Informe Económico de Coyuntura

Nº 240 - Abril 2004 - AÑO 22

 TEMAS DE ACTUALIDAD

La situación de las pequeñas y medianas industrias argentinas antes y después de la devaluación (1)

La situación de las pequeñas y medianas industrias argentinas antes y después de la devaluación (1)

Visión general y síntesis de los resultados

El importante cambio de precios relativos provocado por la devaluación del peso a principios de 2002 introdujo un rápido cambio en la situación de las PyMI con respecto a los últimos años.

En efecto, el porcentaje de PyMI en situación de estancamiento-achicamiento que en el bienio 2000-2001 había alcanzado un máximo de 76% de las empresas, disminuyó a 60% en 2002-2003. Las proporciones de PyMI en situación de estancamiento-achicamiento se encuentran hoy en los mismos niveles que en 1998, año en que comenzó la recesión. Sin embargo, estamos aún lejos de las proporciones observadas en 1996-1997 cuando sólo el 40% de las PyMI se encontraba en esta situación.

Para poder comprender mejor el verdadero alcance de los cambios ocurridos en el sector de las PyMI luego del abandono de la Ley de Convertibilidad, a principios de 2002, es conveniente recapitular brevemente cómo fue la evolución de las empresas durante la segunda mitad de los años 90.

La rápida recuperación de las PyMI que se produjo luego de la crisis del Tequila, tanto en términos de ocupados como de ventas, comenzó a desacelerarse ya a principios de 1998, tal como la detectaron tempranamente las encuestas realizadas por el Observatorio; un semestre antes de la detección de la recesión a partir de datos generales referidos al conjunto total de las empresas manufactureras, los resultados de las encuestas a PyMI reflejaban la caída.

En efecto, los síntomas recesivos en el sector de las PyMI se anticiparon a los de las empresas más grandes de la economía argentina. El incremento de las ventas de las PyMI alcanzó un punto máximo antes que el conjunto de la industria (muy influido, este último, por las grandes empresas manufactureras y representado para este análisis por la evolución del Estimador Mensual Industrial que elabora el INDEC).

Es de notar que las encuestas del Observatorio habían mostrado que las PyMI también se habían anticipado a las empresas más grandes en la salida de la recesión provocada por la crisis mexicana de 1995. El sector de las PyMI comenzó nuevamente a generar puestos de trabajo en 2002, mientras que para el conjunto del sector industrial esta dinámica positiva se observa sólo a partir de 2003.

Se demuestra así, una vez más, la mayor sensibilidad de estas empresas a la coyuntura económica, en comparación con las más grandes. Esta mayor sensibilidad convierte a este segmento de empresas en un importante termómetro para anticipar lo que ocurrirá con el resto de la industria en el futuro próximo.

Veamos, por ejemplo, esta evolución durante la segunda mitad de los años 90. Las restricciones financieras derivadas de la disminución del flujo de financiación externa recibida por el país, a partir del cambio en el contexto financiero internacional que comenzó a gestarse a mitad de los años 90, retardaron sus efectos sobre las grandes empresas; sin embargo, impactaron inmediatamente sobre las PyMI. Las grandes empresas desplazaron del mercado del crédito a las PyMI a partir de 1996 y mantuvieron fluido acceso a este mercado hasta que, a su vez, fueron desplazadas en 1999 por el sector público.

Mientras las PyMI comenzaron a realizar un drástico ajuste financiero ya en 1997, reduciendo notoriamente su nivel de pasivo, las grandes empresas, todavía en dicho año, expandían sus actividades a costa de un mayor endeudamiento.

En 2000-200l, las grandes empresas mostraban niveles de endeudamiento financiero muy superiores a las PyME para los mismos sectores de la economía (industria manufacturera, comercio mayorista y servicios a las empresas).

Los bajos niveles de endeudamiento financiero, prácticamente nulos, con los cuales las PyME llegaron al momento de la crisis financiera y de la devaluación de la moneda, explican la rápida y positiva reacción del sector a la nueva coyuntura y las buenas perspectivas económico-financieras de este segmento de empresas.

Las PyMI salieron de la larga recesión que comenzó en 1998, un semestre antes que las grandes empresas. En efecto, durante el segundo semestre de 2002, se observó que las PyMI aumentaron sus ventas un 15,3% con respecto a igual período del año anterior, mientras que el conjunto de la industria registró una caída de 3,5% y sólo en el primer semestre del año 2003 presentaron una tasa positiva.

Como conclusión, podemos señalar que tanto los niveles de ventas en franca recuperación, que sitúan la actual producción en valores similares a los registrados en 2000, como los costos financieros, que prácticamente no inciden sobre la rentabilidad neta de las empresas, ponen de manifiesto el buen escenario actual.

El futuro

Las buenas perspectivas del sector de las PyMI pueden comenzar a evaluarse a partir de la opinión y expectativas de los empresarios entrevistados.

Del total de empresas que durante 2001-2002 estaban atravesando un período de achicamiento, el 69% de sus directivos opina que crecerán durante los próximos tres años.

Del total de empresas que durante 2001-2002 estaban atravesando una situación de estancamiento, el 88% de sus directivos opina que crecerán durante los próximos tres años.

Del total de empresas que durante 2001-2002 estaban atravesando un período de crecimiento, más del 90% de sus directivos opina que continuarán creciendo en los próximos tres años.

¿Cuáles son las condiciones generales que deben verificarse para que estas previsiones de crecimiento sean efectivamente realizadas? Estas condiciones generales pueden deducirse a partir de la situación actual, y en contraposición con la situación general vigente durante la segunda mitad de los años 90.

Actualmente las empresas afrontan precios favorables, totalmente distintos a los vigentes durante la segunda mitad de los años 90. Por otra parte, continúa la falta de crédito que se verificó durante la última parte de la década pasada. Con este escenario general las empresas lograron cambiar su perspectiva de crecimiento: la tradicional desventaja financiera fue compensada con creces por la ventaja comercial.

La diferencia esencial con el pasado es que entre 1995 y 2001, la ausencia de crédito se combinaba con precios relativos desfavorables: desventaja financiera más desventaja comercial. Este fue el escenario que terminó llevando a la mayoría de las empresas a una situación de estancamiento-achicamiento.

Como conclusión podemos afirmar que para que la reactivación consolide su rumbo y se transforme en crecimiento, no debería deteriorarse el tipo de cambio real (cambio negativo en los precios relativos) al tiempo que se mantiene la falta de crédito financiero a las empresas. Una creciente desventaja comercial de las empresas podría ser sólo mitigada mediante un buen acceso al mercado financiero, como principal instrumento para financiar fuertes inversiones destinadas a lograr importantes aumentos de productividad.

En síntesis, para evaluar las perspectivas de crecimiento de este sector hay que prestar simultánea atención a los precios relativos y al acceso al mercado financiero.

La evolución del tipo de cambio es fácilmente observable. Pero ¿cómo observar la evolución del acceso de las PyMI al mercado financiero y, sobre todo, cómo calificar de satisfactorio o no el nivel de acceso? Un nivel satisfactorio de acceso al mercado financiero podría ser definido simplemente como un retorno a los niveles de endeudamiento financiero similares a los registrados en 1994, que el Observatorio PyMI había cuantificado en un 17% del activo. Este nivel era sólo tres puntos inferior al nivel de endeudamiento registrado por las PyMI en España (21%), aunque todavía muy lejano al nivel de endeudamiento de las PyMI en Italia (25%), EE.UU. (27%) y Japón (41%).

Actualmente, el nivel de endeudamiento de las PyMI argetinas puede estimarse entre 4 y 7% del activo total. Retornar a los niveles de 1994 comportaría un aumento de 10 a 13 puntos porcentuales, que significarían aproximadamente entre 1.700 y 2.200 millones de pesos.

Esta es una cifra perfectamente alcanzable, aún para el maltrecho sistema financiero argentino, pero hará falta un fuerte compromiso de los bancos a perseguir estrategias que permitan lograr una mayor bancarización de las PyMI. El nivel de bancarización de las empresas, lejos de ser el resultado de las políticas macroeconómicas y considerando los modestos volúmenes de crédito antes estimados, depende solamente del propio accionar de los bancos.

Expectativas de evolución de las PyMI
según su desempeño en los dos últimos años
Año 2003
Desempeño durante los dos últimos años Evolución próximos tres años Total
Crecimiento acelerado Crecimiento normal Estancamiento Achicamiento

Crecimiento acelerado

15,97 74,35 9,68 100,00

Crecimiento normal

7,66 88,31 3,18 0,84 100,00

Estancamiento

3,72 84,46 11,41 0,42 100,00

Achicamiento

4,88 64,57 25,84 4,71 100,00

Total

5,94 81,04 11,54 1,48 100,00
Fuente: Observatorio PyMI, 2003.
(1) Observatorio Permanente de las PyMI, Buenos Aires, diciembre de 2003.