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La Base de Inversiones es el resultado de un relevamiento
que realiza el Centro de Estudios para la Producción (CEP) sobre inversiones directas
concretadas y proyectadas en la economía argentina.
Cabe aclarar que los proyectos que se presentan no constituyen la totalidad de los
emprendimientos de inversión ejecutados o en vías de ejecución en la Argentina, sino
sólo aquellos que, por su magnitud o trascendencia, se hacen públicos.
Los datos que aporta la Base de Inversiones pretenden ser un indicador de las tendencias
centrales que evidencia el flujo de negocios del sector privado -tanto en lo que respecta
a empresas nacionales como extranjeras- con relación a los sectores productivos que más
interés despiertan en el empresariado, los países que poseen una política de
inversiones más activa en la economía argentina, etc. Se han clasificado las inversiones
según tres rubros: 1) greenfield, inversiones realizadas “desde
cero”, que incluye a las nuevas plantas, locales o establecimientos de todas las
empresas, incluso aquellas que ya tenían actividad en el país; 2) ampliación,
que es toda inversión cuyo objetivo es incrementar la capacidad instalada de la empresa;
3) compras, que corresponde a cualquier transferencia de activos, ya sean
adquisiciones o fusiones. Las sumas incluidas en los rubros Greenfield y Ampliaciones
tienden a captar el concepto económico de formación bruta de capital mientras que las
transferencias de activos no representan per se incremento alguno en la capacidad
productiva de la economía, si bien generan impactos de importancia que motivan un
relevamiento exhaustivo.
Principales
resultados
Según los registros de la Base de Inversiones, el total de inversiones realizadas y
proyectadas durante los primeros nueve meses de 2003 ascendió a u$s 4.195 millones.
Si bien los montos estimados para el año 2003 no resultan comparables con estimaciones
para años anteriores (dado que sólo incluyen desembolsos realizados y proyectados hasta
setiembre de 2003), no deja de resultar interesante destacar que la cifra correspondiente
al acumulado 2003 resultó un 70% superior al total invertido en todo 2002.
Inversiones de la Economía Argentina
2001 - 2003
Montos en millones de U$S |
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Extranjera |
Nacional |
Total |
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2001 |
2002 |
2003
(*) |
2001 |
2002 |
2003
(*) |
2001 |
2002 |
2003
(*) |
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Transferencia de
empresas |
5.290 |
1.028 |
911 |
577 |
45 |
584 |
5.867,0 |
1.072,6 |
1.494,6 |
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Formación de Capital |
10.839 |
751 |
2.170 |
4.032 |
631 |
531 |
14.870,6 |
1.382,1 |
2.700,8 |
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Total |
16.129 |
1.779 |
3.081 |
4.609 |
676 |
1.114 |
20.738 |
2.455 |
4.195 |
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(*) Primeros nueve
meses.
Fuente: CEP (Base de Inversiones) |
Aún
así, no debe olvidarse que esta recuperación de la inversión se realiza desde niveles
muy deprimidos y el monto total invertido incluido en la Base de Inversiones para los
primeros tres trimestres de 2003 se ubica 88% por debajo del nivel de los años 1997-1998
(pico previo al inicio de la recesión).
Fusiones
y adquisiciones
Luego de la lógica disminución en el número de operaciones de fusiones y adquisiciones
(FyA) de empresas que trajo aparejado el aumento de la incertidumbre desatado tras el
abandono de la convertibilidad, lentamente el mercado está volviendo a despegar, aunque
con escalas y orientaciones bien diferentes a las de los años noventa.
En particular, la Base de Inversiones del CEP da cuenta de 69 operaciones de FyA desde
enero de 2002 hasta setiembre de 2003, de las cuales 48 -por un total de u$s 1.495
millones- corresponden al presente año. Claramente, la tendencia que presenta el sector
resulta creciente, aunque esta cantidad de operaciones aún es sustancialmente inferior a
la de los mejores años de la convertibilidad (nótese que en 1997 y 1998 se
contabilizaron un promedio de 209 FyA al año).
Según la clasificación mencionada, en lo que va de este año casi la totalidad de las
operaciones correspondió a adquisiciones, mientras que sólo una parte minoritaria
correspondió a fusiones.
Origen de las inversiones. A comienzos de la década pasada, las compras de empresas
estatales de servicios públicos dominaron la escena, para luego dar lugar a una ola de
adquisiciones de empresas nacionales privadas (tanto productivas como de servicios), las
cuales fueron llevadas a cabo por capitales de origen extranjero, en su mayoría europeos
y estadounidenses. Actualmente, si se excluyen las inversiones en el sector minero (que en
su mayoría han sido realizadas por empresas canadienses o australianas) el resurgimiento
de las fusiones y adquisiciones es motorizado por las compras realizadas por capitales
nacionales o regionales.
Características de las empresas adquiridas. A diferencia de lo que sucedía en los
noventa, hoy las fusiones y adquisiciones no se concentran en empresas líderes con sus
finanzas ordenadas, sino que abundan las compras de compañías altamente endeudadas.
Operatoria. En muchos casos, el pago en “cash” es bajo, y el comprador aporta
capital de trabajo y se hace cargo de las deudas.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el sector industrial fue el que abarcó el mayor
número de operaciones, aunque las mismas representaron un menor monto que las
adquisiciones y fusiones realizadas en sectores como actividades extractivas,
infraestructura (comunicaciones) y el sistema financiero.
Inversiones
productivas
La Base de Inversiones del CEP ha relevado un total de u$s 2.700 millones en concepto de
inversiones productivas, de las cuales el 68% corresponde a ampliaciones de plantas ya
existentes, y el 32% restante a la apertura de nuevas unidades productivas o comerciales
(“greenfield”).
Distribución sectorial de las inversiones productivas. A nivel sectorial, una de las
características salientes del proceso de inversión es que los servicios pasaron a un
segundo plano y se observan más inversiones en el sector bienes. Como era de esperar,
este escenario refleja el cambio de precios relativos generado por la devaluación.
Esta importancia de los sectores transables se manifiesta en el hecho de que las
inversiones se concentran básicamente en actividades extractivas (exportables), la
industria, e infraestructura (especialmente en construcciones hoteleras, asociadas al
desarrollo del turismo).
En el caso particular de la industria, resulta interesante comparar los montos invertidos
con el uso de la capacidad instalada que presenta cada rama industrial. Aquí, se observa
que por lo general las ramas con mayor uso de la capacidad instalada concentran una
porción importante de las inversiones (por ejemplo, las industrias química, siderúrgica
y petrolera), aunque también hay sectores en los que se han anunciado inversiones a pesar
de que presentan una considerable capacidad instalada ociosa. Este último fenómeno se
debe a que las inversiones en dichos sectores no están destinadas a ampliar su volumen de
producción, sino que están orientadas a aprovechar las nuevas oportunidades de negocios
que presenta una determinada industria (como la agroalimentaria) o a la incorporación de
nuevas líneas de productos (como en los casos de algunas compañías del sector
automotriz), entre otras cuestiones.
Origen de las inversiones. Analizando el origen del capital de las empresas que han
realizado las inversiones productivas en el corriente año, se aprecia un importante
componente nacional, el cual resulta similar (e incluso superior) al de la mayoría de los
países desarrollados, como los de la región del NAFTA y la Unión Europea.
Conclusiones
Tal como se observó en los apartados precedentes, en el corriente año las inversiones
presentan un considerable aumento en comparación con 2002, aunque esta mejora se realiza
desde niveles deprimidos y las mismas aún se ubican muy por debajo de los valores
pre-crisis.
En este ámbito de recuperación de la inversión, se observa un resurgimiento de las
fusiones y adquisiciones, el cual se caracteriza por tener una elevada participación de
capitales de origen nacional y regional en comparación con lo observado en la década
pasada, en la cual la mayoría de las adquisiciones de empresas eran realizadas por
capitales europeos o estadounidenses. Por otro lado, este tipo de inversiones se han
concentrado fundamentalmente en actividades extractivas, en infraestructura (telefonía),
el sistema financiero y el comercio.
Por su parte, en el caso de la inversión en capital productivo, ya sea
“greenfield” o de ampliación de plantas ya existentes, la misma se ha
concentrado en sectores transables (actividades extractivas, industria y turismo),
destacándose, en términos territoriales, una elevada participación de la inversión no
sólo en la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal (dada su elevada participación
en el total producido en el país), sino también de algunas provincias patagónicas y del
norte del país, en las cuales se desarrollan la minería y el turismo.
Ahora bien, en lo que respecta a las perspectivas para el corto/mediano plazo, se espera
una profundización de esta recuperación incipiente del proceso inversor. En el caso de
las fusiones, un “polo”posible de atracción de inversiones está dado por el
sistema financiero (ya que se prevé una concentración de la banca privada), mientras que
por el lado de las inversiones productivas (“greenfield” o ampliación), es
probable que las mismas se concentren en los distintos eslabones de la cadena
agroalimentaria, en el sector minero, en la industria (tanto exportadora como sustitutiva
de importaciones) y en infraestructura (tanto en lo que respecta a la construcción, como
a los servicios -en especial, una vez que se culmine con el proceso de revisión de
contratos y eventuales reajustes tarifarios-).
(1)
Extracto del artículo publicado en “Síntesis de la economía real”, revista
del Centro de Estudios para la Producción (CEP) de la Secretaría de Industria, Comercio
y de la Pequeña y Mediana Empresa, Nº 43, Buenos Aires, noviembre de 2003. |
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