados
Unidos y la Unión Europea tendientes a que China deje flotar libremente su moneda, cuya
cotización se halla fija desde 1995, lo cual ha implicado -según los críticos- el
mantenimiento de un yuan artificialmente depreciado. |
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En una incipiente recuperación, la producción
industrial brasileña aumentó 1,5% en agosto respecto del mes anterior, en tanto que el
Banco Central disminuyó en setiembre la tasa de interés de referencia de 22% a 20%, a la
vez que se autorizó a los bancos a descontar de los recibos de sueldo de los trabajadores
del sector privado las cuotas de sus préstamos. |
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Política monetaria y ciclo económico en Estados
Unidos |
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La Reserva Federal estadounidense mantuvo a mediados de setiembre su tasa
de interés de referencia en 1% anual, a fin de afianzar el crecimiento y la
generación de empleo, problemas básicos que afronta su economía.
La decisión del Comité de Mercado Abierto Federal fue adoptada unánimemente por sus
doce miembros, confirmando una tasa de interés ubicada en su menor nivel desde
julio de 1958.
Según miembros del Comité, el gasto se está afirmando, señalando que la tasa de
inflación se halla en el extremo inferior del rango consistente con un óptimo desempeño
económico, lo cual agregado a los débiles mercados laborales y el exceso de capacidad
instalada, genera un riesgo mayor de una excesiva caída de la inflación.
Al respecto, importa considerar esas variables macroeconómicas que caracterizan la actual
fase del ciclo económico en Estados Unidos (The Economist en La
Nación, 12.10.03):
la reactivación
económica es la más lenta en los tiempos modernos: el crecimiento anual ha sido
en promedio de 2,7% frente a 4,7% en los dos primeros años de las ocho recuperaciones
anteriores;
la ocupación aumentó un 4,0% promedio en los primeros
dos años de las reactivaciones previas, pero desde noviembre de 2001 el empleo siguió
declinando;
la industria está usando menos de 75% de su capacidad instalada,
comparado con casi 80% en recuperaciones anteriores;
la inflación era elevada al final de recesiones
anteriores, mientras que entre agosto de 2002 e igual mes de 2003 la inflación de base de
los precios al consumidor descendió a 1,3%, su aumento menor en los últimos 37 años.
El conjunto de estas condiciones ha llevado a que uno de
los gobernadores de la Reserva Federal afirmara que cuando hay abundante capacidad
instalada ociosa, si el aumento de la producción es sólo causado por una mayor
productividad -sin incremento del empleo-, no se debe ajustar la política
monetaria (subir las tasas de interés) para evitar que la inflación caiga
demasiado. Este razonamiento explica la reciente decisión de la Reserva Federal y
posiblemente, apunta a no avizorar en el futuro próximo un retorno a mayores tasas de
interés por parte de la autoridad monetaria. |
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Aumento del déficit fiscal y de la pobreza |
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Existen otros aspectos macroeconómicos que califican la
actual coyuntura en Estados Unidos. Por un lado, los elevados niveles de déficit
federal (nacional) en las cuentas públicas. En efecto, en el ejercicio fiscal
cerrado en setiembre, Estados Unidos registró finalmente un déficit presupuestario de
u$s 374.220 millones -el más alto de su historia-, equivalente a 3,5% del PIB, la mayor
proporción desde 1993.
Cabe recordar que la actual administración recibió la economía hace casi tres años con
un superávit fiscal de u$s 537.000 millones. La fuerte reversión del resultado
fiscal se debió fundamentalmente a una importante rebaja impositiva -que
benefició especialmente a los sectores de mayores ingresos- y a la suba de los gastos
militares, en un contexto de débil crecimiento económico.
La deuda pública de Estados Unidos es de u$s 6,7 billones (millones de
millones), mientras que su producto bruto alcanza a 10,1 billones, configurando así una
relación de deuda/producto de 66%. Considerando el creciente déficit fiscal, su
financiación implicará un aumento no despreciable del monto de la deuda pública, a la
vez que la mayor oferta de bonos del Tesoro podría llevar a un descenso de sus
cotizaciones y la consecuente suba de las tasas de interés implícitas.
Por otro lado, los elevados déficit del balance comercial estadounidense
-en un contexto de recuperación económica no afianzado-, estarían llevando a que
Estados Unidos abandone su política de dólar fuerte, a fin de alentar sus exportaciones
y desestimular sus importaciones.
En relación a la elección presidencial de 2004, las preocupaciones de la actual
administración comprenden no sólo el alto desempleo -superior a 6%-
sino también el incremento de la pobreza. Según la Oficina del Censo,
los habitantes por debajo de la línea de pobreza aumentaron de 32,9 millones en 2001 a
34,6 millones en 2002, con una población total de 285,3 millones en ese último año. El
porcentaje de pobres subió así de 11,3% en 2000 -su nivel más bajo en más de 25
años-, a 11,7% en 2001 y a 12,1% en 2002. |
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El tipo de cambio y la competitividad de China |
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En setiembre último, el FMI y el Grupo de los Siete
exhortaron a que los países con tipo de cambio fijo o que intervienen en el mercado de
divisas, permitan que el precio de sus monedas sea establecido libremente por el
mercado.
Este llamado tiene un destinatario principal que es China, país que
mantiene fijo su tipo de cambio desde 1995 en 8,28 yuanes por dólar. Estados Unidos
también se ha dirigido a otros países en este sentido, incluyendo Japón, Tailandia y
Taiwan, instándolos a reducir sus intervenciones gubernamentales en los mercados
cambiarios.
El sector manufacturero estadounidense afirma que un yuan artificialmente
depreciado implica una competencia desleal por parte de los fabricantes chinos, empujando
el desempleo en la industria de Estados Unidos y favoreciendo un déficit comercial sin
precedentes con China.
En los últimos meses se ha sumado a estas críticas la Unión Europea,
afectada por fuertes importaciones de productos chinos a bajo precio y de buena calidad.
Desde otro ángulo, se señala que en la última década los bajos
precios de las importaciones provenientes de Asia han contribuido en buena medida a
permitir que la economía estadounidense creciera más rápidamente sin provocar una mayor
inflación. Además, la adquisición de bonos del Tesoro de Estados Unidos por parte de
bancos centrales asiáticos, mantuvo bajas las tasas de interés de los bonos, colaborando
así al crecimiento económico estadounidense.
Por su parte, el organismo cambiario de China ha afirmado hacia fines de
setiembre que el sistema de intercambio de divisas es un asunto interno y que
no debe ser usado como excusa para encubrir fallas de gestión económica.
Las autoridades chinas han asegurado que su propósito es permitir la fluctuación de su
moneda, pero no antes de reformar su frágil sector bancario -afectado
por excesivos préstamos blandos-, sin precisar plazos para ello.
Cabe agregar que desde 1996 el balance comercial de China ha mostrado
resultados positivos, alcanzando el superávit en 2002 a u$s 30.000 millones, originado en
exportaciones por 325.000 millones e importaciones por 295.000 millones. |
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El secretario del Tesoro de Estados Unidos expresó
recientemente que confía en un fortalecimiento próximo de la actividad económica y el
empleo en el país, y en consecuencia, consideró probable una suba de las tasas de
interés. |
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A pesar de los posibles efectos negativos de la reciente
revaluación del yen sobre sus exportaciones, últimamente hay indicios que apuntarían a
una eventual recuperación económica de Japón: la mejora en setiembre del indicador de
confianza empresarial, la recuperación de los precios bursátiles en los últimos meses,
una reducción del desempleo en agosto y un incremento del consumo privado. |
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Las autoridades de Brasil están trabajando en un programa
de promoción -financiación barata y de largo plazo del Banco Nacional de Desarrollo- de
18 rubros industriales, para incentivar su instalación comercial o radicación productiva
en el exterior, con el objetivo principal de aumentar las exportaciones brasileñas. |
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