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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 244 - Agosto 2004 - AÑO 23 |
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Nivel de actividad, inflación y política monetaria |
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La economía argentina experimentó una moderación en su
ritmo de crecimiento durante el segundo trimestre del corriente año, especialmente
visible en el comportamiento del sector industrial. En efecto, durante el período
señalado la producción manufacturera registró una caída de 1,3%, en términos
desestacionalizados, con respecto al primer trimestre del año en curso. La probabilidad
de que se verificaran problemas de suministro energético, que en definitiva no alcanzaron
una magnitud significativa, hizo que muchas empresas industriales retrasaran sus paradas
de reacondicionamiento técnico para los meses de abril y mayo, siendo que habitualmente
se efectúan en los meses de verano. También influyó en el segundo trimestre, en este
caso sobre la demanda, la existencia de fuertes vencimientos tributarios, en particular
del impuesto a las ganancias.
De todos modos, los datos de junio último indican que la actividad industrial ha
recuperado el sendero de expansión, de manera tal que en la primera mitad del
año experimenta un incremento de 12,2% con relación a igual lapso del año anterior. De
igual manera, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) -que anticipa el
comportamiento del PIB- recuperó el crecimiento en mayo, después de una caída en abril,
y acumula una suba de 8,6% en los primeros cinco meses del corriente año.
No obstante, cabe reconocer que no es posible sostener la dinámica de crecimiento de los
trimestres anteriores, con incrementos anualizados superiores a 10%, tanto porque se
compara con relación a períodos que ya tenían elevado crecimiento, como porque algunas
variables tienden a moderar su rápida expansión posterior a la crisis del régimen de
convertibilidad.
Una de estas variables es la demanda de dinero por parte del público, que luego de una
fuerte expansión en 2003 muestra una importante desaceleración en los últimos meses.
Ello obliga a una actitud muy prudente del Banco Central entre los objetivos de
mantener el tipo de cambio nominal en los valores actuales -lo que requiere emisión
monetaria para adquirir el excedente de divisas-, por un lado, y no generar presiones
inflacionarias por exceso de liquidez, por el otro.
En el sostenimiento de la paridad cambiaria, el Banco Central cuenta con una colaboración
significativa del Tesoro Nacional, quien con parte del superávit fiscal y canalizando sus
operaciones a través del Banco Nación ha adquirido divisas en el mercado, estimándose
que ha acumulado compras por aproximadamente u$s 1.400 millones. En el tema cambiario
también cabe señalar que, si bien existe un fuerte superávit de comercio exterior, la
tasa de crecimiento de las importaciones más que cuadruplica la de las exportaciones y
con ello contribuye a una mayor demanda genuina de divisas.
Por su parte y con relación al exceso de liquidez que provoca la intervención del Banco
Central en el mercado de divisas, ha continuado la absorción monetaria a través de la
colocación de títulos de dicha institución como son las Lebac y las Nobac.
La cuestión inflacionaria ha requerido mayor atención últimamente, debido a cierta
aceleración en la suba de precios y la eventualidad de lo que puede ocurrir en
la segunda mitad del año. A nivel minorista el alza de los precios acumuló un incremento
de 1,1% en el primer trimestre del año y de 2,2% en el segundo trimestre, poniendo un
interrogante sobre el grado de cumplimiento de la inflación anual, originalmente
proyectada entre 7% y 11%.
Al respecto, un reciente informe del Banco Central sobre inflación prevé, para
el segundo semestre del año, una menor presión sobre los precios, básicamente
por tres razones: 1) menor crecimiento de los salarios, 2) que los principales ajustes en
los precios de la energía ya se realizaron y 3) caídas adicionales en la cotización de
algunas commodities de exportación. En definitiva, se proyecta para todo el año una
inflación del orden de 7%, esto es, en el nivel del piso establecido en las estimaciones
originales como, por ejemplo, las utilizadas para la confección del Presupuesto 2004.
En dicho informe también se anuncia un cambio en la instrumentación de la
política monetaria, para pasar al nuevo esquema denominado "metas de
inflación". Ello significa sustituir la fijación de una meta cuantitativa
de dinero por una tasa de interés de referencia asociada al costo de los pases activos y
pasivos de la autoridad monetaria con el sistema financiero. El fundamento principal de
tal modificación es que los agregados monetarios son muy inestables, con mayor razón
aún -como en la actualidad- cuando el crecimiento del crédito incrementa el
multiplicador bancario.
Efectivamente, el stock de créditos al sector privado, es cierto que desde niveles muy
bajos, está creciendo en los últimos meses a razón de 35% anual, lo que constituye un
incremento mensual en monto de pesos similar al registrado con anterioridad al inicio de
la crisis recesiva en 1998. Este proceso se considera una de las condiciones necesarias
para continuar el ciclo de expansión productiva en el corto y mediano plazo, tanto para
financiar el aumento de la capacidad instalada de producción como para estimular la
demanda de bienes durables de consumo. |
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Perspectivas económicas para 2004 |
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Promediando ya 2004, es posible realizar
estimaciones razonables sobre la evolución macroeconómica de la Argentina para el
corriente año. Para ello, nada mejor probablemente que utilizar el Relevamiento de
Expectativas de Mercado (REM), iniciado en enero pasado por el Banco Central -disponible
en su sitio www.bcra.gov.ar-,
que constituye un seguimiento semanal y sistemático de un conjunto de pronósticos de
corto y mediano plazo sobre la economía argentina. Seguimientos similares vienen siendo
efectuados desde hace tiempo por otros bancos centrales como los de Chile, Brasil y
México.
En función de su objetivo de preservar el valor de la moneda nacional, al Banco Central
le interesa especialmente el proceso de formación de expectativas -que influyen las
decisiones de consumo e inversión-, a fin de poder adelantarse a las tendencias de la
inflación antes de que éstas se evidencien y adecuar en consecuencia la política
monetaria.
La participación en el REM es voluntaria, abierta y reservada, siendo actualmente unos 55
los participantes activos nacionales y extranjeros (bancos, universidades, consultoras,
etc.). Este número, el alto nivel de respuestas de cada participante -sobre un total de
23 variables económicas- y un ordenado tratamiento posterior, tienden a afirmar la
validez estadística de las previsiones del Relevamiento.
Próximamente, el Banco Central publicará mensualmente un ranking de los participantes,
cinco como máximo, que mejor pronosticaron cada variable, manteniendo en reserva las
estimaciones individuales.
En cuanto al nivel de actividad económica, las estimaciones del REM -de fecha 21 de julio
último- sobre el PIB real de 2004 señalan un aumento de 7,3%, en tanto
el Ministerio de Economía subió recientemente su previsión a sólo 6%. Cabe señalar
que si se verificara la estimación del REM, el PIB de este año sería aún casi 5%
inferior al logrado en 1998.
Dentro de los componentes del producto, para el consumo total se anticipa
un incremento de 7,2%, prácticamente igual a la variación del PIB.
A su vez, la inversión interna bruta fija -a precios constantes-
presentaría una suba de 28,5%, a partir del bajo nivel de 2003. Considerando la
evolución prevista para el PIB y la tasa de inversión de 2003 (14,3%), dicha suba
implicaría que la inversión en 2004 alcanzaría a 17,1% del PIB, nivel
aún escaso frente al requerido por un ritmo de crecimiento importante y sostenido.
La tasa de desocupación proyectada por el REM para fines de 2004 es de
13,2% de la población económicamente activa, lo cual implicaría una moderada reducción
frente al 14,5% relevado oficialmente en el último trimestre de 2003.
En materia de inflación, la estimación del índice de precios al consumidor
(IPC) es de 7,5% para la comparación de diciembre de 2004 vs. diciembre de 2003.
Con relación a las variables monetarias, la proyección del REM para la base
monetaria en diciembre de 2004 es de $ 53.000 millones, monto que se encuentra
dentro de la banda del actual programa monetario.
A pesar del aumento previsto por el Relevamiento, los préstamos totales al sector
privado no financiero a fin de 2004 se ubicarían aún en aproximadamente 9% del
PIB, nivel particularmente bajo en términos históricos.
Los pronósticos de las tasas de interés para fin de 2004, tanto de
plazo fijo a 30 días (4,08%), como de Lebac a un año (7%), vienen mostrando una
tendencia decreciente, a pesar de la reciente alza de la tasa de referencia en Estados
Unidos.
Esa relativa separación del mercado financiero internacional -a diferencia de la década
anterior- se explica por la cesación de pagos, la mayor autonomía de la política
monetaria y el tipo de cambio flotante (el tipo de cambio fijo representaba un cierto
seguro de cambio).
La estimación del REM para la recaudación tributaria nacional en 2004
es de aproximadamente $ 93.000 millones, equivalente a cerca de 22% del PIB. En
consonancia, las previsiones sobre el resultado fiscal primario nacional
convergen en cerca de $ 15.200 millones, monto ampliamente superior a la pauta del
Presupuesto para 2004 y a la meta del acuerdo con el FMI.
En cuanto a las variables referidas al sector externo, el REM proyecta para 2004
exportaciones por u$s 32.741 millones (10,7% más que en 2003) e importaciones por 20.400
millones (47,5%), resultando un superávit comercial de 12.341 millones
(-21,6%). A su vez, la cuenta corriente del balance de pagos arrojaría
un saldo positivo de u$s 4.324 millones.
Para fin de 2004 se prevé que las reservas internacionales asciendan a
u$s 18.806 millones y el tipo de cambio se ubique en $ 3 por dólar. |
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